7 obras de arte que nos hablan del verano

Veamos, a través de estas obras, cómo el verano se refleja en el arte.

obras-arte-verano

El verano es una época de dolce far niente, es decir, del “dulce no hacer nada” (al menos, para los que tienen vacaciones en esta estación). Sin embargo, para los que trabajan, el mundo ofrece un sinfín de variedades de ocio con las que solazarse al finalizar la jornada laboral. Porque el verano es la época de las cenas al aire libre, de la música que no acaba, de los eventos en el mar y de las acampadas bajo las estrellas.

Hoy te traemos 7 obras de arte ambientadas en esta estación del año. Algunas hacen referencia a este ocio despreocupado; otras, al trabajo, que nunca ha dejado de hacerse por el simple hecho de ser verano. Esperemos que disfrutes y que te sumerjas (todavía más) en la temporada estival.

El verano a través del arte

Sorolla y sus marinas, donde vemos a niños alegres correteando entre las olas. Goya y sus juegos galantes al aire libre, de una época muy anterior a las escabrosas pinturas negras. El Art Noveau, con Mucha a la cabeza, con sus musas, personificación de las estaciones… Existen muchas obras de arte que toman su inspiración del verano. Hoy te traemos 7 de ellas. Que las disfrutes.

1. Niños en la playa, de Joaquín Sorolla (Museo del Prado, Madrid)

Si hablamos de verano, es obvio que la mayoría de las obras de Sorolla, especialmente aquellas que pintó au plein air en la playa, nos vienen de maravilla para ilustrar la alegría que transmite esta estación tan luminosa. Porque… ¿quién otro para plasmarla en el lienzo que el “pintor de la luz”?

Niños en la playa fue pintado en 1910 y es uno de los muchos cuadros del pintor valenciano que toma como argumento el ocio de los niños en el mar. En esta ocasión, vemos a tres muchachitos estirados en la arena, justo donde rompen las olas, que parecen divertirse con el movimiento del agua. Los tres van desnudos como solían bañarse los niños en el XIX (ojo, los niños, porque las niñas siempre iban con una especie de camisa larga).

Podemos observar sus diferencias físicas; mientras que el niño en primer plano es rubio y tiene la piel blanca enrojecida por el sol, los dos muchachos en segundo plano son morenos. El lienzo transmite una vitalidad y alegría de vivir muy propias del verano mediterráneo.

Chicos en la Playa

2. Agosto, Ignacio Díaz de Olano (Museo de Bellas Artes de Asturias)

El título ya nos invita a sudar. En la obra Agosto, del pintor vitoriano Ignacio Díaz de Olano (1860-1937), vemos un paisaje rural empapado de una rutilante luz estival; solo el primer término permanece en sombra. El motivo de la obra es costumbrista: el artista ha plasmado a unos aldeanos faenando en el campo.

Lo que podría ser un momento duro y fatigoso es captado por Díaz de Olano de forma muy liviana. Las dos jóvenes del primer plano juegan con la paja y ríen, alborozadas, mientras que un joven en el extremo derecho del cuadro las mira sonriente. El amarillo de la paja seca otorga una nota cálida, tórrida casi, que ensalza aún más el ambiente veraniego.

Agosto, Ignacio Díaz de Olano

3. Baile en el Moulin de la Galette, Auguste Renoir (Museo de Orsay, París)

El verano es playa, campo, sol… ¡y baile! ¿Cómo olvidar la música nocturna bajo las estrellas, acompañada de una suave brisa estival? He aquí lo que retrató el genial pintor impresionista Auguste Renoir (1841-1919) en su pintura Baile en el Moulin de la Galette (1876), donde el pintor presenta una escena vespertina de baile en el patio de este popular merendero parisino, ubicado en Montmartre.

Que es verano lo sabemos, primero, porque en París sería impensable realizar este tipo de veladas au plein air en invierno. Y, segundo, por el vestuario de las damas y los caballeros; mientras ellas portan vestidos vaporosos y de colores claros, ellos lucen sombreros de paja, de los que solían llevar los hombres cuando apretaba el calor.

Baile en el Moulin de la Galette, Auguste Renoir

4. Verano, Caspar David Friedrich (Neue Pinakothek, Múnich)

De título más que explícito, este lienzo del pintor romántico Caspar David Friedrich (1774-1840) presenta uno de los típicos paisajes del artista que, sin embargo, en esta ocasión parece no ocultar ningún mensaje trascendente, como sí es usual en el resto de su obra.

Vemos un colosal paisaje al que baña la opulenta luz del mediodía estival; como suele ser habitual en los cuadros del pintor, el cielo ocupa una gran parte de la composición, y nos recuerda a otras composiciones suyas como la famosa Monje frente el mar. El artista ha captado magistralmente la sofocante quietud del momento: hasta el aire parece detenido. El único soplo de movimiento lo encontramos en los furtivos amantes que se abrazan, diminutos, bajo un emparrado.

Verano, Caspar David Friedrich

5. La gallina ciega, Francisco de Goya (Museo del Prado)

Se trata de uno de los famosos cartones para tapices que realizó el pintor, destinados a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. En esta ocasión vemos un hermoso paisaje campestre, envuelto en una suave tonalidad violeta, donde aparecen, formando un corro, una serie de personajes que juegan a la “gallina ciega”, un divertimento muy popular en la época.

Algunos de estos personajes visten a la moda goyesca; otros llevan un atuendo francés. Sea como fuere, por los vaporosos vestidos de muselina de las mujeres sabemos que hace buen tiempo, por lo que es o primavera o verano. El aura crepuscular que envuelve el cuadro también nos hace pensar en una hora tardía, lo que acentúa la idea de que se trata de uno de los días largos del año.

La gallina ciega, Francisco de Goya

6. Verano, Alphonse Mucha (Colección privada)

El Verano de Alphonse Mucha (1860-1939) pertenece a una serie sobre las estaciones en la que el artista también representó la primavera, el otoño y el invierno. Como es habitual en la estética del pintor (y del Art Noveau en general), Mucha personaliza al verano en una mujer, el principal vehículo de expresión de la temática modernista.

La mujer-verano se apoya en un ramaje de lo que parece una vid, y lleva su mirada, medio desafiante, medio soñadora, hacia nosotros. Va coronada de amapolas (la flor que surge entre el trigo, símbolo estival) y moja sus pies desnudos en un riachuelo. Los colores de la composición son cálidos (el verde de la vegetación apenas se percibe, y lo único que escapa de la paleta anaranjada es el azul del cielo), lo que aumenta todavía más la sensación de calor y quietud veraniegos.

Verano, Alphonse Mucha

7. Junio, del libro de Las muy ricas horas del Duque de Berry, de Barthélemy d'Eyck, hermanos Limbourg y Jean Colombe (Museo Condé, Chantilly)

Les Très Riches Heures du Duc de Berry, ejecutado en el siglo XV por varios autores, es uno de los libros góticos más espectaculares y mejor conservados. De las iluminaciones que corresponden a los diversos meses del año, destacamos en esta ocasión Junio, donde aparece la majestuosa silueta del Palais de la Cité, de París, la enorme fortaleza que vigilaba la ciudad en la Edad Media.

En primer término, fuera de las murallas de la urbe, vemos a una serie de campesinos faenando en el campo; en concreto, realizando las tareas correspondientes al mes de junio. Las dos mujeres de azul en primer plano están rastrillando y apilando el heno, mientras que, más alejados, tres campesinos parcelan la tierra con sus guadañas.

Lo más impresionante es el brillante azul lapislázuli que inunda no solo el cielo, sino también el zodiaco que se alza en la parte superior de la miniatura, que, en correspondencia a junio, representa a Géminis y Cáncer.

Junio, del libro de Las muy ricas horas

Newsletter PyM

La pasión por la psicología también en tu email

Únete y recibe artículos y contenidos exclusivos

Suscribiéndote aceptas la política de privacidad

  • ARNÁIZ, J. M. (1987), Francisco de Goya, cartones y tapices, Espasa Calpe
  • CALVO SANTOS, M. (), Niños en la playa. Exquisita postal de la luz mediterránea, en HA! Historia del arte (https://historia-arte.com/obras/ninos-en-la-playa-de-sorolla), 23 de octubre de 2015
  • WOLF, N. (2003), Caspar David Friedrich 1774-1840: The Painter of Stillness, Taschen
  • VV.AA., Junio en "Las muy ricas horas del duque de Berry", en https://didactalia.net/, 6 de enero de 2014

Al citar, reconoces el trabajo original, evitas problemas de plagio y permites a tus lectores acceder a las fuentes originales para obtener más información o verificar datos. Asegúrate siempre de dar crédito a los autores y de citar de forma adecuada.

Sonia Ruz Comas. (2024, julio 11). 7 obras de arte que nos hablan del verano. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/cultura/obras-arte-verano

Periodista

Licenciada en Humanidades y Periodismo por la Universitat Internacional de Catalunya y estudiante de especialización en Cultura e Historia Medieval. Autora de numerosos relatos cortos, artículos sobre historia y arte y de una novela histórica.

Psicólogo/a

¿Eres psicólogo?

Date de alta en nuestro directorio de profesionales

Artículos relacionados

Artículos nuevos

Quizás te interese

Consulta a nuestros especialistas