Los luditas, cuando los obreros se rebelaron contra la máquina

El primer episodio sangriento de la Revolución Industrial.

Luditas

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La Revolución Industrial se estaba extendiendo por Inglaterra a una velocidad inesperada y, con ella, el incipiente malestar de los antiguos artesanos y trabajadores del campo, que veían en el auge de los telares una grave amenaza para su subsistencia. De ahí surgió el ludismo o los luditas, un movimiento muy violento que destruía la maquinaria industrial para protestar contra la precariedad laboral y que significó el primer episodio sangriento de la recién nacida Revolución Industrial.

Luditas: hombre versus máquina

El tema puede sonar muy actual. Y es que, con esta nueva revolución que estamos viviendo (en este caso, la revolución digital), nos surgen preguntas parecidas, del tipo: ¿llegará a sustituir la IA el trabajo del ser humano? ¿Cómo podremos sobrevivir todos, en un mundo donde ya no harán falta los trabajadores?

Porque, aunque pueda parecer muy futurista, este miedo ya lo sentían los trabajadores de principios del siglo XIX, cuando la denominada Revolución Industrial, que había surgido en Inglaterra la centuria anterior, eliminaba puestos de trabajo y robotizaba una serie de faenas que, desde siempre, habían sido manuales.

Ante semejante vorágine (porque debemos pensar que la Revolución Industrial fue muy rápida) es lógico que los hombres y las mujeres del campo, así como los artesanos, vieran peligrar su modus vivendi y, por tanto, su propia existencia. Durante las primeras décadas del siglo XIX, la situación era ya insostenible, y la tensión estalló.

¿A qué llamamos ‘Revolución Industrial’?

La Revolución Industrial (Primera Revolución Industrial, para ser más exactos, pues la siguieron otras) comenzó a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña, para extenderse más tarde por toda Europa. Se caracterizó por una transformación radical en el panorama productivo y, por tanto, social, que configuró las bases de las subsecuentes sociedades capitalistas.

¿En qué se basaban estas transformaciones? Para empezar, una renovación de los métodos de comercio y de banca, que propiciaron un inusitado movimiento de capital que propició las inversiones en métodos de producción.

Y ¿por qué en Gran Bretaña? Entre otras cosas, porque el país había sido siempre muy rico en carbón, producto fundamental para hacer funcionar el gran invento del siglo XVIII y que fue el principal motor (nunca mejor dicho) de toda la Revolución Industrial: la máquina de vapor. Por otro lado, Gran Bretaña gozaba desde hacía dos siglos de un régimen parlamentario que otorgaba cierta estabilidad al país, lo que permitía el movimiento de recursos y las sucesivas inversiones.

Un claro ejemplo de cómo la Revolución Industrial removió las bases económicas y sociales fue la sucesión de diferentes máquinas textiles, cada vez más sofisticadas, capaces de diseñar mecánicamente dibujos y formas que antaño solo eran posibles gracias a la mano humana. En este sentido, la introducción de las tarjetas perforadas, un claro antecedente de la informática actual, fue crucial para el auge de esta industria.

Los olvidados de la Revolución

De esta forma, los inversores se hacían cada vez más ricos, y la economía rodaba sin freno. Pero ¿qué pasaba con los antiguos artesanos y los trabajadores del campo?

Por supuesto, eran los ‘olvidados’ de la revolución. Porque todo el trabajo que ahora se hacía en las fábricas lo realizaban antes en sus casas, manualmente, como desde hacía siglos. No solo eso: los nuevos telares mecánicos, para los que no hacía falta mucha preparación (pues el grueso del trabajo lo realizaba la máquina), requerían a obreros poco o nada cualificados y, por tanto, que cobraban un sueldo menor. El resultado: los artesanos se vieron desplazados, y su fuente de alimento, amenazada.

Lo que parecía una transformación positiva empezó a teñirse de amenazas. Las protestas empezaron pronto, pero no fue hasta el año 1811 cuando el movimiento alcanzó cotas insospechadas, e incluso recibió un nombre: ludismo.

Nedd Ludd, el líder (¿legendario?) de los luditas

Existen muchas teorías acerca del nombre con el que se bautizó al movimiento. La más extendida es que proviene del apellido de su supuesto líder, un tal Nedd Ludd, un personaje de dudosa existencia y que, al parecer, rompió un par de telares en el lejano año de 1779, furioso por el trato que recibían los obreros. Este hecho, alejado todavía del movimiento ludita de principios del siglo XIX, fue considerado por sus seguidores como una especie de premonición, un símbolo de lo que sería la futura lucha de clases.

Al parecer, el tal Ludd envió cartas amenazantes a los patrones de las fábricas, firmadas con nombres como Mr. Pistol o General Justice. Lo que prueba, por otro lado, que la figura del líder de los luditas no era solo un cabecilla, sino que representaba un ideal social, puesto que defendía los derechos de los trabajadores y se oponía a los que se consideraban sus verdugos.

Nedd Ludd firmaba con un tercer nombre, tan inquietante como premonitorio: Joe Firebrand (Joe el Incendiario). La furia con la que arremetió contra los telares en 1779 fue recogida por sus seguidores, los luditas, en 1811, cuando explotó el conflicto que se venía fraguando durante décadas.

Los luditas en acción

El 11 de marzo de 1811, y como venganza a la represalia que habían ejecutado los soldados del rey hacia un grupo de obreros sin trabajo, unos cuantos luditas destruyeron las máquinas de una de las fábricas de la ciudad de Arnold, en Nottinghamshire. Los ataques se producían de noche, de forma rápida, mediante mazos, hachas y otras armas contundentes. Esta destrucción no era solo una venganza a su situación, sino que aniquilaba la inversión del patrono y, además, le declaraba abiertamente la guerra.

En otra de las incursiones, en una localidad denominada Bulwell, un tejedor murió en la refriega, en la que tuvieron que intervenir las autoridades. Toda Gran Bretaña estaba en pie de guerra.

Los luditas no constituían un movimiento cohesionado, sino que eran una especie de guerrilla diseminada que actuaba independientemente y espoleada por un mismo ideal. El 12 de abril de 1811, apenas un mes después del primer incidente en Arnold, trescientos obreros destruyeron por completo una fábrica entera del mismo condado y, una vez más, hubo muertos: esta vez se trataba de John Booth y Samuel Hartley, dos jóvenes luditas.

La sangrienta Framebreaking Bill

Paralizado por el pánico, el gobierno aprobó la Framebreaking Bill, que condenaba a muerte a cualquiera que destruyera un telar. La dureza del castigo hizo que muchas voces, entre ellas la de Lord Byron, se levantaran contra semejante locura.

Sin embargo, la ley prosperó, y entre 1812 y 1816 decenas de luditas fueron juzgados y ejecutados, y otros, exiliados a las colonias de Oceanía. Mientras, el gobierno inglés reunió un ejército de 12.000 hombres para contener la fiebre ludita, que se propagaba como la pólvora. La contienda entre obreros y patronos amenazaba con convertir Inglaterra en un mar de sangre.

El movimiento ludita dio sus últimos estertores en 1816, más o menos coincidiendo con el fin de las Guerras Napoleónicas, que también habían tenido su parte en su creación. Finalizó el ludismo, pero la lucha de clases no terminó. Incluso podemos decir que sigue vigente en nuestros días.

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  • BAILEY, B. (1998), The Luddite Rebellion, NYU Press
  • SÁNCHEZ, F, Luditas, la gran rebelión contra las máquinas del siglo XIX, en Historia National Geographic, 18 de agosto de 2025
  • REIMONDO, G., La primera guerra contra las máquinas y sus patrones (1811-1816), en https://humanizationoftechnology.com/

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Sonia Ruz Comas. (2025, septiembre 8). Los luditas, cuando los obreros se rebelaron contra la máquina. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/cultura/luditas-cuando-obreros-se-rebelaron-contra-maquina

Periodista

Licenciada en Humanidades y Periodismo por la Universitat Internacional de Catalunya y estudiante de especialización en Cultura e Historia Medieval. Autora de numerosos relatos cortos, artículos sobre historia y arte y de una novela histórica.

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