Cada vez son más las voces que alertan de un incremento de los trastornos mentales a consecuencia del confinamiento por coronavirus.
Psicólogos y expertos sanitarios advierten del impacto negativo en la salud mental de las personas más vulnerables que conforman los grupos de riesgo, como los enfermos crónicos y los individuos con patologías psiquiátricas previas.
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¿Cómo influye el confinamiento en los grupos de riesgo?
Las personas que sufren patologías psiquiátricas previas son un grupo de riesgo significativo, ya que se sabe cuanto mayor es el tiempo que se pasa en cuarentena o en confinamiento, mayor es la probabilidad de que la patología se agrave. La angustia psicológica es común tanto durante como después del período de confinamiento. En las personas que ya sufren ansiedad, la sensación de impotencia y la falta de control inducida por un confinamiento forzado solo exacerba la patología mental.
Trabajar en el sector sanitario y tener problemas financieros también son factores que predisponen a una peor salud mental en un contexto extraordinario como el que vivimos. “Las personas diagnosticadas con trastorno obsesivo-compulsivo y quienes padecen fobias específicas de higiene y limpieza son especialmente vulnerables en este tipo de situaciones, y cada vez hay más personas que solicitan ayuda para afrontar la angustia por el aislamiento”, aseguran desde Psonríe, una de las mayores apps de psicología online de habla hispana que ha visto como las demandas de ayuda psicológica han aumentado un 200% en las últimas dos semanas.
Estresores o factores que empeoran la salud mental
Diversas investigaciones han puesto de relieve que existen determinados factores que se asocian con una peor salud mental en un contexto de cuarentena y confinamiento por epidemia, y que pueden ser responsables de que ciertas patologías mentales se agudicen.
1. Duración de la cuarentena
Los estudios indican que una mayor duración de la cuarentena está relacionada con el agravamiento de la salud mental, específicamente de síntomas de estrés postraumático, conductas de evitación y crisis de ira.
2. Miedo a la infección
Las personas en cuarentena tienden a informar de temores acerca de su propia salud o de infectar a otros. Las personas más afectadas tienden a presentar pensamientos obsesivos y se preocupan por si experimentan algún síntoma físico potencialmente relacionado con la infección. Esto ocurre más en mujeres embarazadas y personas con hijos.
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3. Frustración y aburrimiento
El confinamiento, la pérdida de rutinas habituales y la reducción del contacto social y físico genera aburrimiento, frustración y una sensación de aislamiento. Las personas que tienen más dificultades para gestionar estas emociones se ven más perjudicadas.
4. Información inadecuada
Consumir bulos o información sesgada es un factor estresante y genera confusión. La falta de claridad sobre el nivel de riesgo lleva a las personas a temer lo peor y es un predictor significativo de padecer síntomas de estrés postraumático.
Personas con trastornos mentales graves: las grandes olvidadas de esta crisis
Si hay un grupo especialmente vulnerable a esta situación excepcional de confinamiento y del que se habla muy poco es el de las personas con trastornos mentales graves y patologías crónicas, que han visto cómo los recursos sanitarios que les amparaban en su día a día se han ido reduciendo hasta la mínima expresión.
Individuos con esquizofrenia, psicosis, trastornos de la personalidad y otras patologías psiquiátricas son hoy las grandes olvidadas de esta pandemia.
Aunque pueda pensarse que las personas con esquizofrenia y otras psicosis suelen pasar tiempo en casa y se les puede hacer más llevadero el confinamiento, esto no es así, y ya hay datos que confirman que se está produciendo un agravamiento de patologías por falta de seguimiento, reducción en la adherencia al tratamiento, rebrotes de la enfermedad, etc. En definitiva, un deterioro importante de la calidad de vida de todas estas personas.
¿Y después qué? El panorama post-coronavirus
La evidencia de la que disponemos de procesos epidémicos anteriores nos lleva a pensar que esta crisis no va a ser diferente y va a producir también un impacto psicológico significativo en la población.
El incremento de los problemas de ansiedad, el estrés, los trastornos depresivos y el agravamiento de patologías psiquiátricas previas van a formar parte del panorama sanitario post-coronavirus.
Para reducir el impacto psicológico y abordar los problemas de salud mental que se han generado por el confinamiento, cada vez es mayor la demanda de servicios de psicología online que, como Psonríe, permiten hablar con un psicólogo al instante, las 24h del día y de forma completamente anónima.
Estas sesiones de ayuda psicológica online son imprescindibles para todas las personas que han visto cómo su salud mental se ha resentido debido al confinamiento y quieren recuperar la vitalidad y el bienestar en su día a día.