Todos los días hacemos uso de las matemáticas en actividades diarias, son fundamentales para mantener nuestra economía personal y para muchas de nuestras tareas cotidianas. Haciendo la compra en el supermercado, dividiéndonos la cuenta entre amigos en un bar o para saber qué cantidades utilizar para hacer un bizcocho; los números están presentes en nuestro día a día.
Existen personas que padecen de discalculia. Podría decirse que es parecida a la dislexia, pero en lugar de hacer referencia al lenguaje, tiene que ver con las matemáticas y el cálculo. Básicamente, cuando hablamos de discalculia, hacemos referencia a toda una variedad de problemas relacionados con la dificultad del aprendizaje de las matemáticas.
Es importante diferenciar lo que es discalculia realmente, un trastorno del aprendizaje, delo que es la mera dificultad para aprender y gestionar las habilidades matemáticas y de cálculo. En este artículo ampliaremos sobre qué es la discalculia y de cuántas formas diferentes se puede presentar, aprendiendo a identificar cada una de ellas.
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¿Qué es la discalculia?
Como hemos comentado, la discalculia forma parte de los trastornos del aprendizaje, específicamente definida como la dificultad en el aprendizaje de las matemáticas. Es una condición neurológica que afecta a las conexiones neuronales que procesan el lenguaje numérico. Por ello, las personas afectadas tienen dificultades para comprender las matemáticas y las tareas relacionadas con ellas.
Normalmente, se identifica esta condición durante la infancia, siendo la asignatura de matemáticas un bloque educativo muy importante durante los años de escolarización. Los niños y niñas que sufren discalculia tienen confusiones con los números y signos y tienen dificultades para llevar a cabo cálculos mentales o abstracciones geométricas. Se estima que este trastorno se presente en un 4,5% de niños y niñas escolarizados/as, teniendo una distribución parecida entre chicos y chicas.
Es complicado diagnosticarlo porque la educación en matemáticas suele ser difícil para muchos niños y niñas y el personal docente puede pensar que lo que es una discalculia es una simple dificultad o una falta de ganas de aprender. Por ello, es importante conocer de qué maneras se puede presentar la discalculia y qué se puede hacer para ayudar a niños y niñas que la padecen a superar estas dificultades o a aprender a convivir con ellas.
Tipos de discalculia
Se ha hablado de seis tipos de discalculia diferentes:
1. Discalculia verbal
La discalculia verbal hacer referencia a la dificultad para el manejo de los números y la comprensión de conceptos numéricos asociados a los nombres de los números, las unidades de medida en cantidades y la comprensión de términos y símbolos matemáticos. Básicamente, guarda mucha relación con la comprensión de conceptos numéricos y matemáticos que se presentan de forma oral. Ejemplos de discalculia verbal pueden ser:
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Problemas para nombrar cantidades: el problema no está determinado por la identificación de elementos o en el trabajo con conjuntos relacionado con las cantidades, sino en la verbalización de esos valores, en la capacidad de nombrar y especificar cuántos elementos se pueden encontrar en un conjunto, por ejemplo.
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Problemas para la denominación de números: en casos de discalculia verbal será complicado identificar los números y ser capaces de expresarlos. Un ejemplo de esto sería estar observando un número 7 pero decir la palabra dos para referirse a él.
2. Discalculia practognóstica
La discalculia practognóstica guarda una importante relación con la motricidad fina y la manipulación de los objetos. Por ello se traduce en la dificultad para comparar entre cantidades y tamaños, por ejemplo. Las personas afectadas por este tipo de discalculia tendrán dificultades para la enumeración, comparación y manipulación de objetos matemáticamente.
En estos casos no se hace referencia a la dificultad para el reconocimiento y denominación de números, como en la discalculia verbal, sino a las dificultades relacionadas con el conteo o la capacidad de identificar cuántos componentes se encuentran dentro de un mismo objeto, por ejemplo.
3. Discalculia léxica
La discalculia léxica hace referencia a la dificultad para leer números y símbolos matemáticos, sin que afecte a la comprensión numérica o matemática cuando se hable de los diferentes conceptos. En estos casos, las dificultades con los números aparecen exclusivamente cuando corresponde leerlos, a pesar de tener habilidades cognitivas y académicas adecuadas en otras áreas. Es el tipo de discalculia más común. Algunos ejemplos de esta discalculia pueden ser:
- Dificultad en reconocimiento y confusión entre signos matemáticos.
- Problemas para recordar y utilizar símbolos matemáticos y sus significados.
- Dificultades para comprender y seguir instrucciones escritas que involucren conceptos matemáticos.
- Confusiones entre palabras y términos matemáticos similares.
- Dificultades en lectura y comprensión de textos con vocabulario matemático, problemas matemáticos o textos de teoría matemática.
4. Discalculia gráfica
La discalculia gráfica es la dificultad para la escritura de números y símbolos matemáticos. Los niños y niñas con discalculia gráfica pueden entender los conceptos matemáticos, pero no son capaces de escribirlos, además de generarles problemas la escritura de los símbolos también. Al tener estas dificultades o errores relacionadas con la escritura numérica, niños y niñas afectados por este tipo de discalculia pueden equivocarse al escribir números o copiarlos directamente de otro texto. Algunos ejemplos de esta pueden presentarse así:
- Desorden en la escritura de algunos números, invirtiendo dígitos o cifras.
- Problemas en la alineación y coherencia espacial en la escritura de números, resultando en números desordenados o con proporciones incorrectas.
- Dificultades para distinguir visualmente entre diferentes dígitos.
- Tendencia a omitir o agregar dígitos al escribir números, llevando a errores de cálculo o representaciones numérica.
- Dificultades para copiar correctamente libros de otras fuentes.
5. Discalculia ideognóstica
La discalculia ideognóstica, también conocida como discalculia visuo-espacial, afecta a la capacidad para comprender y manejar conceptos matemáticos especiales y visuales. Personas con este tipo de discalculia tienen dificultades en al visualización y manipulación mental de formas, tamaños, distancias y relaciones asociadas con conceptos matemáticos. Esta se puede presentar de diferentes formas, por ejemplo:
- Dificultades en la comprensión de conceptos geométricos; formas, figuras, ángulos, simetría, coordenadas…
- Problemas en comprensión de operaciones espaciales, como rotación o reflexión de figuras.
- Dificultades en visualizar y comprender el valor posicional de números en sistemas de numeración (unidades, decenas, centenas…).
- Problemas para estimar o comparar tamaños y distancias, dificultando la resolución de problemas que involucren medidas o proporciones.
6. Discalculia operacional
La discalculia operacional, también denominada discalculia de procedimiento o cálculo, afecta a la capacidad para el cálculo matemático y seguir procedimientos numéricos. Estas personas pueden tener complicaciones para comprender y utilizar los diferentes pasos y algoritmos necesarios para llevar a cabo operaciones matemáticas. Entre sus diferentes formas de presentarse, encontramos:
- Dificultad para hacer operaciones básicas como sumas, retas, multiplicaciones y divisiones, tanto mentalmente como por escrito.
- Problemas para recordar y aplicar pasos y procedimientos de cálculo.
- Errores de cálculo, omisión o intercambio de números, que produce operaciones incorrectas.
- Dificultad para comprender y aplicar conceptos matemáticos avanzados como fracciones, porcentajes o raíces cuadradas.
- Problemas en la resolución de problemas matemáticos de forma secuencial y lógica.
Indicadores para detectarla
Como hemos comentado previamente, es importante distinguir aquellos niños y niñas que tienen dificultades para los cálculos y los números de los/las que tienen discalculia como tal. Para estos casos, es muy importante desarrollar un diagnóstico del problema a tiempo para poder tomar las medidas educativas pertinentes.
Además, también se debe diferenciar la discalculia de la acalculia. La acalculia es un trastorno relacionado con la capacidad de calcular que no viene determinado por dificultades de aprendizaje o en el desarrollo educativo, sino por una lesión cerebral que puede darse incluso durante la edad adulta. Para concluir este artículo, vamos a hacer un repaso por los síntomas más comunes de la discalculia, para facilitar su detección y diferenciarla de otras dificultades o problemas:
1. Dificultades en la escritura numérica
Cuando se aprenden a escribir los números, los niños y niñas con discalculia experimentan problemas para llevar a cabo una escritura correcta de los mismos, haciéndolo al revés o con trazos inconexos, sin llegar a poder representar los números adecuadamente.
2. Muchas dificultades en series secuenciales o clasificaciones numéricas
Las series secuenciales o clasificaciones numéricas son sucesiones ordenadas de números con un vínculo entre sí; números ordenados según un patrón o regla de formación. Por ejemplo, la serie secuencial más básica es la de contar los números 1, 2, 3, 4… de forma sucesiva y ordenada, que sigue un patrón creciente. Niños y niñas con discalculia experimentan muchas dificultades para comprender estas series y asociarlas a un patrón común.
3. Problemas de razonamiento
Los problemas de razonamiento en personas con problemas de discalculia tienen efecto sobre todo en la resolución de problemas matemáticos que precisan de una comprensión de números, cantidades o cálculos concreta.
4. Dificultades con los números en general
Estas dificultades hacen referencia a problemas muy variadas de cada a la identificación y comprensión de los números:
- Dificultades para identificarlos que generan dudas o errores al nombrarlos o escribirlos.
- Confusiones entre grafismos parecidos (por ejemplo, 3 y 8; 4 y 7…).
- Confusiones entre signos matemáticos (confundir la suma por la resta o viceversa, por ejemplo), que puede generar errores de inversión, rotación o trasposición a la hora de escribirlos o nombrarlos.
- Problemas en la interpretación de enunciados numéricos.
- Dificultades en pensamientos operatorios, cálculo mental, orden, cantidades…
- Dificultades en coordinación espaciotemporal.
- Problemas para comprender conceptos como posición o tamaño.
- Mucha dificultad para recordar o memorizar reglas, fórmulas o secuencias matemáticas como tablas de multiplicar.