Las nuevas tecnologías son a la vez causa y posible solución de muchos de los problemas psicológicos en nuestra era. Infinidad de herramientas que prometen hacernos la vida más fácil, paradójicamente, también pueden generar adicción o mantenernos pendientes de asuntos que deberían ser secundarios.
En esta tesitura, muchos psicólogos empiezan a advertir que un mal uso de las tecnologías puede desembocar en trastornos físicos y psíquicos. Recientemente, la DGT lanzaba un dato preocupante: cada año se registran cerca de 400 muertes por el uso indebido del smartphone, la mayoría de ellas por distracciones al volante que desembocan en siniestros.
Conversamos con Pol Osés acerca de las nuevas tecnologías y la psicología
Hemos podido conversar con Pol Osés, uno de los psicólogos más reconocidos en la capital catalana, sobre esta dualidad tecnología-vida. ¿Qué factores tenemos que tener en cuenta para hacer una aproximación saludable a la tecnología? ¿Han aumentado los casos de adicción durante la cuarentena? ¿Cómo se intenta gestionar esta realidad desde la intervención psicológica? Osés nos ayudará a comprender todo esto.
Bertrand Regader: ¿Cómo se relacionan la tecnología del día a día (smartphones, tablets, ordenadores) con nuestra salud mental? ¿La pandemia del Covid-19 puede haber acelerado este proceso de 'tecnologización' de nuestra sociedad?
Pol Osés: Hay una concepción general de que se hace un mal uso de las nuevas tecnologías en las sociedades actuales, la cual según mi punto de vista, se corresponde bastante con la realidad.
¿Hemos de educar para que se haga un uso saludable de las nuevas tecnologías? Sin lugar a dudas. En los últimos 20-25 años, ordenadores, internet y smartphones han llegado a nuestras vidas para transformarlas en tiempo récord, lo cual no debe asustarnos, pero sí hemos de comprender que un mal uso de estos, puede tener consecuencias muy negativas para nuestra salud mental.
Adicción a las RRSS, sedentarismo, falta de habilidades sociales, problemas de sueño o ansiedad entre otros, son algunos de los problemas que se pueden llegar a desarrollar si se hace un mal uso de las nuevas tecnologías. Estas, son una herramienta muy potente que pueden hacer nuestras vidas mejores y más fáciles siempre y cuando tomemos consciencia de sus beneficios y perjuicios asociadas a su uso.
A la segunda parte de la pregunta, sin ninguna duda este período de confinamiento en casa nos ha obligado a realizar muchas gestiones, tareas o momentos de entretenimiento a través de entornos virtuales. Trabajo desde casa, reuniones con amigos o familiares, compras, gestiones bancarias, visitas médicas, etc., son un ejemplo de algunas, esta situación ha acelerado el proceso de transformación hacia una sociedad más digital y donde la tecnología está más presente cada día.
Atiendes muchos casos de personas que tienen ciertas dificultades a la hora de gestionar su tiempo delante de la pantalla. ¿Cuáles son los métodos de terapia más efectivos a la hora de mejorar esta faceta?
En los últimos años la frecuencia de pacientes con problemas vinculados especialmente a un uso excesivo de los smartphone ha aumentado considerablemente, la dependencia que genera sobre algunas personas es muy alta y esto deriva en problemas tanto físicos como psicológicos.
Descompensaciones en los sistemas de recompensa del cerebro, ansiedad, estrés, insomnio, problemas posturales o dolor de cabeza son algunos de los problemas que puede generar pasar demasiadas horas delante de una pantalla.
En caso de encontrarme con estos casos lo más habitual es utilizar la terapia cognitivo-conductual para desactivar ciertos hábitos y construir un nuevo modelo de conducta en relación al uso de las nuevas tecnologías. Es importante destacar que previamente debe hacerse un profundo análisis de todos los ámbitos vitales de la persona, ya que este tipo de adicción, así como cualquier otra, tiene el origen en desequilibrios emocionales que llevan a desarrollar conductas desadaptativas, en este caso de dependencia/adicción sobre los smartphones o los videojuegos por ejemplo.
Se da la paradoja de que existen interesantes recursos tecnológicos que nos permiten racionalizar el uso y abuso de gadgets electrónicos. ¿Cuáles son los que crees que pueden ser más interesantes?
Exactamente. Este uso puede ser muy positivo siempre y cuando, obviamente, no exista un problema de adicción al smartphone de base. Si se trata de dotar de herramientas al usuario para problemas como la ansiedad o el estrés subclínicos, por ejemplo, hay apps interesantes y que pueden ser útiles. De todos modos, la premisa debe ser que nunca podemos sustituir la terapia psicológica por estos recursos... Son recursos valiosos y prácticos, pero siempre deben ir de la mano de un abordaje profesional y personalizado.
Dicho esto, suelo estar al día de las nuevas aplicaciones que tienen como objetivo mejorar algún aspecto psicológico o psicopatológico. La más que conocida Calm es interesante porque nos acerca al mundo de la meditación de un modo muy estudiado.
Con el confinamiento, se abre la veda a que muchos no sepamos poner fin a la jornada laboral y sigamos teletrabajando durante más horas de las debidas. ¿Crees que los casos de síndrome de burnout aumentarán con esta 'nueva normalidad' en que el trabajo en remoto ganará terreno?
Muy probablemente, porque como te he ido comentando a lo largo de la entrevista, son nuevas realidades de las que hemos de ir aprendiendo a base de prueba-error, generando conocimiento al respecto y con el paso del tiempo definiendo rutinas y hábitos que hagan compatible y saludable trabajar desde casa.
Actualmente nos encontramos con casos en que el conocido en inglés como “Home office” está provocando una no disociación entre el tiempo/espacio del trabajo y de la vida personal. Como consecuencia, debido a que de las horas que estamos despiertos un 50-60% las dedicamos al trabajo, esto provoca que el trabajo vaya representando un % mayor de nuestro día sino respetamos nuestros horarios de inicio y finalización de jornada laboral, horas de sueño, comidas, descansos entre horas, o el hecho de no ser igual de productivos en casa que en el trabajo y que eso desemboque en una extensión de la jornada laboral.
Si no conseguimos separar bien dentro de un mismo espacio lo profesional de lo personal los casos de síndrome de burnout aumentarán considerablemente.
Por lo tanto, es recomendable delimitar un espacio para trabajar en casa que dediquemos exclusivamente para ello, lo cual por un lado nos aísle de todo tipo de distracciones que tenemos en casa y al mismo tiempo, cuando nuestra jornada laboral termine o tengamos un descanso, podamos cerrar una puerta y aislar de alguna forma todo lo que asociamos con el trabajo (portátil, móvil, libretas, documentos, etc.).
Además de las consecuencias negativas que ya hemos comentado, intentemos sacar la parte positiva a este proceso en el que estamos inmersos... ¿Qué ventajas encuentras como psicólogo de la salud a esta nueva realidad?
Las ventajas asociadas al trabajo desde casa son muchas, pero llegarán siempre y cuando apliquemos todas las recomendaciones mencionadas anteriormente y seamos conscientes de la parte perjudicial que puede conllevar no hacerlo.
Principales ventajas están asociadas a la optimización de recursos, tiempo, dinero y energía.
Si antes pasábamos 45 minutos para desplazarnos a nuestro lugar de trabajo, ahora nos ahorraremos este tiempo de ida y de vuelta. Evitaremos el desgaste físico y psicológico que genera desplazarse en horas punta en transporte público o privado en zonas urbanas, además de los costes derivados de dichos desplazamientos.
Por otro lado, podremos trabajar de una forma más independiente y tener mayor flexibilidad en nuestros horarios, lo cual nos permitirá combinarlo mejor con la vida familiar, hobbies o el estudio de un curso entre muchas otras cosas.
A nivel profesional, al aumentar nuestra percepción de calidad de vida, nuestra productividad aumentará lo cual también será positivo para nuestra autoestima y la actividad de la empresa.