Desde los albores de la humanidad, con frecuencia el ser humano ha mirado al horizonte y se ha preguntado que habrá más allá de dónde alcanza la vista.
Hemos pasado de ser nómadas y recolectores a recolectores y ganaderos y poco a poco nos hemos vuelto sedentarios, pero en todo momento ha permanecido un interés de la humanidad en saber dónde se encuentra o qué hay más allá del territorio que ocupa. Y viajar ha sido una constante para el conjunto de la humanidad, dependiendo de ello la obtención de recursos, el establecimiento de rutas de comercio y la formación de civilizaciones.
De cara a permitir que uno mismo u otros sean capaces de seguir nuestros pasos y saber que hay o cómo llegar a otros territorios, a lo largo de la historia se han ido elaborando instrumentos como los mapas, un elemento indispensable y de gran valor para el ser humano. Pero aunque existen gran variedad de tipos de mapas, por norma general todos ellos requieren de una serie de componentes básicos con el fin de poder ser interpretados. Es por ello que a lo largo de este artículo vamos a hablar de los diferentes elementos de un mapa, los cuales nos permiten comprenderlos y guiarnos por ellos.
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¿Qué es un mapa?
Antes de entrar a hablar de las diferentes partes o elementos principales de un mapa y a pesar de que la mayoría de personas los ha utilizado en alguna ocasión, resulta conveniente hacer una breve descripción respecto a qué es un mapa y cuál es su función.
Un mapa es una representación a nivel gráfico y a escala de un territorio o entorno geográfico, del cual se detalla de forma simplificada la forma y las particularidades con el fin de servir como sistema de navegación y/o para conocer las características básicas y los límites del terreno representado. Se trata de un instrumento fundamental en la disciplina conocida como cartografía, y su invención se remonta como poco a la Edad Antigua (si bien se conocen ejemplos de instrumentos similares desde la Edad del Hierro).
La función básica de un mapa es la de representar el territorio, de tal modo que permita servir de guía para poder desplazarse a puntos geológicos concretos. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que existen muy diversos tipos de mapas, algunos de los cuales tienen una función más específica.
Por ejemplo, podemos hablar de mapas meteorológicos, los cuales pretenden representar el territorio con el fin de analizar el clima que hay o habrá en un determinado lugar (independientemente de que se quiera viajar allí o no), mientras que otros nos sirven para localizar puntos concretos de los que obtener recursos o incluso para representar donde ocurrieron determinados fenómenos. Además hay que mencionar también que los mapas representan no solo los elementos geográficos naturales, sino también los políticos: pueden marcarnos las fronteras entre países, comunidades o regiones diferenciadas entre sí independientemente de si hay un elemento geológico que los divida o no.
Principales elementos de un mapa
A pesar de que existen diversos tipos de mapa, todos ellos tienen en común una serie de elementos básicos que permiten su interpretación. Dichos elementos son, principalmente, los que siguen a continuación.
1. Título
Uno de los elementos de un mapa más básicos y simples, pero que sin embargo son uno de los que más facilitan comprender que se está viendo. El título nos indica con palabras la temática representada, la zona geográfica o el tipo de mapa que estamos contemplando. Por ejemplo “mapa meteorológico de España” o “mapa político de Europa”.
2. Escala
Un mapa puede representar un territorio, pero las distancias que en ella deben poder interpretarse con tal de que puedan ser efectivas. Para ello, otro de los de elementos de un mapa que nos resultan de más utilidad es la escala en la que está dibujado. De este modo, podemos saber si dos centímetros en el mapa representan dos kilómetros o veinticuatro en la realidad, por poner un ejemplo.
Suele representarse de forma numérica, indicando la relación unidad de medida en mapa/unidad de medida en la realidad (por ejemplo 1/10000).
3. Símbolos
A menudo en los mapas podemos querer representar elementos concretos de la realidad que no forman parte de la orografía en sí pero que nos son de interés o que incluso son la base de lo que queremos mostrar. Por tal de representarlos podemos emplear distintos tipos de símbolos.
Por ejemplo una cruz puede ser un hospital o una farmacia, o una iglesia dependiendo del tipo de cruz, o una piedra puede estar indicando una cantera. Asimismo no hace falta que sean elementos pictóricos añadidos, sino que incluso puede emplearse elementos como un color determinado (por ejemplo para simbolizar que existe mayor o menor temperatura o las partes de un territorio con más o menos recursos).
4. Leyenda
Otro de los elementos fundamentales para la interpretación de un mapa es la leyenda, la cual nos permite precisar el significado de los diferentes símbolos que hemos empleado para representar elementos concretos.
Gracias a las leyendas los usuarios de un mapa pueden saber qué quería representar el autor de forma simplificada. Por lo general se indica en un cuadrado a un lado, mostrando el símbolo y a continuación su significado. Pueden llegar también a tener forma de gráfico, dependiendo de lo que se intente representar.
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5. Rosa de los vientos
Otro facilitador que suele estar presente en la mayoría de los mapas es algún tipo de elemento que indique los principales puntos cardinales. Esto puede hacerse en una esquina (por lo general en una de las superiores) con la rosa de los vientos. Sin embargo, con frecuencia únicamente se emplean los puntos cardinales, o incluso únicamente la flecha del Norte.
Este elemento del mapa nos sirve para poder conocer en qué dirección se está mirando el mapa, facilitando la orientación de quien lo sigue.
6. Proyecciones cartográficas
Aunque no aparece en todos los mapas, otros elementos que pueden ser de utilidad y que aparecen con frecuencia son las proyecciones cartográficas, concretamente el conjunto de meridianos y paralelos en que se suele dividir la Tierra.
Estas proyecciones nos permiten establecer coordenadas, algo de gran utilidad en diversos sistemas de navegación tanto analógicos como digitales. Ello permite que cualquiera pueda conocer en qué punto está un elemento o una persona concreta con gran exactitud, por ejemplo cuando se produce un accidente aéreo o en el mar o una persona se pierde en un parque natural o una cordillera.
Referencias bibliográficas:
- Cosgrove D. E. (ed.) (1999). Mappings. Londres: Reaktion Books.
- O'Connor, J.J. y E.F. Robertson (2002).The History of Cartography. St. Andrews: St. Andrews University.
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