Los servicios de asistencia psicológica siempre se adaptan a la población a la que van destinada, como es el caso de los más pequeños.
Con este artículo trataremos de responder a la pregunta de qué es la psicología para niños; cuáles son las principales aplicaciones que esta ciencia tiene para ayudar a menores en diferentes situaciones, realizando una distinción de cada una de ellas y explicándolas en profundidad para poder entender la diferencia.
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¿Qué es la psicología para niños?
Cuando hablamos de psicología para niños, nos referimos a todas aquellas aplicaciones de la psicología general, destinadas a aplicarse en personas menores de edad, que debido a sus características y condiciones requieren de una metodología y unos procesos específicos y adaptados a su nivel evolutivo.
Para entender esta cuestión, debemos conocer primero la propia definición de la psicología, qué es la ciencia dedicada a estudiar y analizar el comportamiento y los procesos de pensamiento que llevan a cabo las personas, tanto de manera individual, como grupal y en contextos muy diversos.
Por lo tanto, existirán vías diferentes del estudio de dichas conductas en función de diferentes variables, siendo la edad de los sujetos una de las más importantes. Incluso dentro de los menores de edad, no se puede generalizar, pues existen momentos evolutivos muy diferentes desde la primera infancia hasta alcanzar la adolescencia y, por ello, la psicología para niños deberá adaptarse a cada caso.
En este caso, la labor de la psicología es estudiar a la población infantil para poder concluir cuáles son las semejanzas y las diferencias que pueden encontrarse y asimismo desarrollar metodologías que estén destinadas a solucionar total o al menos parcialmente las problemáticas que se hayan identificado.
Será una labor crítica, en ese sentido, en la psicología para niños, analizar y distinguir todas las variables a nivel genético y ambiental que puedan estar teniendo algún tipo de influencia sobre esas anomalías, ya sean a nivel emocional, de aprendizaje, social o de desarrollo de sus capacidades.
Ambas vertientes, la de la biología, con sus posibles predisposiciones genéticas hacia unas u otras características, y la del entorno, que incluye el ambiente y el tipo de crianza de los padres y otros adultos de referencia, interactúan para conformar la forma en la que el niño se comportará y la forma en la que pensará. De ahí la importancia de que la psicología para niños conozca en profundidad ambos aspectos.
Diferentes funciones de la psicología para niños y niñas
Tras realizar una introducción general a la psicología para niños, ahora podemos centrarnos en las diferentes vías por las que esta rama de la ciencia puede aplicarse, de una manera práctica, para lograr una mejoría en la vida de las personas, en este caso de los menores de edad.
A continuación revisaremos algunas de las principales vías por las que la psicología puede ayudar a los pequeños, en diferentes contextos.
1. Trastornos psicológicos
La primera forma de intervención de la psicología para niños es la que está dedicada a la evaluación y tratamiento de diferentes psicopatologías. Esta es probablemente la rama más popular o al menos una de las más recurrentes cuando pensamos en las formas en las que esta ciencia puede aplicarse a los menores.
Un psicólogo sanitario especializado en el área infantil va a tener la capacidad y las herramientas psicométricas para evaluar al niño a nivel psicológico y así discernir si cabe la posibilidad de que el paciente esté padeciendo algún trastorno psicológico. Una vez se ha detectado dicha dolencia, el profesional trazará un plan de tratamiento.
Por supuesto, esa intervención terapéutica también estará regulada para adaptarse al estadio evolutivo del menor y a sus características personales. Generalmente, este trabajo requiere de una colaboración continua de los progenitores del niño, pues deberán atender a las pautas que marque el especialista para continuar el trabajo en casa y lograr así progresar en el menor tiempo posible.
El experto en psicología para niños también ha de coordinarse con el centro escolar para obtener información acerca de su situación en el mismo y cualquier otro dato de interés que pueda ser útil para el diagnóstico y el tratamiento, en busca del máximo beneficio para el menor. Esa colaboración entre el profesional y la institución puede ser de gran utilidad.
2. Enfermedades orgánicas
Existen enfermedades de tipo orgánico que pueden generar alteraciones a nivel físico y/o psicológico. Cuando son del segundo tipo, estamos ante otro campo de actuación de la psicología para niños. Igualmente, el psicólogo deberá evaluar el alcance de de esta dolencia en el menor.
La labor de evaluación, al igual que cuando hablábamos de psicopatologías, deberá realizarse de una manera adaptada a las capacidades del niño, tanto por la etapa de desarrollo en la que se encuentre como por las alteraciones que la enfermedad orgánica pueda haberle ocasionado a un nivel psicológico.
Tras la evaluación, se deberá pautar un programa terapéutico para tratar de minimizar en lo posible dichas secuelas, lograr corregirlas en su totalidad si fuera posible, e incluso anticiparse al desarrollo de las mismas, si aún no se ha producido el daño pero se prevé que va a suceder si no se toman medidas para evitarlo.
Igualmente, el psicólogo tendrá una labor didáctica con los padres o tutores del menor afectado, aportándoles las directrices para poder darle los mejores cuidados al niño y que de esa manera su afectación a nivel psicológico se vea reducida, al menos parcialmente.
3. Apoyo escolar
La figura del orientador escolar representa otra de las líneas de actuación de la psicología para niños. Se trata de una especialización de la psicología, destinada a cumplir una serie de propósitos en el ámbito de los colegios e institutos. Una de ellas es la de identificar qué necesidades educativas existen entre los alumnos, y si se están satisfaciendo o no.
Deben dar también directrices a nivel psicopedagógico al equipo de profesores de la institución, y a las familias de los estudiantes. Por supuesto, su labor en cuanto a los propios alumnos, será de vital importancia. Deberá identificar las posibles problemáticas que puedan amenazar la consecución de los objetivos educativos para que puedan resolverse cuanto antes.
Si algunos de los niños tienen necesidades especiales, el orientador tendrá también la misión de coordinar los recursos requeridos para que estos alumnos puedan recibir la educación de una manera adaptada y apropiada para ellos, logrando el mejor aprovechamiento y el desarrollo de sus capacidades.
En definitiva, la figura del orientador escolar, como uno de los representantes de una de las áreas de la psicología para niños, tiene funciones de asesoramiento y coordinación entre los propios alumnos, sus familias y el equipo educativo.
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4. Psicología deportiva para niños y adolescentes
Otro de los campos de la psicología para niños, que además se encuentra en auge, es el de la psicología deportiva para niños y adolescentes. El rendimiento deportivo en una determinada disciplina, tanto de los menores como de los adultos, dependerá de sus capacidades físicas para dicha actividad pero también de factores psicológicos.
El psicólogo deportivo será el profesional encargado de trabajar con dichos factores, tratando de eliminar todas las limitaciones que la persona, en este caso el niño o el adolescente, pueda tener, y que estén coartando su desarrollo en el deporte que practique. No solo se trata de rebajar las limitaciones, también será fundamental potenciar las capacidades positivas que el menor ya posea.
Como ocurría en otros escenarios de la psicología para niños, será esencial que el experto evalúe al niño para conocer las características concretas de su caso, pues cada uno será diferente y necesitará un plan de acción concreto y personalizado para lograr el cumplimiento de los objetivos marcados.
Por lo tanto, las diferencias individuales de cada menor van a marcar la forma de abordar el trabajo del psicólogo deportivo. Esta labor será especialmente delicada cuando se trata con niños de corta edad, cuyas capacidades de gestión emocional se encuentran en fases de desarrollo muy tempranas.
En esos casos, el trabajo de la psicología para niños deberá estar enfocado en que los menores aprendan a desarrollar sus capacidades para lograr un buen rendimiento en el deporte, pero disfrutando del mismo y sin verse sobrepasados por la presión, que en ocasiones puede ser más de lo que pueden soportar.
El psicólogo deportivo deberá enseñarles a relativizar los resultados y a que su pasión no se convierta en una fuente de ansiedad, sino de momentos de diversión y alegría.
Aunque existen otras vías de aplicación de la psicología para niños, las que hemos podido revisar en estos párrafos suponen algunas de las más importantes, en las que los profesionales de esta ciencia trabajan para mejorar la vida de los menores.