La asertividad, esa habilidad social que el ser humano posee de expresar y decir lo que piensa, cree y siente, de una manera educada, honesta, directa y sin ofender, cada vez se conoce más y se le da la importancia y el espacio que le corresponde. El comportamiento asertivo es el punto intermedio entre una conducta agresiva y una pasiva.
Y es que para una buena comunicación y para el propio bienestar emocional mostrarse asertivo, haciendo valer los propios derechos asertivos y respetando los derechos de los demás, es fundamental.
Has leído bien, derechos asertivos. ¿Los conoces? ¿Habías escuchado este término antes?
De la misma manera que hay ciertos derechos laborales, civiles o penales, también existe una lista de derechos asertivos que nos ayudan a comportamos de esta forma y que están estrechamente relacionados con la autoestima. El problema puede llegar cuando muchas veces nos olvidamos de ellos o ni siquiera sabemos que están ahí.
¿Cuáles son los derechos asertivos?
Algunos de estos derechos fueron recopilados por Manuel J. Smith, en el año 1975, en su libro When I say no, I feel guilty. Desde entonces otros derechos se han ido sumando y añadiendo a la lista.
A continuación rescatamos los más importantes.
1. Derecho a considerar las propias necesidades
En ocasiones valoramos, nos comportamos y hacemos según lo que otros consideran que necesitamos, y nadie mejor que uno/a mismo/a para valorar y considerar esas propias necesidades.
2. Derecho a establecer tus prioridades y tus propias decisiones
Muy relacionado con el anterior derecho. Podemos, debemos y estamos en nuestro derecho de establecer prioridades y tomar decisiones: aceptar una oferta de empleo, cambiar de piso, romper con la pareja, hacer ese viaje… Dejemos de hacer cosas por satisfacer a otros y por obtener la aprobación de los demás y seamos dueños de nuestras propias decisiones.
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3. Derecho a cambiar de opinión
Podemos y estamos en nuestro derecho de cambiar de opinión las veces que nos apetezca y cuando así lo consideremos. Podemos variar el rumbo sin sentirnos mal: cambiar de pensamiento político, de lo que se cree acerca de una persona, de ciertas tradiciones, de lo que antes considerábamos prioritario y con el paso de los años ya no tanto…
4. Derecho a expresar tus ideas y sentimientos
Y por supuesto también, las emociones. Llorar, reír, mostrar nuestro enfado… las emociones son parte de nosotros, cumplen su función y no hay que tratar de ocultarlas, ni esconderlas; al contrario, expresarlas es un derecho y una necesidad.
5. Derecho a decir “no” ante una petición, sin sentirse culpable
¿Cuántas veces hacemos algo que en realidad no queremos por el hecho de no negarnos? Debemos decir “no” sin sentirnos mal y sin que la culpa nos invada cuando algo de verdad no nos apetece, nos incomoda o va en contra de nuestros valores.
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6. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad
Algo tan básico, pero que muchas veces no ocurre. Si notas, sientes, percibes que no se te está dando este derecho y el trato que recibes es justo el contrario, por favor, no te calles, establece límites y hazlo saber.
7. Derecho a cometer errores
Los seres humanos aprendemos gracias al error, así que ¡bendita equivocación! Nada de infravalorarnos o pensar que somos peores personas, peores profesionales, peores madres… por cometer errores. Todo el mundo se equivoca y no significa más.
8. Derecho a pedir y dar cuando así lo decidas
Este derecho se relaciona con el que hemos comentado un poco más arriba, del derecho a decir “no”. Estamos en nuestro derecho de pedir ayuda o lo que necesitemos y de ofrecer ayuda o lo que nos hayan pedido si así lo consideramos y de no hacerlo también. Recuerda: no por haber pedido algo, nos sintamos después en la obligación de dar.
9. Derecho a hacer menos de lo que como humano puedes hacer
No pasa nada y no hemos de sentirnos mal por hacer menos de lo que podemos dar.
10. Derecho a sentirse bien
Fundamental sentirse bien física y emocionalmente hablando. Así que trata de conseguirlo y nada de sentirse mal por ello.
11. Derecho a tener éxito
En ocasiones tras el éxito, llega la envidia del entorno que puede hacer que la persona no lo disfrute e incluso crea que no se lo merece. Enhorabuena por ese éxito, siéntete orgulloso de haberlo logrado y disfrútalo, estás en tu derecho.
12. Derecho a no usar tus derechos
Todos tenemos los mismos derechos y podemos elegir ejercerlos o no.
Para terminar...
A partir de ahora que ya conoces algo más acerca de los derechos asertivos, puedes empezar a observar y tomar nota de ellos en los distintos entornos en los que te mueves, y si percibes e identificas que alguno de ellos se está coartando, puedes trabajar para cambiarlo.