Las relaciones de pareja se caracterizan por la influencia mutua entre las personas involucradas en un matrimonio o noviazgo. Parte de estas influencias tienen que ver con lo que en Psicología se conoce como efecto Miguel Ángel.
En este artículo, te explicaremos qué es y en qué consiste el efecto Miguel Ángel, a qué fenómeno se vincula, qué consecuencias positivas genera y cómo se puede utilizar en terapia psicológica.
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¿Qué es el efecto Miguel Ángel?
El efecto Miguel Ángel es el proceso de modelado, de esculpir, que se da en las parejas con el propósito de que cada integrante de esta logre desarrollar su Yo ideal. Es así como cada miembro de la pareja actúa como refuerzo y apoyo para que el otro pueda conseguir alcanzar sus metas y evolucionar para mostrar su mejor versión.
Es importante señalar que este efecto será mutuo, es decir, se dará de manera recíproca en la relación y siempre con la finalidad de ayudar al otro, no con la intención de cambiarlo a nuestro gusto.
Vemos pues cómo la pareja puede ser fundamental para un correcto y óptimo desarrollo personal, ya que si no contamos con el apoyo de nuestro compañero será mucho más difícil conseguir tal propósito. Dada la importancia que tiene en el ámbito de las relaciones íntimas, se ha utilizado este efecto en las terapias de pareja para lograr que estas sean más sanas y satisfactorias.
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La relación del efecto Miguel Ángel con el efecto Pigmalión
El efecto Pigmalión se observa cuando las creencias de un individuo influyen en la conducta de otro. Un ejemplo típico de este lo tenemos en las creencias o la concepción que tiene un profesor de su alumno. Si las expectativas que presenta son positivas es más probable que el alumno obtenga mejores resultados; en cambio, si la concepción que tiene del alumno es mala será más probable que las notas y la conducta de este sean peores.
Así pues, este efecto podrá repercutir de manera positiva o negativa en la persona de la cual se tiene la creencia. Si estas son positivas generará un incremento de la autoestima y del funcionamiento del sujeto; contrariamente, si son negativas veremos que disminuye su autoestima, así como la cualidad o conducta relacionada con la creencia.
Vemos pues que para que este fenómeno se dé es necesario que la creencia sobre alguien sea firme, que el sujeto que la tiene anime en la consecución de tal creencia y que se tenga esperanza de que esta se cumpla. Relacionado con este último punto, vemos que este efecto se vincula con la profecía autocumplida, que dice que la simple manifestación de las expectativas hace que la persona en cuestión muestre o cumpla tales expectativas.
Este fenómeno puede tener un potente efecto, ya que nos da la posibilidad de influir a otra persona modificando su comportamiento y consiguiendo que se cumplan nuestras creencias o expectativas. Es por esta razón que este efecto ha sido estudiado en distintos ámbitos, tanto social, laboral, familiar, de pareja o educativo. Si hacemos un buen uso de él, con creencias y expectativas positivas, podemos obtener potentes beneficios.
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El efecto Miguel Ángel en las dinámicas de pareja
Una vez explicado y entendido el efecto Pigmalión, veremos el caso particular del efecto Miguel Ángel que se observará en las relaciones de pareja afectando de manera positiva en ellas.
No es casualidad que este efecto tenga el nombre del famoso escultor italiano, ya que este fenómeno consiste en esculpir; cada miembro de la pareja modelará al otro según cómo se imaginan o desean que sea su Yo ideal. Entendemos por Yo ideal las características o cualidades que nos gustaría tener tanto internas como externas, así como las metas y propósitos que queremos alcanzar.
De esta manera, el proceso de esculpir para conseguir el Yo ideal, el máximo exponente de cada uno, se realizará de forma mutua por los dos integrantes de la pareja, y el modo de aumentar tales características o cualidades será mediante el refuerzo positivo: si manifestamos que nos gusta una conducta es más probable que esta se incremente y se vuelva a repetir.
Puede parecer paradójico, pero observamos como el vínculo con otra persona y el apoyo y refuerzo que recibimos de ella es uno de los elementos más potentes para nuestro desarrollo personal y no depende sólo de un trabajo o proceso individual.
Vemos cÓmo un elemento importante a destacar es el efecto mutuo y positivo que se genera: este fenómeno no se plasma solo en la influencia de un miembro de la pareja sobre el otro, y tampoco podrá ser esta influencia negativa. Si sabemos que para nuestra pareja ser paciente es una cualidad importante, pero nosotros no valoramos tal característica y no la reforzamos, no estaríamos evolucionando de manera correcta, y en este caso no podríamos hablar de efecto Miguel Ángel.
Asimismo, es importante recalcar que esta relación de modificación que se establece es sana y equilibrada. Es decir, no debemos caer en el error de interpretar este efecto como una relación tóxica donde la intención es cambiar al otro como a nosotros nos apetece, sin centrarnos en reforzar las características positivas que sabemos que para nuestra pareja son importantes, sino que lo queremos modelar a nuestro gusto sin tener nosotros en ningún momento la intención de cambiar.
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La instrumentalidad mutua percibida
Un término vinculado con este efecto es el de instrumentalidad mutua percibida, que lejos de ser un proceso egoísta o negativo, se refiere a la capacidad que tiene nuestra pareja de sacar nuestra mejor versión. De esta forma, la pareja será vista como un instrumento positivo que refuerza nuestras mejores cualidades mediante el amor y el apoyo que recibimos ante algunas de nuestras conductas mejor valoradas, produciéndose así un modelado que conseguirá explotar nuestro máximo potencial.
Así pues, volvemos a observar que en el ámbito de pareja cada uno de sus componentes será el refuerzo perfecto para potenciar las cualidades positivas del otro, generando una interacción de enriquecimiento mutuo, donde cada miembro de la pareja logre alcanzar su yo ideal y sus metas personales gracias al refuerzo, apoyo y validación constante que hace de él su compañero.
Comprobamos que el sujeto escogido para tal modelamiento es la pareja y no otro individuo cercano a la persona, ya que es con ella con la que se dará una interacción más fuerte y constante, siendo un pilar fundamental para nosotros. Por esta razón, es normal que queramos mostrarle nuestra mejor versión y que, por tanto, sea más fácil que se exprese nuestro Yo ideal.
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El logro de nuestras metas con apoyo
Vemos pues que el efecto Miguel Ángel pretende trabajar otro modo de conseguir nuestras metas. Normalmente, y más en la sociedad que vivimos, es habitual que el planteamiento que se haga para lograr nuestras metas sea individual, es decir, sin apoyo y reforzarnos nosotros mismo; pero dado que el camino para alcanzar tales propósitos no suele ser ni corto ni fácil es muy probable que tengamos momentos de debilidad donde se nos haga difícil continuar para conseguir nuestros objetivos, es por este motivo que será fundamental el refuerzo y apoyo externo, de nuestra pareja.
Tener a alguien que nos anime a seguir, que nos brinde su apoyo incondicional, que nos recuerde nuestras cualidades positivas y todo lo bueno que tenemos, es esencial para ayudarnos en nuestros peores momentos y no quedarnos anclados en lo malo, evitando así que puedan aparecer complicaciones o consecuencias peores como afectaciones del estado de ánimo o de ansiedad.
Esta función de actuar como refuerzo, normalmente será desempeñada por nuestra pareja, ya que será la persona con la que compartamos más tiempo, siendo un potente elemento de apoyo, puesto que es alguien a quien valoramos y es importante para nosotros. Si contrariamente no nos sentimos apoyados por nuestra pareja es muy probable que no logremos alcanzar nuestros propósitos.
El poder de este efecto recaerá en la buena intención y el pleno conocimiento que tenemos de la otra persona, dicho de otra manera este fenómeno logrará su efecto si la intención que tiene la pareja no es cambiar al otro, sino sacar lo mejor de él. Por tanto, el objetivo es altruista no actuamos en beneficio propio, sino con el propósito de ayudar y apoyar al otro en la consecución de sus metas y en el desarrollo de sus mejores rasgos y habilidades.
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La utilidad del efecto Miguel Ángel en la terapia de pareja
Así pues, vemos la importancia que tiene la otra persona, sobre todo aquellas con las que establecemos un vínculo más intenso, en el logro de nuestras metas y el desarrollo de nuestras cualidades. Este efecto se utiliza en terapia psicológica para tratar problemas de pareja, con el objetivo de que el terapeuta entrene y refuerce la percepción de las características positivas del otro y no solo se centren en lo malo.
De este modo, se ha visto que el aumento del refuerzo y consideración positiva del otro y la potenciación del Yo ideal hacen que la relación de pareja sea más estable y los sujetos estén más satisfechos de ella. Del mismo modo, la consecución del pleno desarrollo de cada integrante será la única manera de conseguir una relación sana.