La eisoptrofobia consiste en un miedo irracional a ver reflejada la propia imagen en un espejo. Más en concreto, quien lo padece experimenta un miedo intenso ante la idea de ver en el espejo algo terrorífico, como fantasmas, espíritus, etc.
Aunque la persona es capaz de ver lo irracional y absurdo dentro de su miedo, no puede evitar sentirlo, tal y como funciona en la mayoría de las fobias. Este aspecto tiene relación con un pensamiento supersticioso, donde se cree que ver la propia imagen reflejada en un espejo puede conllevar que ocurra algo malo, y de igual forma si se rompe el espejo. Tener en cuenta aquí el aspecto cultural es importante.
También se asocia la eisoptrofobia, dentro de los trastornos de ansiedad, al rechazo de la propia imagen. Cuando no tenemos una visión adecuada de nosotros mismos sino todo lo contrario, al vernos reflejados en un espejo estamos delante de todo lo que nos produce rechazo del propio cuerpo, llegando a convertirse en algo obsesivo y que se tiende a evitar. Y, por otro lado, puede ser parte de un trastorno mental más grave.
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¿Qué es la eisoptrofobia? Características
Quien padece eisoptrofobia tiene los mismos síntomas que ocurren en cualquier fobia cuando estamos delante del estímulo temido, en este caso los espejos, o anticipamos que lo vamos a estar. Algunos de los síntomas más comunes son los siguientes:
- Sudoración.
- Sensación de ahogo y falta de aire.
- Taquicardia.
- Ganas de huir y evitar los espejos.
- Mareos y nauseas.
- Miedo y ansiedad intensos.
¿Quién lo padece?
Después de numerosas investigaciones con aval científico, podemos decir que las fobias son aprendidas, y algunas personas tienen más vulnerabilidad que otras para desarrollarlas.
Esa vulnerabilidad puede darse por varios aspectos, uno de ellos, como señalaba más arriba, tiene que ver con la imagen y concepto de uno mismo. Es decir, aquellas personas que tienen una baja autoestima, y focalizada sobre todo en su aspecto, temen mirarse al espejo porque lo que ven les produce sensaciones de rechazo muy intensas. Evitar exponerse a ello va generando que cada vez la ansiedad sea mayor y más incontrolable.
Por otro lado, todo ese pensamiento supersticioso ligado a la “mala suerte” que da que se rompa un espejo, o romperlo por accidente, así como ideas del tipo que la persona pueda ver reflejado algo temible o incluso, que algo salga del espejo y pueda hacerle daño, pueden dar lugar a creencias irracionales que causan y mantienen el problema.
¿Cómo daña la salud mental?
Las consecuencias de cualquier tipo de fobia son las limitaciones que sufre la persona. Todo aquello que rodea a lo que se teme va a tratarse de evitar; en este caso, todo lo que tenga que ver con espejos o superficies reflectantes.
Quien padece esta fobia en casa no tiene espejos donde pueda verse, y evitará aquellas situaciones donde haya espejos, por ejemplo, situaciones sociales en restaurantes, peluquerías o centros de estética, tiendas, etc. Y las que no pueda evitar, las vivirá con un gran malestar y ansiedad.
Estas limitaciones hacen que la persona vaya reduciendo su círculo de actividad social, incluso puede afectaren lo laboral, familiar y de pareja.
Tratamiento
El tratamiento de la eisoptrofobia va encaminado a eliminar el miedo, a desaprender lo aprendido, y conocer otras formas de afrontar el problema.
La propuesta terapéutica más eficaz hoy en día es la terapia de exposición. Consiste en exponer a la persona a los estímulos temidos de manera gradual, a fin de que vaya desensibilizándose poco a poco, y dotarle de estrategias de manejo de la ansiedad, así como reestructurar el pensamiento desajustado e irracional.
Así, se va recuperando la autoestima y la seguridad en uno mismo; en definitiva se puede tener el control de lo que ocurre, eliminando así los límites que el propio trastorno hace que la persona se autoimponga.
Referencias bibliográficas:
- André, Christophe. (2006). Psicología del miedo. Temores, angustias y fobias. Barcelona. Editorial Kairós, 2006.
- Cavallo, Vicente. (1998). International Handbook of Cognitive and Behavioural Treatments for Psychological Disorders. Pergamon. pp. 5-6.
- Evans, Rand. (1999). Clinical psychology born and raised in controversy. APA Monitor, 30(11).