Suena el teléfono, vamos corriendo a por él. Lo descolgamos, nos lo acercamos al oído y esperamos que nos digan quien es.
“¿Diga?” decimos. “¿Qué llevas puesto?” nos dice una siniestra voz. “¿Perdón?, ¿cómo dice?” replicamos. “¿Que qué llevas puesto? ¿Llevas bragas?". Colgamos el teléfono con cara de asco y con un poco menos de fe en la humanidad.
La escatología telefónica es un trastorno parafílico en el que, quien lo presenta, gusta de llamar a personas y hacerles comentarios que no se podrían considerar precisamente románticos, sin un acuerdo previo. A continuación veremos más a fondo este comportamiento parafílico.
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La escatología telefónica
La escatología telefónica, también llamada escatofilia telefónica y telefonofilia, es una parafilia en la que quien la tiene siente la necesidad de hacer llamadas de contenido sexual a una víctima que no ha dado su consentimiento, tanto con el número privado como con el número visible. Se trata de una conducta parece estar muy relacionada con otros trastornos parafílicos, como el voyeurismo y el exhibicionismo.
Al igual que sucede con otras parafilias, no es el acto en sí lo que es inapropiado, sino el hecho de que está haciéndolo con alguien que no ha consentido. No se trata de un simple juego sexual, como podría ser que alguien llamara a su pareja y le dijera frases como “qué llevas puesto”, sino que el que llama no tiene ningún tipo de relación real con la persona que contesta al teléfono y le hace comentarios sexuales que ella no ha pedido.
La llamada puede llegar a ser muy incómoda y perturbadora para quien coge el teléfono, puesto que la persona que es escatóloga telefónica puede hacerle comentarios realmente desagradables, con un lenguaje sexual explícito y gemidos sexuales. Incluso puede llegar a amenazarla con decirle que sabe dónde vive, aunque no sea así, y que la va a violar. Este tipo de conducta es acoso y, por lo tanto, se puede considerar delito.
Normalmente, lo que se recomienda a quienes reciben este tipo de llamadas es que simplemente cuelguen y que denuncien el hecho a la compañía telefónica y/o a la policía, quienes tendrán más facilidad para reconocer desde dónde se hace la llamada. De todas formas, muchos de los que hacen este tipo de llamadas lo hacen desde cabinas o teléfonos móviles de prepago, casos en los que no es posible identificar quién ha hecho la llamada con un simple rastreo
Clasificación diagnóstica
En la actualidad la escatología telefónica está incluida en la categoría de los otros trastornos parafílicos específicos en el DSM-5. Aunque no tenga una entrada exclusiva para ella, a diferencia de parafilias como el exhibicionismo, el fetichismo, el frotteurismo o el masoquismo sexual, se considera un trastorno parafílico más común que la necrofilia, la zoofilia y la clismafilia, parafilias que están recogidas en otros trastornos parafílicos.
De todas formas, se ha considerado la posibilidad de que este trastorno parafílico sea más común de lo que originalmente se pensaba, cabiendo la posibilidad de añadir su propia categoría diagnóstica en futuras revisiones del DSM. Una prueba de ellos son las encuestas hechas a mujeres en las que muchas de ellas reportan haber recibido llamadas de contenido sexual indeseado alguna vez en su vida, contándose los casos por millares.
En la mayoría de los casos, la víctima es una mujer y el acosador es un hombre. El acosador prefiere una relación heterosexual, aunque esto no quiere decir que no hayan acosadores homosexuales o que hayan mujeres que acosen a hombres, aunque sí que es algo bastante poco común.
Prevalencia
La prevalencia de la escatología telefónica es desconocida. Si bien se han hecho investigaciones en las que se preguntaba abiertamente a hombres si la habían practicado, estando los porcentajes entre el 6 y 20%, cabe decir que su “confesión” no es sinónimo de la presencia de esta parafilia. En muchas ocasiones las llamadas de contenido sexual eran, en realidad, bromas de mal gusto o la realizaron una vez, lo cual no es criterio suficiente como para diagnosticar la escatología telefónica.
En los casos en los que sí se ha podido asegurar que el paciente presenta esta parafilia, se ha visto que hay una alta comorbilidad con otras como la masturbación compulsiva, el voyeurismo, la dependencia al sexo telefónico (llamar a líneas calientes) y el exhibicionismo. De hecho, los escatólogos telefónicos serían las personas con trastornos parafílicos que más parafilias se les diagnostican.
Se ha sugerido que el vínculo entre esta parafilia y otras, como el exhibicionismo, demuestran los intentos de la persona de expresar agresión, exhibir poder y control o ganar reconocimiento. No obstante, y a diferencia de los exhibicionistas clásicos, los escatólogos telefónicos prefieren el completo anonimato.
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Tipos de escatólogos telefónicos
Dado que es una parafilia que todavía está siendo investigada más a fondo y que, a día de hoy, no tiene una entrada propia en el DSM-5, las tipologías que se han propuesto para la escatología telefónica son provisionales. Igualmente, entre todas ellas, la del doctor B. T. Mead de 1975, que se ha considerado una de las referentes para el trastorno. En su propuesta original Mead hablaba de tres tipos de escatólogos telefónicos.
Tipo 1
En esta categoría estarían los escatólogos telefónicos que, al llamar, hacen proposiciones indecentes ya desde el principio, siendo en su mayoría adolescentes. Se pueden considerar casos que todavía no son patológicos, sino más bien jóvenes sexualmente descontrolados que hacen bromas de mal gusto y que en otro contexto no sentirían ninguna necesidad de hacer eso para sentir excitación.
Tipo 2
En este grupo se incluyen a los escatólogos que, al llamar, empiezan de una forma amable y halagadora, presentándose ante la víctima como que tienen un amigo en común. Poco a poco, la conversación se degenera y empiezan a ser más ofensivos y sexualmente sugerentes.
Tipo 3
En este tipo se incluyen los escatólogos que se podrían considerar embaucadores, es decir, quienes usan alguna treta al principio de la conversación para evitar que la víctima cuelgue ni sospeche nada.
Empiezan diciendo que están llevando a cabo una encuesta telefónica o que trabajan para hacer un artículo de opinión, con la clara intención de poder hablar sobre asuntos personales con la víctima. Al igual que con el tipo 2, los del tipo 3 van haciendo que la conversación adquiera un tono cada vez más sexual, obsceno e incómodo.
Tipo 4
Si bien la tipología original de Mead tiene tres tipologías, Ord Matek incluye una cuarta. En el tipo 4 de escatólogos telefónicos se incluyen a aquellos hombres que llaman a líneas telefónicas para crisis, como la línea del suicida o de la esperanza, con la intención de pedir ayuda a voluntarias femeninas. Al igual que con el resto de las categorías, acaban hablando de sexo mientras se masturban hasta que la persona al otro lado de la línea finaliza la llamada.
Teorías
Se ha sostenido que las características comunes entre las personas que realizan este tipo de llamadas están tener una baja autoestima y sentir ira hacia las mujeres. También se ha asociado la escatología telefónica con lesiones cerebrales, discapacidad intelectual, intoxicación por sustancias y psicosis.
Igualmente, se han propuesto teorías más sofisticadas para explicar por qué hay personas que tienen una forma de comportarse sexualmente tan delictiva y poco adictiva. Entre las teorías está la propuesta por Kurt Freund, sexólogo checocanadiense que escribió varios artículos explicando la conducta de este tipo de personas. Freund aseguraba que la escatología telefónica se puede relacionar con trastronos del cortejo.
Según Freund, el cortejo en la especie humana se da en cuatro fases:
- Ubicación de la pareja
- Interacciones pretáctiles
- Interacciones táctiles
- Unión genital
Sería en la segunda fase, es decir, la de las interacciones pretáctiles, en las que se darían alteraciones en las personas con este tipo de parafilia, lo que daría lugar al comportamiento sexual tan inapropiado que la caracteriza.
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