La educación emocional es clave para el bienestar presente y futuro de los más pequeños. En las últimas décadas, un concepto ha irrumpido con fuerza en el campo de la Psicología, tanto en la clínica, laboral, educativa y deportiva, es la inteligencia emocional.
- La inteligencia emocional ha demostrado tener muchos beneficios, como te explicamos en nuestro artículo “Los 10 beneficios de la inteligencia emocional”
Cómo educar en inteligencia emocional
En las siguientes líneas te proponemos una serie de estrategias y consejos para la educación emocional en niños.
1. Enseñarle que no siempre puede tener lo que quiera
Uno de los grandes conflictos con los que los seres humanos nos encontramos frecuentemente es aprender a dominar nuestros impulsos. La inteligencia emocional es clave para que aprendamos a gestionarlos; ahora bien, antes es necesario poder identificarlos.
Por eso es importante comenzar a enseñarles desde pequeños que no siempre pueden tener lo que quieren. Por ejemplo, siempre que sea posible es necesario explicarles las consecuencias de sus acciones. Con este tipo de acciones se fomenta el autocontrol.
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2. Dejar que exprese las emociones
Algunos adultos creen que los niños son demasiado pequeños para entender ciertas cosas. Pero ya en edades tempranas debemos confiar en nuestros hijos y permitirles que se expresen libremente, también sus emociones. Si les damos un espacio de comodidad para que puedan confiarnos sus sensaciones les estaremos dando un mensaje positivo que pueden aplicar en otros contextos, por ejemplo, la escuela.
- Artículo recomendado: "Los 8 tipos de emociones (clasificación y descripción)"
3. Crear un espacio para el diálogo
No es necesario tratar a los niños como adultos, pero sí que es necesario fomentar el diálogo, que aprendan en edades tempranas. Esto es importante para que los niños crezcan con las habilidades de diálogo necesarias para convertirse en personas capaces de negociar y de llegar a acuerdos con otras personas. En el mundo de los adultos las relaciones interpersonales son importantes para lograr el bienestar mental y emocional.
4. Trabajar la empatía
La empatía, es decir ponerse en el lugar del otro, también es uno de los elementos más importantes de la inteligencia emocional y, por tanto, debe ser enseñada cuando los niños son pequeños. Esto es importante también para asegurarnos que el punto anterior se lleva a cabo, porque así serán capaces de pactar y acordar de manera democrática. La empatia es clave para que dejen de lado su egocentrismo.
5. Enseñarle a automotivarse
La automotivación también es esencial en la inteligencia emocional, pero es frecuente que muchas personas, ante los fracasos, se vuelven pesimistas. Hacerle entender que los fracasos son oportunidades para crecer y estimularlos en este sentido en edades tempranas es esencial para que se conviertan en personas optimistas.
6. Usa el ejemplo
En ocasiones es fácil decirle a los demás lo que tenemos que hacer, pero especialmente a la hora de educar a un hijo, debemos ser un buen ejemplo para él o ella. Es un punto fundamental, porque los padres son modelos a seguir para sus hijos, algo que no debemos olvidar. Esta es otra de las claves prácticas de la educación emocional.
7. Que aprenda la escucha activa
Escuchar no es lo mismo que oír. Podemos oír lo que alguien nos dice pero estar pensando en nuestro turno de conversación sin que el otro interlocutor haya acabado el suyo, o podemos escuchar con los cinco sentidos, es decir, escuchar activamente. Cuando alguien se comunica con nosotros no solo expresa lo que dice en palabras, sino que también habla su lenguaje no verbal y sus emociones. Prestar atención a esto es clave para comunicarnos plenamente con otros individuos.
- Si quieres enseñarle a un niño cómo desarrollar la escucha activa, puedes leer nuestro artículo “Escucha activa: la clave para comunicarse con los demás”
8. Ponle ejemplos para solucionar sus problemas
Desarrollar la capacidad de solución de problemas es necesario para adaptarse al entorno cambiante en el que nos encontramos. Ya no solo los niños, sino los adultos también se ven superados por las emociones negativas. Si les ponemos ejemplos a los niños, es más fácil que aprendan a gestionar sus emociones y los conflictos que les rodean.
9. Autoconocimiento emocional
El primer paso para poder convertirse en una persona emocionalmente inteligente es conocer las propias emociones y etiquetarlas. Para ello, es posible realizar diferentes ejercicios como, por ejemplo, el diario emocional. En el que pueden escribir cómo se han sentido a lo largo del día y así reflexionar sobre la experiencia. Es importante que el
10. Cuentos
El uso de cuentos es una alternativa ideal para que los pequeños puedan incrementar su inteligencia emocional, algo que va a influir positivamente en su bienestar. En el mercado existen diferentes cuentos para que los niños desarrollen la inteligencia emocional. Los adultos, por su parte, pueden leer alguno de los libros que aparecen en la lista de nuestro artículo “10 libros sobre inteligencia emocional que necesitas leer”.
11. Vídeos
Los libros son una estrategia interesante para educar emocionalmente a los pequeños; sin embargo, otro recurso educativo en este sentido es emplear contenido audiovisual, que es entretenido y a la vez formativo.
Artículo recomendado: “15 películas sobre inteligencia emocional que deberías ver”
12. Felicítalo y resalta los aspectos positivos de su aprendizaje
El refuerzo positivo es una de las formas más comunes de enseñanza, pero también es altamente efectiva, especialmente en estas edades. Siempre que el niño haga bien algo que esté relacionado con la educación emocional, puedes reforzarle su acción, para que comprenda que lo que ha hecho está bien y reflexione sobre ello.
13. Haz que adopte el rol de educador/a
Mostrar que confiamos en su capacidad para ayudar al educar a otros niños no solo hará que se sienta muy bien por haber merecido esa muestra de respeto; además, le ayudará a comprender cómo el resto de personas pueden reaccionar de manera diferente a una misma información, tanto intelectual como emocionalmente. Por ejemplo, de esta manera puede observar cómo otra persona encuentra sorprendente uno de los aspectos de lo que se le está explicando que el niño o niña en el rol "educador" había asumido que era normal. Y del mismo modo, esta estrategia permite que se desarrolle su empatía, al entrar en contacto una y otra vez con la necesidad de anticipar la reacción emocional que una frase o un cierto uso de las palabras puede tener.
14. Ejercicios
Muchos expertos consideran que la educación emocional debería ser obligatoria en los centros educativos, puesto que las emociones son una parte importante de nuestra vida y afectan a nuestro comportamiento y nuestro estado emocional. Si deseas conocer algunas actividades prácticas para educar emocionalmente a los más pequeños, en nuestro artículo “8 actividades para trabajar las emociones” puedes encontrar una gran selección de ejercicios.