Susana juró ante la ley y la Iglesia que estaría junto a Víctor para toda la vida. Su relación se sentía tan perfecta que nunca pensó que su matrimonio terminaría. Tras más de diez años juntos llenos de aventuras, mucho amor y de momentos desafiantes que superaron con éxito, Susana descubrió una infidelidad que cambió su vida en un instante.
El shock fue tan fuerte que sintió como si todo lo que conocía se desmoronara. Su vida, su rutina y sus planes a futuro quedaron en pausa mientras intentaba entender lo que había pasado.
Este tipo de rupturas, inesperadas y abruptas, tienen un impacto emocional único que requiere tiempo y herramientas para sanar. Sobre esto hablaremos a continuación.
¿Cómo se siente una ruptura de matrimonio inesperada?
Cuando una relación termina, el dolor es, en muchos casos, inevitable, pero el impacto emocional puede variar dependiendo la forma en que esta ocurra. Pongamos un ejemplo: cuando un matrimonio muestra señales de desgaste o conflictos continuos, la ruptura, aunque sea dolorosa, puede ser mucho más fácil de asimilar porque ya había un nivel de preparación emocional. De hecho, es común que algunas personas vivan parte del duelo dentro de la relación.
En cambio, cuando la separación ocurre de forma inesperada, el golpe es distinto. Así como la historia de Susana, existen muchos matrimonios que se rompen abruptamente, y esto suele sentirse como como si un velo fuera arrancado de golpe de los ojos, lo que deja a la persona con una sensación de desconcierto y muy difícil de procesar.
Esta especie de "shock” suele dejar a una de las partes con una mezcla de emociones complejas: desorientación, tristeza, rabia y una profunda sensación de vacío. Esto sucede porque el matrimonio no solo representa a la pareja, sino también una identidad compartida, un proyecto de vida y una red de expectativas que se rompen de repente, por lo que es natural sentirse así.
Cuando vives una situación como esta, la incertidumbre lleva a cuestionarte todo: desde quién eres, hasta cómo será tu vida a partir de ahora.
En el caso de Susana, la falta de señales previas y las palabras amorosas de su pareja y la vida de ensueño que creía que tenía hicieron que la infidelidad fuera aún más difícil de aceptar. La contradicción entre lo que creía y lo que ocurrió la dejó con preguntas sin respuesta. Para muchas personas, esa contradicción es una de las partes más dolorosas de este tipo de rupturas.
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¿Cómo es el proceso de duelo en este tipo de rupturas?
El duelo por una ruptura inesperada suele distinguirse de otras pérdidas. Aunque todas las separaciones implican un proceso de sanación, cuando no se ven venir, las emociones suelen ser más intensas y, en algunos momentos, pueden parecer incontrolables.
Al principio, el impacto puede abrumar bastante. Es común sentir un fuerte shock y negación, como si tu mente intentara protegerte al no aceptar lo ocurrido, por lo que es bastante usual que en esta etapa inicial te sientas paralizado, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar. Como no hay una cantidad específica de tiempo, este estado de desconcierto puede durar desde unos días hasta varias semanas.
Con el tiempo, después de la negación viene una etapa que cualquier persona podría describir como una especie de montaña rusa emocional. Cuando esta llega, las emociones cambian constantemente: en un momento te sientes profundamente triste y al siguiente sientes enojo o resentimiento.
También puede surgir nostalgia, y a veces incluso alivio, y aunque este vaivén puede ser bastante agotador, hay que aceptar que es una parte natural (e incluso necesaria) del proceso. Lo importante es darte el permiso de sentir cada emoción tal como aparece, sin juzgarte ni presionarte para que desaparezcan de un momento a otro.
Una de las dificultades más grandes en este tipo de duelos son las preguntas que quedan sin respuesta. Como no estabas para nada preparado o preparada, es muy probable que pases tiempo tratando de entender qué fue lo que pasó o por qué ocurrió, buscando explicaciones que tal vez nunca llegarán. Estas dudas pueden generar mucha ansiedad, pero aprender a aceptar que no todo tiene una respuesta clara es súper clave para estar más en paz.
Y, ¡recuerda esto! No te obligues a “sanar” pronto. Poco a poco, mientras el tiempo va pasando, el dolor también va a disminuir.
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¿Cómo recuperarte tras el fin de tu matrimonio?
Recuperarte de una ruptura inesperada puede ser bastante doloroso y tomar tiempo, pero se puede lograr. Pero, ¡ojo!, aunque no existe un manual, te mostraremos algunos pasos que pueden ayudarte a sanar y seguir adelante.
1. Siéntelo todo y no te juzgues tanto
Es completamente normal que quieras evitar el dolor, pero tratar de bloquear lo que sientes solo hará que todo dure más. Si necesitas llorar, hazlo. Si estás enojado, déjalo salir. Si tienes miedo, reconócelo. Ahora es un momento para ser amable contigo mismo y entender que no tienes que sentirte bien de inmediato.
2. Tienes gente que te quiere, ¡apóyate en ellas!
Hablar con amigos o familiares en los que confíes puede ser un gran alivio, porque ellos pueden darte otra perspectiva, consolarte o simplemente escuchar sin juzgar. Y si sientes que todo te está sobrepasando, buscar apoyo en un terapeuta también puede ayudarte mucho.
3. Reenfoca tu energía en ti
Después de una ruptura, es fácil caer en la tentación de olvidarte de lo que necesitas, pero, ¡hey!, este es precisamente el momento de volver a ti. Date un tiempo para reconectar contigo: cuida tu cuerpo, duerme bien, come algo que te haga sentir bien y haz cosas que disfrutes. Aunque parezcan pequeños detalles, tienen un efecto enorme en cómo te sientes emocionalmente.
4. Abre un espacio para redescubrir lo que amas
Una relación puede ocupar mucho de tu tiempo y energía, por lo que ahora es un buen momento para volver a esos proyectos, pasatiempos o sueños que habías dejado en pausa. No solo te servirá para mantener la mente ocupada, sino que también te ayudará a recordar quién eres fuera del matrimonio.
Ester Fernández
Ester Fernández
Psicologa - Coach . Colegiada 16900
5. Acepta que el cierre no siempre es perfecto
A veces esperamos respuestas o disculpas que nunca llegan, y sí, eso puede ser muy frustrante. Pero quedarte enganchado a lo que no puedes controlar solo te deja atrapado en el pasado, por eso te sugerimos que, en vez de buscar un cierre perfecto, te enfoques en crear tu propio final, uno donde tú seas lo más importante.
6. Identifica lo que quieres y lo que no en una relación de pareja
Aunque ahora el dolor se sienta demasiado fuerte, esta experiencia puede ayudarte a conocerte mejor, entender lo que necesitas y descubrir tus límites. Pensar en lo que aprendiste de la relación y de la ruptura te dará herramientas para tener relaciones más sanas en el futuro.