Por qué el verano aumenta el riesgo de recaer en la Anorexia

Las vacaciones y el buen tiempo pueden ser una hoja de doble filo para quienes sufren anorexia.

Por qué el verano aumenta el riesgo de recaer en la Anorexia
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Mariana está mejor. Logró salir de ese lugar tan oscuro donde todo giraba en torno a su peso, la comida y el espejo. Hace meses que está en terapia, come con más libertad y vuelve a disfrutar cosas simples, como salir con amigos o mirar una película sin estar haciendo cuentas mentales de calorías.

Pero llega el verano, y todo cambia. La ropa empieza a resultar pesada, las comparaciones regresan, y ese ruido en la cabeza que ya creía apagado vuelve a aparecer. No es que quiera volver a lo de antes, pero algo se desordena. Mariana es un nombre ficticio, pero su realidad es la de muchas personas.

Primero lo primero: ¿qué es la anorexia?

Al contrario de lo que se puede pensar, la anorexia no es solo dejar de comer ni es algo que siempre se nota siempre a simple vista. Es una lucha interna con el cuerpo, con la comida y con uno mismo. Quien la vive puede tener hambre, pero no se permite satisfacerla. Come menos, se exige más y siente culpa por cosas que para otras personas pasan desapercibidas, como repetir un plato o no hacer ejercicio.

Hay un miedo fuerte a subir de peso, incluso cuando el cuerpo ya está muy por debajo de lo saludable, pero, más allá del peso, lo que se rompe es la forma en que la persona se mira, se trata y se relaciona con lo que come. Muchas veces, ni las personas más cercanas lo notan, porque no siempre hay señales obvias.

Y ahí está el punto: no es un tema de voluntad, ni de moda, ni mucho menos de ganas de “llamar la atención”, es un trastorno que afecta lo físico, lo emocional y lo social. Por eso es tan importante nombrarlo, entenderlo y no dejarlo pasar, especialmente en momentos donde todo lo externo empuja a obsesionarse con el cuerpo.

¿Por qué el verano complica tanto?

Durante los meses de calor, parece que todo gira alrededor del cuerpo. La ropa se acorta y los mensajes que te impulsan a “ponerte en forma” están en todos lados. Si alguna vez has luchado con tu imagen o con la comida, sabes que esa presión no pasa desapercibida. De hecho, puede reactivar inseguridades que creías superadas.

Entonces, hay varias razones por las que esta época puede desestabilizar a alguien que está en proceso de recuperación de algún trastorno de la conducta alimentaria. Aquí van algunas que aparecen bastante seguido:

1. Estar más expuesto genera incomodidad

Mostrar el cuerpo no siempre tiene que ver con querer gustar. A veces es simplemente que hace calor, pero para muchas personas, usar menos ropa es algo que genera ansiedad, porque sienten que están “mostrando” justo lo que más les cuesta aceptar.

2. Las rutinas cambian y eso desorganiza

En vacaciones se alteran los horarios, se interrumpen las terapias o se come más fuera de casa. Para alguien que necesita estructura para sentirse estable, estos cambios pueden traer bastante desorden interno.

3. Se disfraza de “vida saludable” lo que no lo es

Comer poco, moverse mucho o eliminar alimentos se puede camuflar bajo frases como “estoy cuidándome”. Y, claro, al estar tan normalizado, cuesta más darse cuenta de cuándo eso se vuelve rígido o empieza a hacer daño.

4. Hay más tiempo libre... y más ruido mental

Sin ocupaciones o distracciones, los pensamientos incómodos pueden ganar espacio. Y si el cuerpo vuelve a ser una preocupación, es fácil que todo gire en torno a eso.

5. El sufrimiento no siempre se nota

Muchísimas personas con anorexia (o con otros trastornos similares) tienen un peso considerado “normal”. Eso hace que el entorno no perciba que hay un problema. Y cuando nadie pregunta, se hace más difícil decirlo en voz alta.

6. Qué se puede hacer para no caer en lo mismo

Si estás recuperándote de la anorexia o cuidando tu salud mental, hay cosas que puedes hacer para atravesar el verano con más calma y evitar recaer. La idea aquí no es evitar todo, sino elegir desde un lugar más amable con nuestro cuerpo y nuestros hábitos en general.

7. Sostén ciertas rutinas, incluso si estás de vacaciones

No hace falta armarse un horario militar. Pero sí ayuda mantener una mínima estructura: tener horarios para comer, dormir bien, hacer pausas. Eso da sensación de orden cuando todo alrededor está más relajado.

8. Cuida lo que ves en redes sociales

No todo lo que se muestra es real. Ya lo sabes, pero es fácil olvidarlo cuando aparecen imágenes de cuerpos “perfectos” a cada rato. Si notas que te afecta, toma distancia. Silenciar, dejar de seguir o filtrar contenido también es parte de cuidarse.

9. Usa la ropa que te haga sentir bien, no la que esperas poder usar

No te obligues a usar algo si te sientes incómodo. Pero tampoco evites siempre lo que te da miedo. Puedes ir probando, de a poco, con lo que te dé seguridad. No tienes que probarle nada a nadie.

10. Si notas señales de alerta, háblalo

Si vuelves a sentir miedo de comer, te aparece la culpa o el deseo de controlar todo otra vez, no lo guardes. Dilo. A tu terapeuta, a alguien de confianza, a quien te escuche sin juzgar. Nombrar lo que te pasa puede ser un primer paso para frenar a tiempo.

11. No te trates como si tu cuerpo fuera un proyecto a terminar

Tu cuerpo no es un trabajo en proceso ni una meta de temporada. Es tu casa, te acompaña siempre. Puedes aprender a habitarlo con respeto, aunque no te encante cada parte. Esa mirada más amable se construye, sobre todo, cuando no estás bajo presión.

Si estás cerca de alguien que está pasando por esto…

También queremos dar herramientas a quienes acompañan, y, lo cierto es que no hace falta ser experto para hacerlo bien. Algunas cosas que ayudan mucho más de lo que parece:

  • Evita comentar sobre cuerpos, aunque creas que son elogios y aunque no sea el de la persona con anorexia.
  • No insistas en decirle que “se ve mejor” si no sabes cómo puede recibirlo.
  • No hables de dietas, ejercicios o comidas como si fueran temas ligeros.
  • Pregunta cómo está, en lugar de enfocarse en cómo se ve.
  • Escúchale con atención, sin querer resolver todo en su vida y mucho menos minimizando lo que siente.

Como puedes notar, el verano tiene ese doble filo. Por un lado, invita al descanso, los paseos y el disfrute pero, por otro, puede hacer más ruido del que uno espera, sobre todo si vienes de pelear con tu imagen o la relación con la comida.

Psicóloga Desirée Infante

Psicóloga Desirée Infante

Psicologia y neuropsicologia

Profesional verificado
Málaga
Terapia online

Sin embargo, transitar estos meses de calor con calma es posible. Concéntrate en cuidarte activamente, rodéate de un entorno que te sume y valora cada logro en tu camino. Lo que has aprendido y superado sigue contigo, incluso en los momentos más difíciles.

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  • Darriba, M. (2025, 28 junio). Sara Bujalance, sobre los TCA: «El verano es un momento de especial riesgo, porque debemos mostrar el cuerpo». El Periódico.
  • El verano, época de mayor riesgo de anorexia entre los jóvenes. (2004, 26 julio). Diario ABC.

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Desirée Infante Caballero. (2025, agosto 1). Por qué el verano aumenta el riesgo de recaer en la Anorexia. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/clinica/por-que-verano-aumenta-riesgo-de-recaer-en-anorexia

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