Los traumas son alteraciones psicológicas que afectan de manera intensa tanto a la vida personal como física y emocional de la persona que lo sufre.
Estos pueden surgir y ser desencadenados por diversas situaciones disruptivas o violentas; son, en definitiva, un tipo de secuela emocional causada por esos acontecimientos. Ahora bien, existen algunas variantes de este fenómeno, y algunas profesiones son más susceptibles de padecer parte de esos tipos de experiencias traumáticas. Aquí nos centraremos en explicar el trauma vicario y su tratamiento con terapia EMDR.
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¿Qué es el trauma vicario?
El trauma vicario es la afectación y el desgaste psicológico que experimentan algunas personas que deben exponerse, cuidar o tratar, debido a su trabajo, a personas que viven tragedias personales intensas, situaciones de sufrimiento o que simplemente lo están pasando muy mal en momentos determinados.
Este tipo de traumas afectan principalmente a profesiones proclives a ver cómo otros viven situaciones traumáticas, como ocurre con el personal sanitario, los psicólogos, policías, personal de protección civil, bomberos o fuerzas armadas, trabajadores sociales, etc.
En cualquiera de estas profesiones, las personas son, con frecuencia, testimonios de auténticos dramas, de situaciones de sufrimiento intenso y de historias ligadas a la tristeza, la desesperanza, la angustia y otras formas de malestar intenso.
Además de eso, el hecho de cuidar a quien lo está pasando mal, como sucede sobre todo en el caso de psicólogos y personal sanitario, ocasiona que muchas veces se genere un vínculo emocional fuerte con la persona que se tiene al cuidado, lo que puede generar un trauma vicario aún mayor, debido a la cercanía que se tiene con esos individuos y con sus historias de vida.
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Características principales del trauma vicario
La naturaleza del trauma vicario puede variar en sus síntomas en función de cada persona que lo experimenta; no obstante, en la mayoría de casos, presenta las siguientes características.
1. Desgaste emocional
Una de las principales características que presentan las personas que desarrollan un trauma vicario es el tremendo desgaste emocional y psicológico que sufren al tratar situaciones de enfermedad ajena, desgracias o todo tipo de situaciones de sufrimiento que afecten a otros.
Este desgaste psicológico puede ser mayor o menor en función de la persona y de su grado de empatía y a la larga puede convertirse en un verdadero problema para su salud mental, si no se trata a tiempo.
Además de eso, el trauma vicario se asocia a la aparición de una serie de alteraciones emocionales como la ansiedad, la depresión, las situaciones de estrés, los problemas en las habilidades cognitivas (falta de atención o de concentración) y también la reducción del rendimiento laboral.
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2. Desgaste físico
El desgaste físico también es una característica propia del trauma vicario, ya que la persona que lo padece experimenta una serie de síntomas físicos que afectan de manera decisiva a su salud física diaria.
Algunos de estos síntomas físicos experimentados en un caso de trauma vicario son: los trastornos del sueño o las dificultades para dormir, las sudoraciones, la taquicardia, las afecciones de la piel, los dolores y la disminución del apetito.
3. Pérdida de hábitos saludables
A medida que progresa el trauma vicario en la vida de la persona, también puede suceder que esta vaya abandonando progresivamente una serie de hábitos saludables que sí mantenía antes de dicha alteración psicológica.
Como se ha indicado, la persona con trauma vicario suele experimentar alteraciones en sus ritmos de sueño, lo que le imposibilita dormir correctamente, así como una disminución del apetito y una alteración de sus hábitos alimenticios.
Además de eso, también pueden experimentar cambios en sus hábitos sociales e incluso una disminución drástica de los contactos sociales de la persona, así como una interrupción en sus hábitos deportivos y lúdicos y en sus hábitos de higiene personal.
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4. Sensación de aislamiento
Muchas personas con traumas vicarios debido a su profesión, suelen sentirse cada vez más aislados del mundo, debido a que su trauma cada vez ocupa un espacio más preponderante en sus vidas.
Este aislamiento involuntario o autoimpuesto debe combatirse y puede solucionarse acudiendo a un psicólogo que nos ayudará a superar la situación de malestar que estamos viviendo.
Su tratamiento con terapia EMDR
La terapia EMDR es un tipo de intervención psicoterapéutica muy utilizado en pacientes que son víctimas de un trauma. Se basa en la modificación de las conexiones neuronales responsables de la conservación y evocación de recuerdos, especialmente en lo relativo a la carga emocional de esos componentes de la memoria.
El objetivo es realizar una serie de ejercicios no invasivos y totalmente indoloros para que, poco a poco, la persona vaya integrando los recuerdos traumáticos en su sistema de memoria sin que la activación de esas partes del cerebro desestabilice el funcionamiento de todo el sistema nervioso central. Es decir, que no se trata de eliminar ni de bloquear esos recuerdos; al contrario, se busca hacer que queden bien integrados en la memoria para que ni se entre en la dinámica de intentar no pensar en eso, ni se sufre crisis de ansiedad o flashbacks cada vez que se evocan esos recuerdos (ya sea de manera voluntaria o involuntaria).
En el caso del trauma vicario, la terapia EMDR ofrece la posibilidad de reexaminar la historia de esas personas a través de una perspectiva más constructiva y humanista, poniendo en valor la necesidad de aceptar que en la vida hay espacio para el malestar y para el dolor, sin que ello sea motivo para sufrir constantemente al mantener la atención fijada en los aspectos más dañinos de esas experiencias.
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