La depresión y la demencia son dos condiciones que escuchamos cada vez más, pero rara vez las asociamos entre sí. Sin embargo, distintos investigadores han encontrado que existe una relación importante entre ambas.
Entender esta conexión no solo ayuda a cuidar nuestra salud mental, sino también a prevenir complicaciones futuras. Aquí te contamos todo para que comprendas qué tiene que ver una condición con la otra y, sobre todo, qué puedes hacer para evitarlas.
Depresión: un trastorno en aumento
Seguro que lo sabes, y, en caso de que no, te lo recordamos: la depresión no es simplemente "estar triste"; es un trastorno serio que afecta cómo piensas, sientes y llevas tu día a día.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 300 millones de personas sufren de depresión, y esto equivale al 5% de la población adulta a nivel global. Y, ¡atención!, este número ha crecido al menos en un 18% en los últimos diez años.
¿Por qué está aumentando tanto? Los expertos apuntan a varios factores. Por un lado, las presiones sociales y económicas, como la pobreza, la falta de oportunidades educativas y la desigualdad, contribuyen a este crecimiento. Por otro lado, eventos como la pandemia generaron niveles altos de estrés y aislamiento social, que también fueron desencadenantes.
Además, también tienes que saber que las mujeres suelen verse más afectadas que los hombres debido a factores biológicos y sociales. Por otra parte, factores como las alteraciones hormonales y las expectativas de género pueden incrementar esta vulnerabilidad.
La depresión no es solo un problema de ánimo; también afecta la salud física, incrementando el riesgo de enfermedades crónicas e incluso el suicidio. Por eso, reconocerla y tratarla es esencial. Ahora, también se sugiere que tener depresión aumenta el riesgo de sufrir demencia. Hablemos sobre esto a continuación.
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¿Existe relación entre la depresión y la demencia?
Aunque puedan parecer condiciones separadas, cada vez hay más evidencia de que existe una conexión entre ambas condiciones. La ciencia ha comenzado a desentrañar cómo la depresión podría influir en el desarrollo de la demencia, y seguramente te sorprenderán los resultados.
¿Qué dice la ciencia?
Cada vez hay más estudios que señalan un vínculo fuerte entre la depresión y la demencia. Un trabajo reciente publicado en el International Journal of Geriatric Psychiatry analizó datos de más de 22,000 personas mayores de 50 años en Europa e Israel durante 15 años. Los resultados mostraron que quienes tenían depresión al inicio del estudio tenían un 74% más de probabilidad de desarrollar demencia.
El profesor Nicola Veronese, de la Universidad de Palermo, destacó que esto subraya la importancia de tratar la depresión temprano para evitar complicaciones futuras.
Otro estudio, liderado por la Dra. Holly Elser y publicado en JAMA Neurology en 2023, encontró que las personas con depresión a cualquier edad tenían el doble de probabilidades de desarrollar demencia, siendo los hombres los más afectados. Aunque no se puede decir que una causa la otra, este hallazgo refuerza la idea de que compartir ciertos factores, como alteraciones en los neurotransmisores, podría estar detrás de esta relación.
Un punto clave es el impacto de la inflamación crónica en el cerebro. La depresión prolongada puede generar inflamación en áreas como el hipocampo, y este es un aspecto determinante para la memoria. Esta inflamación, según investigaciones recientes, acelera el daño celular y contribuye al deterioro cognitivo. Además, los episodios depresivos severos están vinculados con niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, que en exceso puede afectar directamente las neuronas y su capacidad de conexión.
Por último, un artículo reciente encabezado por Daniela Hernandez-Enseñat en 2024 destacó cómo la depresión afecta áreas como la memoria y la atención, lo que podría predisponer al deterioro cognitivo. La investigación también señala que tratar la depresión podría reducir el riesgo de demencia, pero aún se necesita más investigación para confirmarlo.
Como puedes notar, todos estos hallazgos resaltan la importancia de tratar la depresión no solo como una urgencia emocional, sino también como una prioridad en la salud general.
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Acciones simples para alejar la depresión y la demencia
Afortunadamente, hay cosas que puedes hacer desde hoy para cuidar tanto tu salud mental como tu cerebro. Aquí te dejamos algunas ideas prácticas, junto con consejos específicos para aplicarlas:
1. Mantén tu mente activa
No se trata solo de leer o resolver crucigramas. Apunta a actividades que desafíen tu cerebro, como aprender un idioma, tocar un instrumento musical o participar en clases de baile, donde también ejercitas la memoria y la coordinación. Dedica al menos 20 minutos al día a estas actividades.
2. Cultiva tus vínculos con amor
Rodéate de personas queridas y busca tiempo para compartir experiencias. Si te cuesta encontrar espacios sociales, considera unirte a clubes o voluntariados en tu comunidad. Incluso una llamada semanal con un amigo puede marcar una diferencia.
3. Haz espacio para la actividad física
No necesitas entrenamientos intensos; una caminata de 30 minutos al día al aire libre puede ser suficiente. Ahora, si prefieres algo más dinámico, intenta actividades como el yoga o el tai chi, que además reducen el estrés. Lo importante es que te mantengas activo o activa, ¡a tu ritmo!
4. Duerme bien
Para descansar mejor, necesitas una rutina de sueño estable. Apaga dispositivos una hora antes de dormir, evita la cafeína después del mediodía y mantén un horario fijo para acostarte y levantarte. ¡La constancia es clave!
5. Aliméntate de forma equilibrada
¡Alimenta tu cerebro! Incluye en tu dieta frutos rojos, nueces y pescado. Son súper ricos en antioxidantes y grasas buenas. Y ojo con los azúcares procesados, ¡no son nada buenos para tu cabeza!
6. Maneja el estrés y la ansiedad
Técnicas como la meditación o ejercicios de respiración pueden ser muy útiles. Un ejercicio simple es inhalar profundamente durante cuatro segundos, sostener la respiración por siete y exhalar durante ocho. Repite esto varias veces al día para reducir la ansiedad.
7. Monitorea tu salud física y mental
Chequeos regulares de presión arterial, colesterol y niveles de azúcar en sangre son importantísimos. Si tienes condiciones crónicas, como diabetes, sigue estrictamente el tratamiento recomendado. En cuanto a la salud mental, si notas que llevas varias semanas experimentando síntomas de tipo depresivo, acude a psicoterapia para una sesión de evaluación.
8. Dale un stop a los hábitos dañinos
Si fumas, busca apoyo para dejarlo. A la vez, bajarle al consumo de alcohol puede ayudar a evitar daños cerebrales a largo plazo.
Javier Ares Arranz
Javier Ares Arranz
Psicólogo especialista en Depresión, Ansiedad y Pareja.
En conclusión, entender cómo la depresión puede influir en la demencia nos permite tomar mejores decisiones para cuidar de nosotros mismos. Detectar y tratar la depresión a tiempo no solo mejora la salud mental, sino que podría ser clave para proteger nuestra mente a largo plazo, así que hoy es un buen día para decidir mantenerla a raya. ¿Comenzamos?