La evaluación es un proceso necesario en todo proceso educativo. Saber hasta qué grado el alumnado ha adquirido los conocimientos expuestos en clase es imprescindible para conocer cómo de eficiente está siendo el aprendizaje.
Sin embargo, quien puede evaluarlo no tiene por qué ser siempre el profesor. Los alumnos pueden ser partícipes de este proceso, tanto autoevaluándose, es decir, evaluando sus propios trabajos, como coevaluándose, evaluando lo hecho por sus compañeros.
A continuación vamos a centrarnos en la coevaluación, sus principales características, cómo debe ser aplicada, ventajas, dificultades y un ejemplo.
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¿Qué es la coevaluación?
La coevaluación consiste, fundamentalmente, en que la evaluación de los trabajos del alumnado sea llevada a cabo por los alumnos mismos, observando, analizando y valorando los trabajos de sus compañeros. Se trata de un proceso realizado entre pares, basado en criterios predefinidos, normalmente sugeridos por el docente, que servirán para evaluar el desempeño y la calidad de los compañeros, a fin de comprender si han adquirido los aprendizajes que de ellos se espera.
Todos los alumnos cumplen con dos roles simultáneamente. Por un lado está el ser evaluados con su propio trabajo, en el que tienen que demostrar que han adquirido los conocimientos teóricos expuestos en clase; y por el otro lado está el rol de evaluadores, aplicando los conocimientos prácticos enseñados en la sesión de corrección, sabiendo usar una permuta o rúbrica y tratando de dejar a un lado los sentimientos que puedan tener hacia el alumno que evalúan para poder hacer una corrección lo más objetiva posible.
Características de este método para evaluar
Son varias las características que podemos destacar de la coevaluación, aquí quedan explicadas de manera resumida.
1. Usado en trabajos colaborativos
La coevaluación es una herramienta que suele usarse en trabajos colaborativos, es decir, trabajos hechos en grupo. Uno o todos los miembros del grupo valora el trabajo de los demás, cómo han ayudado en la realización del trabajo, si han demostrado poseer los conocimientos que de ellos se esperaba, si ha habido algún problema...
2. Usado en trabajos individuales
La coevaluación también se puede usar en los trabajos individuales. Aquí la situación es similar al rol que cumple el profesor analizando los trabajos de sus alumnos, solo que cada alumno corrige únicamente el trabajo de un compañero, no de todos.
3. Alumno hace de evaluado y evaluador
Especialmente en los trabajos individuales, el alumno ejerce tanto de evaluado como de evaluador de forma simultánea. Es evaluado en tanto que él también ha hecho un trabajo y otro compañero lo está evaluando, y es evaluador porque él está evaluando el trabajo de otro alumno.
Sabiendo esto, el alumno tiende a realizar una crítica constructiva hacia su compañero, puesto que comprende que de la misma manera que no le gustaría que le dijeran las cosas que ha hecho mal de malas formas él tampoco debe decirlas así. Se fomenta hacer una retroalimentación beneficiosa para ambas partes.
4. Control de las emociones
Esta herramienta ayuda a comprender mejor cómo se debe hacer una corrección, además de identificar errores propios y ajenos que permitan ser más consciente de hasta qué punto se domina el contenido explicado en clase.
No obstante, además de esto, se potencian las capacidades afectivas del alumnado, puesto que, al tocarle una tarea que implica alta responsabilidad, el estudiante se motiva y controla su emocionalidad, tratando de ser lo más objetivo posible y evitando que cualquier sesgo hacia la persona que evalúa pueda hacer que dé una corrección inapropiada.
5. Ahorro de tiempo
Hacer que sean los propios alumnos quienes corrijan los trabajos de sus compañeros supone un gran ahorro de tiempo para el profesor, puesto que no tiene que corregir todos los trabajos de los entre 20 y 30 estudiantes que conforman la clase.
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Aspectos a tener en cuenta
La coevaluación es una herramienta útil pero no siempre es posible aplicarla. No se recomienda aplicarla al inicio del curso escolar ni al empezar un tema de clase, sobre todo porque el alumnado no posee conocimiento alguno que se pueda evaluar y se espera que ni hagan bien los trabajos ni sepan qué tienen que corregir. Para que funcione, primero se debe haber explicado el tema a evaluar, después el profesor debe explicar al alumno que se evaluarán entre compañeros y, finalmente, darles las pautas de cómo hacerlo.
Se debe insistir al alumnado que no es simplemente que vean los errores que puedan haber cometido sus compañeros, sino que piensen en que el trabajo que ellos mismos hagan puede caer en manos de un compañero más o menos estricto. Todos deberán ser lo más objetivos posible, pero también deberán hacer lo mejor posible sus trabajo puesto que quien evalúa no es el profesor, sino alguien del que no saben hasta qué punto puede considerar un error o inapropiado cómo han respondido un ejercicio.
Durante la explicación de que van a evaluar los trabajos de los demás, el profesor debe concienciar al alumnado para que a la hora de dar retroalimentación eviten ser desagradables o hacer comentarios inapropiados. Se trata de aprender poniendo a prueba los conocimientos de uno mismo e identificando hasta qué punto los demás los dominan o no, no debe convertirse en un ataque personal o en una estrategia para arruinarle el trimestre a alguien que nos cae mal. Deben hacerse comentarios constructivos.
Ventajas
Aunque en el apartado de características se han sugerido algunas de las ventajas que supone la aplicación de la coevaluación, a continuación veremos las principales que supone esta herramienta.
- Aprenden a valorar los procesos de evaluación y el desempeño de sus compañeros.
- Se fomenta la responsabilidad.
- Aprenden la dificultad que conlleva una evaluación.
- Se favorece el trabajo colaborativo.
- Desarrollan habilidades para el análisis.
- Es una oportunidad para compartir estrategias de aprendizaje en conjunto.
Desventajas
Si bien la coevaluación es una herramienta muy útil también supone sus desventajas. El motivo por el cual la mayoría de los profesores prefieren usar la evaluación tradiciones, es decir, corregir todos los trabajos ellos mismos, es que se trata de un proceso mucho más estandarizado. Además, es difícil confiar en que los alumnos vayan a corregir de forma objetiva y adecuada, puesto que no siempre poseen los conocimientos ni la experiencia necesarias además de que siempre pueden haber conflictos interpersonales en el aula.
Instrumentos para hacer coevaluación
Normalmente, cuando se introduce un ejercicio de coevaluación en clase el profesor explica cómo se debe evaluar el trabajo de los demás compañeros y reparte algún documento que permita estandarizar la corrección. Este documento puede ser una rúbrica o una escala estimativa, en las cuales se apunta si el trabajo del compañero cumple con diferentes criterios. En ellos hay una serie de enunciados acompañados de niveles o valores y que, en caso de cumplirse, se otorgan diferentes puntuaciones al trabajo que se ha recibido.
Habitualmente, en el encabezado de la escala estimativa se señala el tema o contenido a evaluar y, al lado, se coloca en un recuadro el nombre del alumno evaluado. En la primera columna se redactan los aspectos a evaluar en forma de enunciados (p. ej., “Su trabajo carece de faltas ortográficas”) y en las siguientes columnas se integran los niveles de logro (p. ej., siempre - en ocasiones - nunca).
Sea cual sea el tema o aspecto que se esté evaluando, es habitual que al final de la rúbrica o la escala estimativa se coloque un recuadro que sirve de apartado de sugerencias, aspectos a mejorar u observaciones. Ahí, en caso de que así lo considere el evaluador, se escribirán comentarios a modo de retroalimentación hacia el alumno para que piense en aquellos errores que haya podido cometer y aprenda de ellos.
Conclusión
La coevaluación es una herramienta muy útil en el ámbito educativo. Entre sus principales ventajas es que permite hacer partícipes a los alumnos en el proceso de aprendizaje, siendo conscientes de qué conocimeintos se espera de ellos y sabiendo identificar cuáles han adquirido. También es una herramienta que permite romper con la tradicional evaluación profesor-alumnado, suponiendo un ahorro de tiempo para el docente y dándole experiencia práctica a sus alumnos.
Siempre que el profesor haya dado pautas de cómo hacerlo, se haya cerciorado de que el contenido a evaluar haya sido previamente enseñado y confíe en que sus alumnos van a evaluar a sus compañeros de manera honesta y justa, se convierte en uan herramienta verdaderamente útil y provechosa. En cambio, si el alumnado no se compromete o no tiene la madurez suficiente para distinguir entre lo personal y lo académico, se convierte en un tiempo perdido.
Referencias bibliográficas:
- Valenzuela, J.R. (2007). Evaluaciones del Aprendizaje en la educación a distancia; Prácticas comunes y usos de los recursos tecnológicos.
- Díaz B.. F. (1993). Aproximaciones metodológicas al diseño curricular: hacía una propuesta integral. Revista Tecnología en comunicación educativa. Núm 21.