Cuando pensamos en el encéfalo solemos imaginar la capa superficial y más externa, la corteza cerebral. Sin embargo, debajo de este podemos encontrar una gran cantidad de estructuras de importancia fundamental para la supervivencia del ser humano, participando todas ellas en diferentes tipos de funciones tales como la integración de información.
Una de estas estructuras subcorticales es el núcleo caudado, cuyas características veremos a continuación.
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¿Qué es el núcleo caudado?
El núcleo caudado es una estructura subcortical, es decir, situada en el interior del encéfalo, que forma parte de los ganglios basales. Junto con el putamen y el núcleo accumbens conforma el conocido como cuerpo estriado, elemento muy vinculado al control de movimiento.
Situado por encima del tálamo y debajo de la corteza orbitofrontal para posteriormente curvarse hacia el lóbulo occipital, el núcleo caudado se conecta tanto con el resto de ganglios basales como con la corteza frontal y el sistema límbico. Poseemos dos unidades de este núcleo, situándose cada uno en un hemisferio cerebral. A nivel de neurotransmisores, el núcleo caudado se ve principalmente influido por la dopamina y el GABA.
El núcleo caudado suele ser dividido en tres partes, la cabeza, el cuerpo y la cola. Mientras que la primera es una de las partes más gruesas y está en más contacto con la corteza frontal, la cola se encuentra conectada al sistema límbico. Cabeza y cuerpo están en estrecho contacto con los ventrículos laterales.
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Funciones principales del núcleo caudado
El núcleo caudado y el conjunto de ganglios basales tienen una elevada importancia en el sistema nervioso humano, participando en funciones imprescindibles para garantizar tanta una adaptación correcta al medio como la propia supervivencia al permitir la regulación de la conducta a través de aspectos como la memoria y la motivación. Además, también se han vinculado en gran medida a la realización y coordinación de movimientos.
A continuación puedes encontrar detalladas algunas de las funciones que se han atribuido al núcleo caudado.
1. Control del movimiento
Junto al resto de los ganglios basales, se ha considerado tradicionalmente que el núcleo caudado tiene una elevada participación en el control y coordinación motora. El mantenimiento de la posición de los miembros del cuerpo, y la precisión en el movimiento fino son algunos de los aspectos en los que el caudado participa. Ello puede verse en las consecuencias de su disfunción, en trastornos como el Parkinson y la Corea de Huntington.
2. Memoria y aprendizaje
El aprendizaje y la memoria son elementos en los que se ha encontrado que el núcleo caudado tiene también un importante papel. Por ejemplo, el aprendizaje procedimental depende de esta área cerebral. Concretamente el núcleo caudado permite que el organismo sea capaz de obtener un feedback por parte del mundo exterior respecto a lo que sucede y lo que se hace. Además participa en la comprensión de estímulos auditivos, como los propios del lenguaje.
3. Sensación de alarma
Otra de las funciones principales de esta región cerebral es la percepción de la sensación de alarma, gracias a la cual podemos identificar que algo no funciona correctamente y responder en consecuencia a ello.
4. Motivación
El núcleo caudado tiene una importancia capital en lo que se refiere a la capacidad de motivación del ser humano. Se trata de una estructura que conecta el sistema límbico con la corteza frontal, de manera que la información cognitiva se transforma y vincula a un significado emocional. Su destrucción puede generar la aparición de abulia extrema y del síndrome PAP.
Trastornos y alteraciones en los que participa
El núcleo caudado y en general el conjunto de los ganglios basales, debido a sus múltiples conexiones con otras áreas cerebrales tales como el córtex orbitofrontal o el sistema límbico, son estructuras de gran importancia para el correcto funcionamiento del sistema nervioso y para nuestra adaptación al medio.
La presencia de alteraciones puede generar o participar en la génesis o mantenimiento de diversos tipos de trastorno. Algunos de los trastornos en los que participa el núcleo caudado son las siguientes.
1. Trastorno Obsesivo-Compulsivo y otros trastornos obsesivoides
Como hemos mencionado, el núcleo caudado tiene una importante participación en el mecanismo de respuesta a una situación concreta, así como en la sensación de alarma. En el TOC dicho mecanismo presenta un sobreactivación, encontrándose que pacientes con este trastorno suelen tener una elevada activación neural en el caudado.
Además del propio TOC, en otros trastornos de carácter semejante como el trastorno por acumulación, el trastorno de excoriación o la tricotilomanía puede hallarse también este elevado nivel de actividad.
2. Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad
El TDAH es otro de los trastornos en los que el núcleo caudado tiene cierto nivel de implicación. Concretamente, en este caso se observa una activación por debajo de lo habitual, con lo que la capacidad de recuerdo, feedback y motivación se ven reducidas.
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3. Corea de Huntington
En la Corea de Huntington el núcleo caudado es una una de las primeras zonas en presentar muerte neuronal, y a la larga acaba por generar una progresiva pérdida de funciones ejecutivas y de memoria y la realización de movimientos incontrolados en forma de torsiones y giros de las partes de cuerpo semejantes a una danza.
4. Parkinson
El Parkinson es otra de las enfermedades vinculadas al núcleo caudado. Concretamente, los síntomas parkinsonianos se producen por la degradación y muerte de las neuronas que forman la vía nigroestriada.
5. Síndrome de pérdida de autoactivación psíquica
Los daños en el núcleo caudado provocan la pérdida de motivación y dificultan la conexión entre emoción y cognición. Es por ello que su destrucción genera una profunda sensación de indiferencia ocurra lo que ocurra, incluso si ello amenaza la propia supervivencia.
6. Hipermnesia
Si bien generalmente no es considerada un trastorno, la presencia de hipermnesia en algunas personas se ha visto vinculada, entre otras regiones cerebrales, con el núcleo caudado. Concretamente se ha observado que personas con capacidades memorísticas por encima de la media poseen un núcleo caudado de mayor tamaño que la mayor parte de las personas.
Referencias bibliográficas:
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