¿Alguna vez has probado a ver una escena de una película que dé miedo o sea muy triste con una música totalmente diferente? Probablemente el impacto emocional que esas imágenes tengan sobre ti sea algo diferente.
Muchas personas recurren a la música para regular sus emociones e incluso para sentirse más comprendidas. Sin duda, la música es una potente herramienta para comunicar y transmitir emociones.
Un nuevo estudio revela que la habilidad de reconocer emociones en la música se desarrolla muy temprano en niños y que esto parece estar relacionado con su desarrollo emocional. A lo largo de este artículo te lo explicamos en detalle.
¿Qué pasa cuando niños de 3 a 5 años escuchan música?
Recientemente ha sido publicado un estudio, realizado por la Universidad de Pensilvania, en el que se reunió a 144 niños y niñas de diversos orígenes étnicos que tenían entre 3 y 5 años de edad.
El objetivo de la investigación era evaluar si los niños pequeños reconocen las emociones transmitidas a través de diferentes fragmentos musicales y, además, analizar de qué forma esta habilidad se relaciona con los rasgos callous-unemotional (CU).
Los investigadores diseñaron de forma cuidadosa una tarea simple, pero efectiva para poder llevar a cabo este análisis. Los niños y las niñas escucharon 20 fragmentos musicales en los que se transmitía una de las siguientes emociones: felicidad, tristeza, calma o miedo.
Después de escuchar los diferentes clips, que tenían una duración de 5 segundos, cada criatura debía señalar la carita que mejor representara lo que creían que la música estaba expresando. Según indican los autores, este es el primer estudio que analiza si los niños con rasgos más insensibles tienen dificultades para reconocer ciertas emociones en la música.
- Artículo relacionado: "¿Sirve para algo cantarles a los niños?"
¿Qué son los rasgos callous-unemotional (CU)?
El término callous-unemotional, conocido como CU por sus siglas en inglés, se usa especialmente en psicología infantil para describir un conjunto de características que presentan algunos infantes y adolescentes. Entre estas, destacan la baja empatía, una menor expresión y percepción de las emociones —tanto propias como ajenas— y una menor respuesta emocional ante el dolor ajeno.
Es importante tener en cuenta que estos rasgos no implican que los niños que los tienen no tengan emociones o “sean malos”, sino que indican una forma diferente de procesar los aspectos emocionales y, en adición, los relacionales. Aunque estos rasgos podrían aplicarse también a adultos, por norma general no se usa este término sino que se emplean otros.
Este tema suscita interés entre los profesionales puesto que, hoy en día, se sabe que, a largo plazo, los altos niveles de CU podrían estar relacionados con más dificultades en la regulación emocional y las conductas prosociales. En el contexto del estudio presentado, se quería comprobar si la habilidad para reconocer emociones en la música estaba relacionada con la empatía y la sensibilidad emocional.
Los niños reconocen emociones mejor de lo que se esperaba
Aunque estudios previos ya habían señalado que niños y niñas de entre 5 y 11 años son cada vez más precisos al reconocer las emociones en la música, los investigadores querían saber si sucedía algo similar con criaturas más pequeñas. Los resultados obtenidos fueron claros.
Por un lado, observaron que los niños y las niñas reconocieron mejor las emociones en la música de lo que sería esperable por azar. Además, la tasa de aciertos era mayor con emociones de alta intensidad como la felicidad y el miedo. Y, de igual forma que sucede con los niños más mayores, vieron que la precisión y el rendimiento mejoraban con la edad.
Por otro lado, los resultados obtenidos en relación con los rasgos de insensibilidad (CU), también fueron muy interesantes. Observaron que los niños y las niñas que tenían puntuaciones más elevadas en estos rasgos (en base a lo que los padres habían referido) tendían a ser menos precisos con el reconocimiento de las emociones en la música en general.
Sin embargo, esto no sucedió con el miedo. El equipo de investigadores observó que incluso las criaturas con mayores rasgos de inestabilidad emocional reconocían esta emoción en la música sin problemas.
¿Por qué son importantes estos resultados?
Tal y como indican los autores del estudio, estos resultados son importantes por diferentes aspectos. Se puede ver que la música juega un papel importante en la socialización, el aprendizaje de habilidades sociales y emocionales incluso para los niños y niñas que todavía están aprendiendo a expresarlas verbalmente.
La capacidad de reconocer emociones es crucial en el desarrollo social y emocional de las criaturas puesto que les permite aprender a comprender cómo funcionan las relaciones, su entorno y, en general, una parte del mundo que les rodea.
Además, se confirma —una vez más— que la música es un lenguaje universal que pueden entender incluso las criaturas que todavía no han desarrollado el lenguaje completamente. Esto abre una nueva puerta para utilizar la música como una herramienta alternativa para poder trabajar y entrenar las habilidades emocionales con aquellas criaturas que presenten más dificultades.
Es cierto que otros estudios anteriores ya habían estudiado diversos aspectos que relacionan la música con el cerebro, las emociones, la memoria y el lenguaje. Sin embargo, este estudio confirma que esta puerta hacia las emociones está abierta desde edades tempranas, incluso cuando no hay vocabulario o cuando todavía no han empezado en la escuela.
Ideas prácticas para cuidadores
Si tienes niños o niñas a tu cargo, quizá te apetezca apoyarte en la música y estos nuevos descubrimientos como herramienta para trabajar las habilidades emocionales. Esto puede ser tan sencillo como poner una canción y preguntar a las criaturas cómo creen que se siente la música. Incluir diferentes estilos musicales puede ser de ayuda para ampliar el vocabulario y registro emocional.
Además, puede ser interesante también introducir la música en diferentes momentos del día —siempre y cuando vaya acorde a las características y necesidades del momento—. Por ejemplo, poner música tranquila en el momento del baño antes de ir a dormir puede ser un gran aliado.
¿Te interesa este contenido?
¡Suscríbete a “La vida con hijos”!
Nuevo newsletter de contenido exclusivo sobre crianza, educación y pareja.
Al unirte, aceptas recibir comunicaciones vía email y aceptas los Términos y Condiciones.

