¿Cómo afectan las deudas a nivel psicológico?

Un resumen de las consecuencias psicológicas que pueden tener las deudas.

Cómo afectan las deudas a nivel psicológico

En las sociedades occidentales es cada vez más habitual contraer deudas ya sea para empezar proyectos profesionales, para pagar un pasivo de alto valor como un hogar en el que vivir, o incluso para pagar otras deudas. Se trata de un fenómeno tan común que hay círculos sociales en los que, incluso, no tener ninguna deuda por pagar llega a ser visto como un coste de oportunidad; es decir, una señal de que no estamos aprovechando todos los recursos a nuestra disposición para capitalizarnos invirtiendo dinero.

Ahora bien, las investigaciones en el ámbito de la salud mental y las ciencias del comportamiento realizadas a lo largo de los años ha demostrado que estas deudas pueden tener una significativa afectación psicológica en las personas que las contraen y que a la larga pueden convertirse en verdaderos problemas de salud si la situación no es bien gestionada.

¿Qué alteraciones psicológicas pueden surgir al afrontar deudas?

Aunque cada persona afronta sus problemas de manera específica, existen una serie de problemas comunes que tienden a surgir cuando se vive con deudas excesivas. Esto no significa que endeudarse sea en sí algo que desencadena problemas mentales, pero sí que existen una serie de riesgos que van más allá de lo puramente económico y que debemos conocer.

A continuación veremos de manera resumida las principales maneras en las que las deudas pueden afectarnos a nivel psicológico. No tienen por qué aparecer todas a la vez en la misma persona, y sus particularidades dependen de cada individuo.

1. Sentimiento de culpa

El sentimiento de culpa es muy frecuente, especialmente en aquellas personas que se endeudaron sin pensar bien en las consecuencias que tendría dicha deuda a largo plazo, fenómenos que no se valoran lo suficientemente, como el pago de intereses elevados.

Apostar por el cortoplacismo en lugar de valorar detenidamente los pros y los contras de endeudarse acaba generando un sentimiento de culpa y malestar intenso que puede desarrollar otros problemas a nivel psicológico como pueden ser la ansiedad o el estrés.

Los sentimientos de culpa también son habituales en personas que presentan determinados tipos de adicción que facilitan el endeudamiento, como es el juego patológico (ludopatía), o las adicciones a todo tipo de drogas de venta ilegal.

2. Sentimiento de estancamiento vital

Las deudas elevadas pueden ser percibidas como algo que nos encadena a un cierto estilo de vida y limitan nuestra libertad para tomar cualquier tipo de decisión financiera.

Esta incapacidad para hacer lo que queramos con nuestro dinero en cualquier momento a menudo genera un sentimiento de estancamiento vital, en el cual la persona puede experimentar síntomas de estrés o ansiedad al ver que no puede hacer uso de su dinero tal y como le gustaría.

Muchas personas que contraen deudas elevadas acostumbran a sentir que su dinero no les pertenece, lo cual genera una sensación de estar atado permanentemente a la deuda y no poder disfrutar de la compra de bienes o servicios con nuestro propio dinero.

3. Baja autoestima

Otra de las afectaciones psicológicas de las deudas financieras las encontramos en la disminución drástica de la autoestima en las personas que las han contraído y en un sentimiento de inferioridad que se puede ir acrecentando progresivamente.

La autoestima es un componente esencial de nuestra personalidad con el que analizamos diariamente nuestro rendimiento o nuestro valor como personas a todos los niveles y casi siempre el hecho de contraer determinadas deudas tiene una afectación muy notable en los niveles de la misma.

Esta bajada de autoestima sucede a menudo cuando la persona se compara con quienes no tienen que cargar con mucho dinero en deudas y también cuando recuerda que no puede disfrutar plenamente de su dinero, lo que plantea un escenario muy negativo y pesimista.

Otro de los sentimientos que experimentan habitualmente las personas endeudadas es un sentimiento de humillación exacerbada, especialmente en aquellas sociedades más conservadoras o las que ponen más valor en la rectitud moral definida por la sociedad.

Es habitual sentir humillación y vergüenza por haber deshonrado a la familia o a personas conocidas y esta también se experimenta al compararse con otras personas del propio entorno.

4. Ansiedad

Los síntomas y trastornos relacionados con la ansiedad se suceden habitualmente en personas con deudas de todo tipo, debido a la presión que sienten en todo momento por pagar de una vez por todas el importe debido.

La necesidad de ahorrar para evitar que el pago de la deuda sea cada vez más elevado y los pensamientos constantes y recurrentes sobre la propia deuda también generan un gran malestar en la persona y son la causa de síntomas de ansiedad.

5. Depresión

Aunque el efecto de las deudas depende de las características particulares de cada persona y de su capacidad para afrontar las adversidades, la investigación científica ha demostrado que a menudo se desarrollan síntomas o trastornos depresivos en la persona que contrae deudas.

La constante frustración de aquellos que se endeudan, la vergüenza que puede sentirse, el malestar generalizado, la angustia y la tristeza por verse en esta situación tan desagradable puede acabar generando casos de depresión que pueden cursar conjuntamente con otras alteraciones como la ansiedad, el estrés o las adicciones.

6. Insomnio

Las deudas también tienen una gran afectación en los hábitos de sueño de las personas, llegando a generar casos de insomnio y problemas de todo tipo para conciliar el sueño o bien para tener sueños largos y reparadores.

La constante preocupación por las deudas contraídas se relaciona a la larga con una fatiga mental y física que en ocasiones hace que la persona no pueda dormir correctamente ni descansar como es debido por las noches.

7. Cambios en el carácter

Todos estos problemas de tipo psicológico pueden ocurrir por separado o interrelacionarse entre sí, lo que a su vez puede modificar el estado de ánimo de la persona o su carácter diario.

Este fenómeno se manifiesta en cambios de humor, irritabilidad o agresividad verbal para con otras personas de nuestro entorno y dificultades para relacionarse a nivel social de manera satisfactoria.

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