En Psicología, existen muchas técnicas para tratar las fobias, utilizando una metodología de lo más variada para lograr este objetivo.
Pero con la llegada de las nuevas tecnologías, van surgiendo técnicas más novedosas que incorporan los adelantos técnicos más punteros. Es el caso de la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias, que vamos a descubrir en este artículo.
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¿Qué es la terapia de realidad virtual en el tratamiento de fobias?
Las fobias son una de las patologías psicológicas más frecuentes, pues se estima que pueden estar afectando a un 8% de la población adulta. Por ello no es extraño que sea una de las problemáticas donde más técnicas han surgido con el objetivo de controlar y eliminar sus síntomas. La más reciente de todas ellas sería la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias.
Esta terapia se basa en la utilización de un equipo de realidad virtual, con unas gafas especiales que incorporan una pantalla donde se proyecta una imagen que se adapta al movimiento de la cabeza de la persona, por lo que se logra una experiencia inmersiva con el estímulo y el entorno que se esté visualizando en ese momento. De esta manera lo que se logra es hacer una exposición al estímulo aversivo de una manera virtual.
En contraposición con otras técnicas, mediante la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias no se utiliza realmente el elemento que desata los miedos (ya sea una aguja, un perro, un vuelo en avión o un estrado donde hablar en público), sino que se genera una ilusión para representar dicho estímulo, pero de tal realismo que a nivel psicológico el sujeto experimenta las mismas reacciones que si fuera real.
Por lo tanto, al realizar dicho tratamiento mediante imágenes virtuales, logramos simular de una manera totalmente creíble la situación que genera la fobia, igual que si el estímulo real estuviera presente ante la persona, así que los resultados obtenidos son igualmente válidos y extrapolables a cuando se enfrente en persona a dichos estímulos.
Ventajas de la realidad virtual
Tradicionalmente se ha utilizado la exposición en vivo como la técnica habitual para tratar los miedos irracionales. En contraposición, la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias ofrece una serie de ventajas que no encontramos cuando hablamos de la exposición tradicional. Vamos a ver cada una de ellas.
1. Control
El primer punto a favor de la realidad virtual que nos encontramos es el control sobre el estímulo que tiene el terapeuta, impensable en muchos casos de exposición en vivo. Por ejemplo, con solo manipular unos botones puede hacer que el perro simulado pase a tener una actitud más fiera o más mansa, puede variar las condiciones climatológicas y las turbulencias vividas durante un vuelo en avión, o puede hacer que las arañas se acerquen cada vez más al paciente.
La exposición en vivo permite este control solo en algunos tipos de estímulos. Por ejemplo, podemos acercar más o menos un objeto o un animal al sujeto que está siendo tratado, pero en ningún caso podemos variar la meteorología o la actitud de un animal para poder graduar la intensidad de la exposición según nuestros objetivos y la opinión profesional del psicólogo, pues algunos elementos quedarían sujetos únicamente al azar de la situación.
Es más, el profesional no solo controla lo que el paciente ve, sino la forma en la que lo percibe, y es que puede agregar elementos interoceptivos, como visión de túnel o borrosa, si quiere intensificar la experiencia y centrarla en una sensación fisiológica concreta, que es la que el sujeto teme. Con lo cual la imagen es totalmente modulable, a todos los niveles, logrando exactamente el tipo de estímulo que buscamos en cada ocasión.
Por lo tanto, si queremos tener un control absoluto sobre el estímulo aversivo para una exposición tan progresiva como necesitemos, lo mejor es optar por la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias para tratar este tipo de trastornos, pues los métodos tradicionales no son tan moldeables en ese sentido, como hemos podido comprobar.
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2. Bajo coste
Otra gran ventaja que nos concede el uso de la realidad virtual es el bajo coste que supone esta técnica, pues con el mismo equipo podemos preparar una exposición simulada para una infinidad de estímulos diferentes. Tan solo hay que preparar la proyección que el paciente verá a través de las gafas VR, adaptada al estímulo aversivo que le ha llevado hasta la consulta.
Por eso, no importa que la persona quiera ser tratada de fobia a los insectos, a conducir, a las tormentas o a la sangre. Cualquier opción imaginable es susceptible de ser tratada en el gabinete del psicólogo gracias a la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias. Por ello, los costes de preparación del tratamiento así como sus posibilidades de realización son mucho más asequibles que con la exposición a los estímulos reales.
Pensemos, por ejemplo, en el miedo a volar. Sería complicado y tremendamente caro intentar realizar cada sesión de tratamiento a bordo de un avión real, despegando y aterrizando desde un aeropuerto. En cambio, con solo ponerse las gafas de realidad virtual, el paciente puede mirar a su alrededor y verse a bordo de ese vehículo que tanto pavor le da, por el momento, hasta que sus reacciones de ansiedad comiencen a desaparecer.
3. Resultados
La tercera ventaja que nos aporta la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias, que ya anticipábamos antes, es que los resultados logrados se pueden extrapolar a los estímulos reales. Es decir, una persona que haya logrado superar su miedo a los perros, por poner un ejemplo, haciendo uso de un sistema de realidad virtual, debería poder enfrentarse presencialmente al estímulo (perros reales) sin experimentar una sintomatología ansiosa.
Por lo tanto, no solo contamos con un control sobre el estímulo virtual, que además es de muy bajo coste, sino que logramos resultados igual de sólidos que los que se obtienen con la exposición en vivo, utilizando estímulos reales. Poniendo en una balanza ambas técnicas, no cabe duda de que la terapia virtual gana la partida en la mayoría de los casos, salvo que la fobia sea respecto a un elemento muy abundante, fácil de conseguir y manipular.
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La importancia del terapeuta
Aunque ya hemos visto que la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias es asequible, eficaz y controlable, no podemos obviar el elemento central de dicha terapia, que no es otro que el propio psicólogo que la lleva a cabo. Y es que, por muy potentes que sean los elementos utilizados, de poco sirve si no son manejados con la destreza de un profesional experimentado.
Es el psicólogo el que, gracias a su perspicacia, sabe cómo debe modular la exposición virtual, observando las respuestas fisiológicas del individuo, para saber cuándo, efectivamente, ha superado la ansiedad a un determinado grado del estímulo y puede entonces pasar al siguiente, sin anticiparse, lo que provocaría un efecto rebote muy negativo para el tratamiento.
Por este motivo, por muy fiable y eficaz que sea la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias, es imprescindible que esta sea guiada por un profesional de la Psicología, pues solo alguien con la debida formación puede conducir estas sesiones asegurando un adecuado desarrollo de las mismas y por lo tanto un resultado satisfactorio para el paciente, deshaciéndose de una vez por todas de sus miedos más profundos, sin correr ningún riesgo.
Un ejemplo práctico
Para comprender mejor el funcionamiento de la terapia de realidad virtual aplicada a las fobias, vamos a profundizar en un ejemplo práctico, a través del estudio publicado por Baños y colaboradores en 2001, en la revista Clínica y Salud. En dicho trabajo, los autores dan los detalles de un tratamiento con realidad virtual para la fobia a volar en avión. Para ello, habían preparado tres escenarios diferentes (todos virtuales) para aumentar progresivamente la intensidad.
En el primer escenario, se podía ver una habitación en la que el sujeto está preparando las maletas para el viaje, de manera que comienza a anticipar sus miedos y por lo tanto su sintomatología de ansiedad, incluso antes de salir de casa, situación que ocurre en la realidad, por supuesto. Pasando al segundo escenario, el paciente se vería a sí mismo en un aeropuerto, antes de embarcar, observando la actividad habitual de estas instalaciones.
Por último, en el tercer escenario pasaríamos al interior del avión, pudiendo modificar las condiciones según el criterio del terapeuta para simular el despegue, el aterrizaje, condiciones de turbulencias y otros eventos meteorológicos que puedan aumentar la ansiedad del paciente.
Tras realizar ocho sesiones, dos de ellas de evaluación y seis de tratamiento con gafas VR, se constató el éxito de la terapia, observando una alta reducción en los niveles de ansiedad, evitación y creencias catastrofistas frente al evento de volar en avión. Esta es una pequeña muestra de la tremenda utilidad de este sistema que, sin duda, todos los psicólogos especializados en fobias deberían tener en cuenta.
Referencias bibliográficas:
- Baños, R.M., Botella, C., Perpiñá, C., Quero, S. (2001). Tratamiento mediante realidad virtual para la fobia a volar: un estudio de caso. Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. Clínica y Salud.
- Botella, C., García-Palacios, A., Baños, R.M. (2007). Realidad virtual y tratamientos psicológicos. Cuadernos de medicina psicosomática y psiquiatría de enlace.
- Capafons, J.I. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para las fobias específicas. Psicothema.
- García-García, E.S., Rosa-Alcázar, A.I., Olivares-Olivares, P.J. (2011). Terapia de exposición mediante realidad virtual e internet en el trastorno de ansiedad/fobia social: Una revisión cualitativa. Terapia Psicológica.