¿Qué es el andamiaje en psicología educativa?

Este concepto expresa cómo el educador se debe adaptar al alumno, según Jerome Bruner y David Wood.

Andamiaje
El profesor o educador debe adaptarse al ritmo del aprendiz.

A lo largo de toda nuestra etapa o vida académica, el papel de los educadores resulta esencial a la hora de favorecer la adquisición de conocimiento. Una buena labor educativa tiene como objetivo potenciar las capacidades y habilidades de los alumnos.

Una de las teorías o conceptos que intentan explicar este proceso es el andamiaje. A lo largo de este artículo explicaremos en qué consiste este término utilizado en la psicología educativa, además de cómo se puede llevar a cabo y en qué consiste el andamiaje colectivo.

¿Qué es el andamiaje?

El proceso de andamiaje encuentra su base teórica en la teoría del andamiaje elaborada por los psicólogos e investigadores David Wood y Jerome Bruner, los que a su vez partieron del supuesto, desarrollado por el archiconocido psicólogo Lev Vygotsky, conocido como “zona de desarrollo próximo”.

Para poder entender mejor estos conceptos, antes que nada revisaremos en qué consiste la “zona de desarrollo próximo”. Esta idea elaborada por el psicólogo de origen ruso, intenta dar una explicación a cómo ciertas características del aprendizaje pueden facilitar el desarrollo intelectual de las personas y potenciar su maduración.

En concreto, la “zona de desarrollo próximo” es aquella franja del conocimiento o del aprendizaje que necesita ser potenciada mediante la ayuda de otra persona. Es decir, la distancia que existe entre aquellas habilidades o conocimientos que el niño puede adquirir por sí solo, y aquellas otras para las cuales necesita la ayuda de otra persona.

Partiendo de la base que aporta esta teoría, Wood y Bruner elaboran su teoría del andamiaje, la cual hipotetiza que en el momento en el que se desarrolla el vínculo o interacción de enseñanza/aprendizaje, los recursos de quien enseña están relacionados de manera inversa con el nivel de competencias de quien aprende.

Estos significa que cuantas menos habilidades o destrezas presente el niño, más recursos va a necesitar el educador. Por lo tanto, un correcto ajuste entre educador y alumno resulta esencial para la correcta adquisición y asimilación de la información.

¿De dónde procede este concepto de la psicología educativa?

El concepto de andamiaje resulta ser una metáfora que los autores utilizan para explicar el fenómeno por el cual el educador sirve de apoyo para que el alumno adquiera y elabore una serie de estrategias que le posibiliten adquirir ciertos conocimientos. Por lo tanto, gracias a esta función de “andamio” o apoyo por parte del educador, el niño es capaz de adquirir conocimientos, realizar una tarea o conseguir unos objetivos académicos, los cuales no lograría alcanzar sin él.

No obstante, este proceso de andamiaje no sólo se realiza en las escuelas o ámbitos académicos, sino que también puede darse en el hogar, siendo los padres el apoyo o base que potencia el aprendizaje del niño, o incluso a nivel social o entre iguales, lo cual es conocido como andamiaje colectivo.

Los autores hacen hincapié en la idea de que el andamiaje no consiste en resolver los problemas o realizar las tareas del pequeño, sino en aumentar los recursos que este posee. Podríamos decir que se trata de una transferencia de las estrategias de aprendizaje, la cual facilita la elaboración de estructuras de conocimiento más complejas.

Gracias a esta teoría, podemos comprender cómo de importante es el papel del educador, y cómo la participación activa y ajustada a las necesidades específicas del niño, sirven para consolidar la construcción del conocimiento.

¿Cómo se realiza?

Con el objetivo de llevar a cabo un proceso de aprendizaje basado en la teoría del andamiaje, los educadores deben tener en cuenta una serie de factores o condicionantes clave para que este se realice de la mejor manera posible.

1. Preparación de la información

Los conocimientos o información que el educador debe explicar o al alumno deben de estar preparados de antemano, para así poder exponerla en el momento en el que este la necesite.

2. La educación como reto

De la misma manera, el nivel de dificultad de la información debe ser lo suficientemente alto como para suponer un pequeño reto para el niño. Esto significa que debe situarse un poco por encima de las capacidades del niño, pero no demasiado, puesto que de lo contrario puede generar una sensación de frustración en este.

3. Evaluar al estudiante

Para poder realizar un proceso de andamiaje correcto, la información debe ajustarse a las necesidades específicas del niño; por lo que será necesario realizar una valoración o evaluación de las capacidades de este, para así poder potenciar al máximo su capacidad de aprendizaje.

4. Los esfuerzos del educador son inversamente proporcionales a las capacidades del niño

Tal y como se menciona anteriormente, el andamiaje se caracteriza porque a medida que el niño posee menos habilidades o capacidades de aprendizaje, el educador deberá de realizar una intervención mucho más intensa y profunda.

Esto significa que en aquellas áreas en las que el alumno experimente dificultades, el educador deberá mostrar un apoyo mayor el cual irá disminuyendo progresivamente conforme aumenten las habilidades del niño.

¿Qué es el andamiaje colectivo?

Al inicio del artículo se especifica que este proceso o método de aprendizaje no tiene por qué darse solamente en el contexto escolar o académico. La interacción entre educador y aprendiz puede darse también dentro del hogar o, incluso, entre grupos de iguales. Estos casos son los que consideraríamos como andamiaje colectivo.

Algunos estudios que tienen como objetivo evaluar la eficacia de este método, revelan que cuando este proceso se da entre grupos de iguales; es decir, entre grupos de alumnos con habilidades cuantitativa y cualitativamente similares, se ejerce un efecto reforzador del proceso de aprendizaje, ya que se realiza una consolidación mutua del aprendizaje.

Psicóloga Sanitaria y Sexóloga

Licenciada en Psicología por la Universitat de València. Especializada en Sexología Clínica y Terapia de Pareja por el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) donde, entre otras cosas, descubrió su pasión por la psicología de la infertilidad. Para completar su formación clínica, realizó el Máster de Psicología General Sanitaria en la Universitat de Valencia.

Ha desempeñado labores de psicóloga en diversos centros, entre ellos la Unidad de Salud Mental del Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Barcelona.

Actualmente, Isabel compatibiliza su trabajo con un blog divulgativo llamado “Sexplícitamente Hablando”. En el que reflexiona sobre aspectos psicológicos de las relaciones personales y sobre la sexualidad.

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