La autoestima es la gran asignatura pendiente de todos. Incluso de aquellos que creen que tienen una buena autoestima. El crecimiento personal, evolucionar, madurar, siempre conlleva tocar una parte de la autoestima de forma transversal.
Además, siempre en todos los libros o búsquedas en internet se habla de quererse uno mismo, de aceptarse, de gustarse, pero no sabemos cómo se hace eso.
Hay muchas maneras de trabajar la autoestima y es algo muy personal de cada uno, pero en el presente artículo explicaremos algunos de los ejercicios que te pueden ayudar a fomentar la autoestima interviniendo en sus partes.
¿Cuáles son las partes de la autoestima?
En primer lugar, vamos a diferenciar tres partes o niveles de autoestima.
1. Autoconcepto
Es el concepto que tenemos de nosotros mismos, es decir, es el conjunto de cualidades positivas y negativas con las que nos describimos. Esta idea de nosotros mismos la solemos tener trabajada en muchos casos, y somos capaces de decirnos las cosas buenas. Pero ocurre de manera muy habitual, que no nos hemos parado a describirnos, entonces muchas veces sabemos que tenemos cosas buenas, pero nos quedamos como “en blanco” a la hora de verbalizarlo.
También es muy común, que a partir de cierta edad, dejamos de recibir refuerzo de las cosas buenas, y nos pasa que la sociedad nos enseña un sentido de humildad que inconscientemente llevamos al extremo, y es que resulta que nos genera culpa, incomodidad y malestar decirnos las cosas buenas. Siempre tendemos a minimizar este ejercicio, porque la sociedad nos enseña “que hay que ser humilde”. Hay una línea muy fina, entre esto y desvalorizar nuestras capacidades.
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2. Autoeficacia
Es el siguiente nivel un poco más profundo, basado en la confianza que tenemos en nosotros mismos. Se manifiesta mucho en el sentimiento de “no ser capaz” de alguna actividad, situación a la que enfrentarnos. Aparece mucho mediante el lenguaje de “no puedo”.
Puede ocurrir que la persona sienta que es capaz de muchas cosas, pero todos tenemos momentos en nuestra vida o situaciones concretas donde sentimos inseguridad y esa falta de confianza en que podamos superar o realizar lo que se espera de nosotros o lo que nos marcamos nosotros mismos. Por eso es importante trabajarlo.
3. Autoestima
Esta es la parte más profunda de todo el concepto de autoestima; se refiere al sentimiento/emoción profundo, interno de valía y amor propio.
Es sentir que a pesar de los errores, de las limitaciones, de los defectos, soy válida/o, soy querible, soy suficiente. Es poder sentir "soy merecedor/a de amor, y lo suficientemente valiosa/o solo por quién soy y no tanto por lo que tengo, o lo que consigo hacer". Este sentimiento, siempre, necesita ser trabajado de forma consciente.
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Ejercicios para trabajar la autoestima desde sus partes
Una vez explicadas las tres partes de autoestima, podemos ir realizando ejercicios concretos y conscientes para reforzar cada una de las partes de autoestima.
Este trabajo es siempre un trabajo de fondo, de hacer pequeñas tareas en temporadas, día a día o semana a semana, por épocas, más que realizar muchos ejercicios a la vez, en poco tiempo. Porque todo aprendizaje conlleva tiempo para que la mente asimile lo aprendido.
1. Para fomentar autoconcepto
Sencillamente haz una lista con cualidades positivas y negativas, date cuenta de cómo te cuesta encontrar más de cualidades positivas, a partir de ahí estarás esforzándote en descubrir más de ti, en encontrar ejemplos que describan tus cualidades positivas.
También al hacer las dos listas, puedes descubrir que tienes más cualidades negativas que positivas, con ello lo que habrá que intentar es encontrar ejemplos todos los días donde veas que realizar muchísimas cualidades positivas a las que tú no le das importancia como sonreír y ser educado, escuchar a tu amiga, preguntar que tal le ha ido el día a tu pareja, ir a la compra.
Hay cosas que das por supuesto que son “lo normal” y, en cambio, tienen un valor. No hay que valorarlas como extraordinarias, sencillamente reconocer que están. Asimismo, con las cualidades negativas, consiste en contarse los defectos con un lenguaje menos dramático o negativo del que me lo cuento.
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2. Para fomentar confianza en uno mismo
En primer lugar es importante localizar esos mensajes de “no puedo o no soy capaz”.
Una vez localizados, una tarea sencilla pero bastante eficaz es cambiar esa frase por “me cuesta, me resulta muy difícil”. Con esta idea, puedes salir del bloqueo absoluto y empezar a visualizar la tarea en pasos más pequeños.
Marcarte objetivos con pasos divididos más sencillos y progresivos puede ayudarte a afrontar las situaciones. Por supuesto, es importante reforzarte mucho el sentimiento de satisfacción cada vez que hagas esos pequeños pasos y vayas avanzando.
3. Para fomentar amor propio
Muchos ejercicios están relacionados unos con otros y cuando trabajas algunas partes de autoestima, el sentimiento interno de amor propio mejora; pero si ya a lo largo del tiempo has trabajado las dos partes anteriores, notarás que esta parte más profunda es más difícil de fomentar porque no tienes una mala autoestima en el día a día, sino que aparece de forma más evidente en situaciones concretas, sobre todo en lo que tiene que ver con los vínculos más importantes (familia, pareja o amistades).
Es por ello que a la hora de realizar ejercicios de amor propio, es importante tener una buena conexión con tus emociones, tomar conciencia de que emociones profundas son las que estás sintiendo, y a partir de ahí, regular esas emociones negativas y fomentar otras emociones más positivas.
Un ejemplo de esto sería que conectes con el momento presente cuando haces alguna actividad de ocio, cuando estás con otras personas, y te pares a decirte de forma consciente “que bien estoy, qué buen momento estoy disfrutando, como me gusta esto”. Parece que no sirve de nada, pero de alguna manera lo que consigues realizando esto varias veces es fomentar el sentimiento más profundo de satisfacción interna, de conexión con las personas que tienes a tu alrededor y contigo mismo.
De alguna manera, cambiando el diálogo interno, generas sentimientos positivos, le das valor a tu persona, a tu situación, a tu entorno.
En resumen, la autoestima es un concepto muy amplio que tiene muchas aristas, lo cual hace difícil trabajarlo de forma concreta; por eso es importante saber dividirlo en partes, y sobre todo saber que es un trabajo de fondo, a medio largo plazo. Pero con gestos muy pequeños, puedes conseguir ir sintiéndote mejor poco a poco.