El humor es considerado uno de los mecanismos de defensa por el psicoanálisis. Se considera que esta herramienta permite atravesar momentos complejos y dolorosos convirtiéndolos en algo cómico. Desde esta teoría se plantea que es un mecanismo relativamente adaptativo puesto que permite manejar la ansiedad y el estrés sin distorsionar demasiado la realidad.
Entonces, ¿cómo podemos usar este recurso en la crianza de nuestros hijos? Responderemos a esta pregunta a lo largo de este artículo. Hablaremos de los beneficios del humor en la crianza, de cómo aplicar el humor y los límites a respetar. Por último, también veremos qué dice la ciencia al respecto.
Beneficios del humor en la crianza
La crianza de los hijos puede resultar desafiante en muchas ocasiones. No siempre es sencillo encontrar el equilibrio entre la afectividad, los límites y la educación. Pese a que a algunas personas puede resultarles difícil de creer, hay estudios científicos que respaldan que el humor puede ser una buena estrategia en la crianza.
Se ha observado que el uso del humor mejora la relación entre los hijos y los progenitores. Esto sucede debido a que se crean momentos de conexión en los que se comparten emociones agradables. El humor permite que las criaturas se sientan más cómodas y esto facilita la comunicación. Por tanto, se refuerza la empatía y la confianza.
Además, cuando los padres usan el humor para hacer frente a determinadas situaciones, los hijos también interiorizan esta herramienta. Como consecuencia, disponen de más estrategias de afrontamiento para hacer frente a las adversidades. En este sentido, el humor de los padres puede resultar ser un factor protector que minimiza los problemas emocionales y comportamentales de los niños.
Por último, es importante tener en cuenta que usar el humor como estrategia de afrontamiento también es beneficioso para los padres. El estrés, la tensión y la culpa disminuyen considerablemente y esto facilita que los padres y madres desempeñen mejor su rol.
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¿Cómo aplicar el humor en situaciones del día a día?
Es importante no perder de vista que el humor es una herramienta más en la crianza. Esto quiere decir que no se debe abusar del mismo convirtiendo todas las interacciones en bromas. La idea es emplear el recurso en momentos específicos para beneficiarse del mismo.
El humor puede ser clave en la resolución de conflictos puesto que permite rebajar las tensiones. El uso de bromas, chistes o juegos de palabras, entre otras opciones y siempre y cuando todas ellas sean respetuosas, puede facilitar que se vean las situaciones problemáticas desde otras perspectivas.
A modo de ejemplo, podríamos decir que jugar a cambiar roles, actuar de forma exagerada, contar cuentos o cantar canciones humorísticas puede contribuir a compartir momentos de risas y que determinados momentos que pueden ser más desafiantes (baños, cepillado de dientes, etc.) sean más amenos.
Convertir lo cotidiano en un juego, que es el lenguaje de los niños, nos va a ayudar a motivarlos y que se involucren más fácilmente. Por otro lado, hacer actividades cómo crear historias divertidas juntos va a fortalecer los lazos a la vez que fomentar la creatividad.
En definitiva, no se trata solo de que los niños y las niñas se lo pasen bien. La idea es que también les ofrezcamos una forma más de hacer frente a la vida. Es fácil reírse cuando las cosas van bien y poder hacerlo cuando el entorno es más complejo puede ser de gran ayuda.
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Límites en el uso del humor
Si bien es cierto que el uso del humor aporta muchos beneficios, es importante saber cuándo usar esta herramienta. Por ello, es necesario establecer determinados límites con el objetivo de garantizar su correcta aplicación.
Una de las principales recomendaciones a tener en cuenta es que debemos adaptar las bromas y, en general, el tipo de humor que usamos a la edad de las criaturas. Su capacidad de comprensión no es la misma con 3 años que con 10 y, por ello, debemos ajustarnos a su evolución.
Además del estado evolutivo en que se encuentran, es necesario tener en cuenta la personalidad del niño o la niña. Todas las personas tenemos necesidades diferentes y, por ello, es crucial que conozcamos a nuestros hijos y nos adaptemos.
Otro aspecto clave es el hecho de evitar usar el sarcasmo, puesto que es probable que no lo entiendan y les haga sentir inseguridad. En este sentido, jamás debemos usar el humor como herramienta para humillar o ridiculizar a las criaturas.
Por último, no podemos olvidar que el hecho de usar el humor como herramienta para mejorar las relaciones familiares y los vínculos no es sinónimo de falta de educación, límites o disciplina. Los cuidadores son los líderes y es necesario que mantengan límites que cuiden a los infantes aunque se use el humor para establecerlos o cumplirlos.
¿Qué dice la ciencia al respecto?
A pesar de que pueda extrañar a algunos lectores, son diversos los estudios que han demostrado la eficacia del humor como recurso para reforzar los vínculos y tener una mejor crianza. De hecho, se sabe que los bebés de apenas cuatro meses ya responden al humor de los padres y esto ayuda a crear un vínculo seguro.
La risa compartida es un factor que ayuda a crear una base sólida para la comunicación y la seguridad. Esto se convierte en un factor protector para la salud mental de la criatura a lo largo de su desarrollo. Los estudios demuestran que los hijos criados con humor tienen menos probabilidad de padecer ansiedad y depresión.
Tal y como hemos comentado, los beneficios no son únicamente para los niños y las niñas, sino que los padres y madres también se manejan mejor en la crianza. Les ayuda a crear vínculo y a hacer frente a los tiempos difíciles con más recursos.
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