En el año 1954 Burrhus Frederick Skinner, el célebre conductista que desarrolló el paradigma del condicionamiento operante, empezó a diseñar una “máquina de enseñanza” que pudiera promover el aprendizaje de forma más eficaz que los métodos educativos tradicionales, que el autor consideraba ineficaces y criticó con notable acierto.
De este modo Skinner creó un método de enseñanza programada basado en el condicionamiento operante que tendría un gran impacto en el contexto educativo de la segunda mitad del siglo XX. En este artículo explicaremos en qué consistía exactamente la enseñanza programada skinneriana.
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Críticas de Skinner a la enseñanza tradicional
Skinner opinaba que la enseñanza tradicional se fundamentaba en exceso en el castigo; en términos operantes, afirmó que la conducta de los alumnos en el aula estaba controlada sobre todo por estímulos aversivos. Esto significa que los niños aprendían a actuar de modo que evitaran las malas notas, las críticas de los adultos o las burlas de los compañeros.
No obstante, las investigaciones de Skinner y sus seguidores demostraron de forma clara que el refuerzo es más eficaz que el castigo para el aprendizaje de nuevas conductas. En este sentido, no sólo identificó un uso desmesurado del castigo sino también una baja frecuencia de reforzamientos; atribuyó este hecho al número excesivo de alumnos por profesor.
Además, según este autor, en las escasas ocasiones en que se administraban reforzadores a los estudiantes esto solía suceder con mucho retraso temporal con respecto a la ejecución de las respuestas relevantes. Otro de los principios básicos del condicionamiento operante es que el reforzamiento es más eficaz cuando aparece inmediatamente después de la conducta.
El último de los defectos clave de la enseñanza tradicional que señaló Skinner fue la ausencia de sistematización en los programas educativos. El padre del condicionamiento operante creía que la enseñanza debía fundamentarse en el método de las aproximaciones sucesivas, por el cual se refuerzan respuestas cada vez más cercanas al objetivo.
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Principios de la Enseñanza Programada
El método de Skinner es probablemente el más famoso en el ámbito de la enseñanza programada; no obstante, no es el único que existe.
Se caracteriza por su linealidad, ya que sigue una secuencia fija de contenidos (lo cual lo diferencia de la programación ramificada de Crowder), así como por sus cuatro principios básicos.
1. Establecimiento de objetivos claros
A diferencia de muchos de los métodos educativos predominantes en la época, la enseñanza programada de Skinner daba una gran importancia al establecimiento de los objetivos del programa educativo a diseñar. De este modo era posible optimizar las tareas y la presentación de los contenidos en función de distintos aspectos, principalmente la dificultad.
2. División de los contenidos educativos
En el método de Skinner se realizan divisiones sucesivas del material educativo: en primer lugar los programas se separan en módulos, y estos en cuadros o marcos con contenidos concretos. Como veremos en el siguiente apartado, la enseñanza se llevaba a cabo a través de una sucesión lineal de textos (u otro tipo de materiales) y ejercicios de evaluación.
3. Dificultad creciente del aprendizaje
Otro de los aspectos centrales de la enseñanza programada skinneriana es que el material de aprendizaje se presenta de manera gradual en función de la dificultad relativa de cada uno de los segmentos. Dado que nos situamos en el contexto del paradigma operante, podemos hablar en concreto del moldeamiento o método de las aproximaciones sucesivas.
4. Participación activa de los alumnos
El cuarto principio básico del modelo educativo de Skinner es la relevancia que se da a la participación activa de los estudiantes en su propio proceso de instrucción. Esto choca de forma frontal con las técnicas de aprendizaje receptivo y memorístico propias de la enseñanza tradicional, que no promueven en absoluto la motivación por parte del alumno.
Las máquinas de enseñanza skinnerianas
Skinner denominó “GLIDER” a la máquina de enseñanza que diseñó. Se trataba de un aparato mecánico que permitía un control automático del proceso de aprendizaje, dado que éste se encontraba estrictamente planificado siguiendo una progresión lineal. De este modo desarrolló programas para la enseñanza de ortografía, matemáticas y otras materias académicas.
La enseñanza mediante estas máquinas consistía en un programa de reforzamiento típico de la orientación conductual. Decimos que éste tenía un carácter lineal porque se presentaban textos y ejercicios siguiendo una secuencia fija, determinada principalmente por la dificultad de los segmentos de material que los estudiantes debían aprender.
De forma individual, los alumnos leen un segmento breve de material (un marco o cuadro). A continuación tienen que contestar a una pregunta; la respuesta es en formato de palabra ausente, que consiste en rellenar un espacio en blanco. La máquina de enseñar informa inmediatamente al estudiante de si ha fallado o ha acertado, lo cual constituye un refuerzo.
Cuando el estudiante responde de forma acertada al ejercicio de evaluación de un contenido concreto, éste pasa al siguiente marco y posiblemente recibe otro tipo de refuerzo. Si falla, podrá volver a revisar el material de aprendizaje hasta que logre acertar y continuar con el programa de entrenamiento.
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