La inquietud por el desarrollo de las habilidades intelectuales ha sido tema de debate durante mucho tiempo. Más recientemente es un tema que se ha relacionado de manera importante con el rendimiento y el desempeño escolar. Por eso se ha vuelto muy común escuchar que profesores, profesoras o familiares de niños en edad escolar sospechan que algunos de ellos tienen competencias, tanto intelectuales como sociales, que son superiores a las del resto.
Surgen entre la emoción y la incertidumbre una gran cantidad de preguntas: ¿será un niño genio? ¿Será una niña talento? ¿Un niño superdotado? ¿una niña prodigio? ...entre muchas otras. Y es la psicología una de las disciplinas encargadas de ofrecer respuestas.
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5 diferencias entre superdotado y genio
No es raro que se dificulte la comunicación entre un profesor o profesora y los familiares de un niño cuando unos lo consideran genio, otros lo consideran superdotado, y otros simplemente un niño talentoso; incluso si estos conceptos están bastante discutidos o hasta desprestigiados por buena parte de la psicopedagogía.
Así que, considerando que son términos controvertidos y envuelto en una gran diversidad de opiniones, pero que aún se utilizan y generan cierta confusión, a continuación veremos algunas diferencias entre niños superdotados y niños genio que podría ser útil a nivel de orientación general.
1. El cociente intelectual no lo es todo
Generalmente se considera que una niña o niño es superdotado si tiene una inteligencia muy por encima de media (alrededor de 130 puntos de coeficiente intelectual o más, según la edad), que además haya sido capaz de aprender ciertas cosas con mayor rapidez.
Por otro lado, hasta hace poco tiempo se consideraba que un niño genio era aquel que tenía un coeficiente intelectual con un puntaje superior a 180. Actualmente este criterio está en desuso. Se considera genio a al superdotado que además realiza un obra genial.
Es decir, el genio se define a posteri, por el producto de su trabajo u obra, cosa que no solo depende del coeficiente intelectual sino de la creatividad, la motivación y el compromiso hacia su tarea.
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2. Las repercusiones de su trabajo hacen la diferencia
En línea con lo anterior, el niño superdotado puede ser un niño de aprendizaje precoz, un niño prodigio (el que realiza actividades con niveles de rendimiento de un adulto a corta edad) o un niño talento (el que tiene un rendimiento superior un área determinada y socialmente valiosa, especialmente en algún campo de conocimiento científico), pero no necesariamente es o llega a ser un niño genio, porque no siempre realiza una obra que se considera trascendental.
3. El aprendizaje no siempre parece adelantado
Los niños superdotados generalmente muestran aprendizajes “precoces” en el área del lenguaje y la coordinación visomotora, aunque también en otras áreas relacionadas con las habilidades cognitivas.
Un niño genio no necesariamente muestra aprendizajes precoces ni socialmente valorados, ya que se considera genio una vez que sus competencias han tenido una repercusión percibida por los demás como importante.
4. La motivación por el aprendizaje es muy importante
Los niños superdotados pueden desarrollar un talento especial para una tarea en específico, pero esto no ocurre naturalmente, es necesario brindarles la posibilidad para que esto ocurra, sobre todo fomentando una motivación por el aprendizaje.
Como el genio es aquel que ha producido una obra que se considera valiosa, damos por hecho que ha sido o fue un niño que tuvo la oportunidad de reforzar constantemente la motivación por lo que hace.
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5. El rendimiento escolar no siempre es superior
Relacionado con el punto anterior, un niño superdotado es más fácil de identificar dentro de una escuela, ya que es muy notorio que el aprendizaje escolar es más rápido, o nos pone en la necesidad de hacer adecuaciones curriculares para fomentar sus habilidades, o bien, para evitar que se aburra en el salón de clases.
Por otro lado, un niño genio no siempre muestra un rendimiento escolar superior, ya que, como hemos visto, la genialidad es una característica que se atribuye posteriormente y que no sólo guarda relación con las habilidades y el coeficiente intelectual, sino con la creatividad y la motivación para el aprendizaje.
Otras propuestas: las Aptitudes Sobresalientes
El estudio de las habilidades intelectuales, así como del rendimiento escolar se actualiza constantemente. Es una de las áreas más investigadas en la psicología y la pedagogía actualmente, sobre todo desde que los paradigmas educativos están centrados en favorecer tanto las competencias como los intereses de los niños y niñas, muchas veces aunque los profesores o familiares no cuenten con las estrategias necesarias.
En un intento por ofrecer explicaciones y alternativas que favorezcan el aprendizaje de los niños y niñas, ha surgido el concepto de Capacidades y Aptitudes Sobresalientes (CAS), con lo que se han desarrollado incluso formas estandarizadas de identificar a “niños CAS” (niños con capacidades y aptitudes sobresalientes).
A muy grandes rasgos, el término CAS, permite englobar varias de las características del desarrollo intelectual, sin necesidad de utilizar los términos “superdotado” o “genio”, cuyas diferenciación puede ser muy problemática en algunos contextos.
Es, asimismo, una de las herramientas conceptuales que han permitido diseñar e implementar adecuaciones curriculares así como reconocer y atender a la diversidad de habilidades intelectuales y sociales durante la infancia.
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