A todos nos ha pasado, especialmente en el instituto y la universidad, que tenemos que leer un libro, artículo científico o comentario de texto. Esta tarea no es muy divertida y motivadora porque sabemos por experiencia que es muy probable que no entendamos lo que leemos.
Esto es algo que, por desgracia, es muy común pero, curiosamente, sería relativamente fácil de solucionar. Simplemente documentándonos previamente sobre de qué va el texto, quién es su autor o aspectos generales de lo que vamos a leer puede facilitarnos mucho la lectura.
A esto se le llama prelectura, y es una herramienta muy útil para mejorar nuestra comprensión lectora y motivación. Veamos más a fondo en qué consiste, cuáles son sus características y sus funciones.
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¿Qué es la prelectura?
La prelectura, también llamada lectura exploratoria, es una estrategia nos permite comprender un texto de forma más exhaustiva y detallada. La prelectura es la primera de las tres fases en las que se divide el proceso de lectura exhaustiva, siendo la fase de lectura y la de la postlectura las dos siguientes. Consiste en prepararse lo que se va a leer para así poderlo entender mejor, ayudando en su comprensión lectora y en la efectividad de la actividad.
El objetivo de la prelectura es el de descubrir cuál es la idea general de un texto antes de adentrarnos en él, así de conocer cuáles son sus temas secundarios. De esta forma, al proceder a leer el texto de forma normal, palabra por palabra y frase por frase, entenderemos de forma más sencilla sus detalles que, sin la debida preparación previa, quizás se nos escaparían.
La prelectura suele ser un proceso espontáneo, haciendo una lectura rápida del texto, viendo un poco por encima de qué va, mirando cuántas páginas y capítulos tiene el libro y otras acciones similares. Sin embargo, en otras ocasiones se hace de forma más consciente y estructurada, documentándose sobre lo que se va a leer, aprendiendo la terminología específica del texto, el contexto en el que fue escrito y adquirir la idea básica del texto, facilitando su lectura.
La acción prelectora más común es del “escaneo”. Por ejemplo, aplicado a un libro, consistiría en mirar su tapa y contratapa, mirar el índice, ver los nombres de los capítulos y pasar las páginas para ver si hay fotografías o gráficos que nos ayuden a comprender lo que vamos a leer. De esta manera, el lector se va preparando para avanzar con seguridad.
Características
Independientemente de cómo hagamos la prelectura, este proceso reúne las siguientes características.
1. Suele hacerse con textos cortos y complejos
Si bien la prelectura se puede realizar, prácticamente, en cualquier tipo de texto, los recomendados son los cortos y complejos. Se prefiere este tipo de textos porque su tamaño permite abordarlos de forma más profunda antes de que sean leídos, acción la cual es necesaria porque la dificultad del texto así lo requiere.
Es por este motivo que suele ser una herramienta muy usada en ámbitos como el educativo y el científico, en el que se pueden presentar textos con terminología nueva y complicada y que requieran de cierta familiarización previa.
Un ejemplo de prelectura sería leerse el abstract de un artículo científico y documentarse sobre quién lo ha hecho. Como el artículo es relativamente corto (15-25 págs.) pero está muy especializado, los abstracts ayudan al lector a prepararse para lo que va a leer.
2. Comprender la idea principal del texto
Toda prelectura comparte como característica principal intentar comprender cuál es la idea principal del texto que se va a leer. De esta manera, cuando leamos el texto de forma normal, estaremos más atentos a los detalles y matices que en él se encuentran, matices que obviaríamos sin haber hecho una preparación previa.
3. Investigación
Antes de leer de forma normal un texto e intentar entender lo que en él se dice, la prelectura nos permite hacernos una idea de lo que vamos a leer. Puede ser que descubramos algo que no sabíamos o que nos interesa, dando pie a que querramos expandir nuestros conocimientos por nuestra propia cuenta.
La prelectura es una herramienta que implica realizar una investigación previa, la cual puede ser más o menos exhaustiva. Dentro de esta investigación puede estar documentarnos sobre la vida del autor del texto, a qué rama del saber pertenece el contenido de esa lectura, cuándo y en qué contexto fue escrito, aprender la terminología específica...
También podemos recopilar opiniones y comentarios hechos por otras personas, para tener una idea mejor formada de esa obra y ver si nos motiva su lectura. Gracias a esto podremos recopilar mucha información que nos ayudará a comprender mejor lo que leemos.
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Funciones de la prelectura
La prelectura cumple con las siguientes funciones.
1. Aumenta la comprensión lectora
Como hemos comentado, el principal objetivo de la prelectura es ayudarnos a poder comprender profundamente el texto que vamos a leer. Es por este motivo que esta técnica es especialmente recomendable en ámbitos en los que se va a leer un texto difícil, con temática compleja o terminología demasiado específica.
Cuando leemos algo que está lleno de términos académicos y la temática es compleja es muy probable que perdamos el hilo, no nos enteremos de lo que estamos leyendo y la lectura se convierta en una pérdida de tiempo y esfuerzo. Cuando acabemos el texto nos daremos cuenta de que no recordemos nada y tendremos que volver a leerlo.
En cambio, si hemos hecho un poco de investigación previa, nos han explicado de qué va el texto, cuál es su significado o qué terminología podría haber, es más probable que la lectura del mismo sea más fluida, entendamos mejor las ideas y aprendamos algo.
2. Mejorar la motivación
Leer un texto que no entendemos es una tarea pesada, aburrida y agotadora. Por muy adictos a los libros que seamos, si el texto nos quita las ganas de leerlo desde el principio, difícilmente lo entenderemos o, si quiera, lo logremos terminar de leer. La motivación es uno de los aspectos fundamentales en la lectura.
Uno de los motivos por los que los estudiantes de secundaria y bachiller no leen los textos que les ponen de deberes, tanto de literatura como ciencias, es que no se les ha explicado previa y adecuadamente el texto que tienen que leer.
Esto es especialmente visible en las asignaturas de lengua y literatura, puesto que no son pocos los profesores que ponen como deberes una obra literaria que no saben de que va y ya se piensan que va a ser otro libro infumable. Empezamos desmotivados, haciendo que la lectura sea poco rica en matices.
Por este motivo la forma en cómo el profesor introduzca la obra es fundamental, dado que si consigue despertar el interés en sus alumnos estos tendrán una lectura más fluida. Además, si ya saben de qué va el libro, mientras lo lean podrán relacionar ideas que se han comentado en clase.
3. Ayuda a asentar mejor la información
Como lee de forma mejor documentada el texto y con mayor motivación, el lector es capaz de relacionar más fácilmente las ideas en él expuestas. Gracias a esto, es más fácil recordar de qué iba el texto.
Una de las ideas fundamentales del socioconstructivismo es la de que los aprendizajes significativos se establecen cuando quien aprende tiene información que puede relacionar con la nueva que se le presenta. Así, va construyendo nuevo conocimiento a partir del que ya domina, algo fundamental cuando se lee un documento educativo o científico.
Referencias bibliográficas:
- Grellet, F. (1981). Developing Reading Skills. A Practical Guide to Reading Comprehensión Exercises. Cambridge: Cambridge University Press.
- VV.AA. (2000). El desarrollo de la comprensión lectora en el aula de español como lengua extranjera. Carabela, 48. Madrid: SGEL.
- San Mateo Valdehíta, A. (2005). Una lectura graduada narrativa para estudiantes de E/LE de nivel avanzado. REDELE, 3. http://www.sgci.mec.es/redele/biblioteca2005/sanmateo.shtml.