El humanismo es una corriente filosófica que ha tenido una gran influencia tanto en la psicología como en la política y las ciencias sociales en general. Sin embargo, no existe como algo homogéneo, sino que existen diferentes tipos de humanismo.
Cada una de estas clases de humanismo expresa, a su manera, la idea fundamental de esta forma de pensar: que importan la vida de todos los seres humanos y que, por defecto, hay que respetar las vidas de los demás sin pretender alterarlas injustificadamente o sin tener en cuenta su opinión. Veamos de qué modo lo hacen.
¿En qué consiste el humanismo?
El humanismo es una forma de pensar que pone énfasis en el valor de las experiencias subjetivas y privadas de cada uno. Así, por ejemplo, la Psicología Humanista toma muchas influencias de la fenomenología (las sensaciones y las experiencias privadas y conscientes de cada persona son valiosas y únicas) y el existencialismo (cada persona construye un relato vital que da significado a su existencia).
A la práctica, en psicología el humanismo se ha notado en propuestas terapéuticas como la Terapia Gestalt de Fritz Perls y las aportaciones de psicólogos como Abraham Maslow o Carl Rogers. Este grupo de pensadores defendían la idea de no imponer un sistema rígido de intervención sobre las personas, sino adaptarse a cada caso dejando que sea la persona la que tome las riendas de las sesiones.
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Los principales tipos de humanismo
Estas son las características fundamentales de los distintos tipos de humanismo. Para comprenderlos del todo, sin embargo, hay que tener en cuenta que cada uno de ellos ha surgido en un contexto histórico diferente, y no pueden ser entendidos sin comprender el grado de desarrollo tecnológico, filosófico y ético que existía en el momento de su aparición.
1. Humanismo teocéntrico
Este tipo de humanismo basa toda su moral en la existencia de un dios determinado que revela lo que es bueno y lo que es malo y, por consiguiente, cómo debe tratarse a los seres humanos.
2. Humanismo histórico
Este fue un tipo de humanismo nacido en Florencia al final de la Edad Media. En él, las artes y la actividad intelectual iba centrándose poco a poco en lo humano, dejando de considerar que lo divino era el centro de todo.
3. Humanismo antropocéntrico
Este tipo de humanismo fue el que empezó a caracterizar a las sociedades occidentales a partir del Renacimiento y, especialmente, desde la época de la Ilustración.
Aquí, la figura de Dios deja de ser el centro del sistema moral, y el ser humano cobra todo el protagonismo. Se deja de prestar tanta atención al código de conducta escrito en textos sagrados y se formulan nuevas formas de ética humanista.
Del mismo modo, se rechaza la idea de que un ser humano pueda controlar a otro; lo que sí se puede controlar y someter es la naturaleza, vista como un conjunto de recursos que pueden ser utilizados para el bienestar de la especie.
4. Humanismo empírico
Este es uno de los tipos de humanismos que tratan de diferenciarse del resto por el hecho de ser más prácticos y aplicados. Mientras que otras formas de esta corriente de pensamiento se basan más en ideas abstractas, como por ejemplo la necesidad de no dominar a otros seres humanos, este se centra en el rechazo o la aceptación de ciertas acciones o actitudes concretas.
Por ejemplo, desde el humanismo empírico se rechaza la violencia, se declara una total libertad de expresión y de creencias, y se enfatiza la necesidad de resaltar las formas de vivir la vida propias de minorías.
5. Humanismo existencialista
Esta forma de humanismo destaca la importancia de rechazar los totalitarismos materiales e intelectuales que obligan a las personas a quedar reclutadas para una causa concreta, impidiendo que piensen más allá de esta.
Para los filósofos existencialistas como Jean-Paul Sartre, es el individuo quien debe construir un significado para su propia vida sin que otros interfieran en este sistema de ideas y símbolos.
6. Humanismo marxista
Muy fundamentado en la filosofía del filósofo Karl Marx, este tipo de humanismo surgido a partir de la II Gerra Mundial pone énfasis en la idea de que el ser humano es un ser social cuya identidad solo emerge a partir de la interacción con los demás, permitida gracias a los vínculos de solidaridad presentes en sociedades bien cohesionadas y unidas.
Esta filosofía rechaza el individualismo de buena parte del resto de tipos de humanismo, y señala que el bienestar del individuo depende de fenómenos colectivos en los que todos deben participar para no ser manipulados.
7. Humanismo universalista
Se trata de una forma de pensamiento muy influida por la filosofía posmoderna. Señala la necesidad de crear sociedades inclusivas para todas las personas, respetar las diferentes culturas que están presentes en la sociedad y no guiarse únicamente por códigos de conducta rígidos, sino todo lo contrario: apreciar la espontaneidad y la creatividad en todos los aspectos de la vida.