A lo largo de nuestra vida, es completamente normal experimentar emociones tanto agradables o placenteras como desagradables. La ansiedad, entre otras, es una de esas emociones que puede hacernos pasar un mal rato si no sabemos gestionarla correctamente. A veces, nos encontramos con situaciones que nos hacen sentir ansiosos, lo que puede manifestarse de diferentes maneras, como ese nudo en el estómago, el corazón latiendo más rápido o una mente llena de preocupaciones. Todas estas respuestas pueden tratarse con terapia, pero esconden detrás un torrente de reacciones químicas, las cuales se producen en nuestro cerebro, y se extienden a todo nuestro sistema nervioso.
Hablamos mucho sobre la ansiedad y cómo gestionarla desde una perspectiva psicológica, pero también es importante comprenderla desde un punto de vista biológico. La ansiedad es una respuesta natural de nuestro cuerpo ante situaciones de peligro real o percibido, pero esta emoción también tiene raíces en nuestros procesos biológicos. Es fundamental entender cómo se relaciona la ansiedad con nuestro organismo, ya que esta comprensión puede influir en la elección del tipo de terapia y tratamiento, además de ser esencial para la evolución, bienestar y mejora del paciente.
En este artículo, vamos a ver qué neurotransmisores están asociados a la ansiedad y a larespuesta biológica que esta tiene sobre nosotros.
¿Qué son los neurotransmisores?
Antes de empezar a identificar qué neurotransmisores tienen una mayor relación y función en la respuesta ansiosa, es importante delimitar qué son estos mensajeros químicos y cómo desempeñan un papel crucial en el funcionamiento de nuestro cerebro y sistema nervioso. Los neurotransmisores son sustancias químicas que actúan como puentes de comunicación entre las células nerviosas, también conocidas como neuronas. Estas neuronas son las unidades fundamentales de nuestro sistema nervioso y forman redes complejas que se extienden por todo el cuerpo, permitiéndonos experimentar y responder a diferentes estímulos y situaciones.
La comunicación entre las neuronas es esencial para una amplia variedad de funciones, desde simples movimientos musculares hasta procesos mentales complejos, como el pensamiento y las emociones. Aquí es donde entran en juego los neurotransmisores. Imagina a las neuronas como vecinos que necesitan conversar entre sí, y los neurotransmisores como mensajeros que entregan información importante de una casa a otra.
Cuando una neurona quiere transmitir un mensaje a otra, libera neurotransmisores en el espacio entre ellas, llamado la "sinapsis". Estos neurotransmisores viajan a través de la sinapsis y se adhieren a receptores en la superficie de la neurona receptora, como una llave encaja en una cerradura. Esta interacción desencadena una serie de eventos eléctricos y químicos que permiten que el mensaje se transmita entre neuronas. De esta manera se producen todas las emociones que sentimos, entre ellas, la ansiedad.
Los neurotransmisores no son solo una parte esencial de la comunicación cerebral, sino que también están involucrados en la regulación de nuestro estado de ánimo, comportamiento, memoria y una serie de otras funciones cognitivas y emocionales. En resumen, son los mensajeros químicos que permiten que nuestro cerebro funcione de manera efectiva y que desempeñan un papel crucial en nuestra experiencia de la ansiedad y otras emociones.
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Neurotransmisores y ansiedad
Como hemos comentado, la ansiedad es una emoción natural y que la mayoría de las personas experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Puede surgir en situaciones estresantes, antes de eventos importantes o como una respuesta protectora ante peligros potenciales. La conexión que describiremos entre la ansiedad y los neurotransmisores se centra en la influencia de estos químicos en nuestros estados de ánimo y emociones. A continuación, describiremos algunos de los principales neurotransmisores asociados a la ansiedad y a su respuesta psicobiológica.
1. Serotonina
La serotonina, a menudo llamada "el neurotransmisor de la felicidad", desempeña un papel vital en nuestro estado de ánimo y emociones. Cuando los niveles de serotonina son bajos, puede desencadenar síntomas de ansiedad, como preocupación constante e inquietud. Este neurotransmisor ayuda a regular el equilibrio emocional y la sensación de bienestar. Los medicamentos conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) aumentan los niveles de serotonina en el cerebro y se utilizan comúnmente para tratar trastornos de ansiedad. La comprensión de la serotonina nos permite abordar la ansiedad desde una perspectiva más científica y terapéutica.
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2. Dopamina
La dopamina, asociada principalmente con la recompensa y el placer, también influye en la ansiedad.
Un desequilibrio en los niveles de dopamina puede contribuir a la ansiedad de varias maneras. Un exceso de dopamina puede desencadenar hiperactividad, agitación y pensamientos obsesivos, lo que puede aumentar la ansiedad. Por otro lado, una deficiencia de dopamina puede llevar a la apatía y la falta de interés en la vida, lo que, a su vez, puede aumentar la ansiedad debido a la sensación de desesperanza. Comprender cómo la dopamina interviene en la ansiedad nos brinda una visión más completa de las complejidades de nuestras emociones y comportamientos.
3. GABA
El ácido gamma-aminobutírico, o GABA, es un neurotransmisor inhibidor que desempeña un papel esencial en la regulación de la ansiedad. Su función principal es reducir la actividad nerviosa en el cerebro, promoviendo la relajación y la calma. Cuando los niveles de GABA son bajos, el cerebro puede volverse hiperactivo, lo que a menudo se manifiesta en síntomas de ansiedad, como nerviosismo y tensión. Comprender el papel del GABA en la ansiedad es fundamental, ya que nos brinda información sobre cómo los desequilibrios en este neurotransmisor pueden contribuir a trastornos de ansiedad y cómo ciertas terapias y medicamentos pueden trabajar para restaurar ese equilibrio y aliviar la angustia.
Francisco José González Galán
Francisco José González Galán
Psicólogo Experto en Ansiedad y Depresión
4. Otros neurotransmisores
Además de la serotonina, la dopamina y el GABA, otros neurotransmisores también desempeñan un papel en la ansiedad. La norepinefrina, por ejemplo, está involucrada en la respuesta de lucha o huida, lo que puede llevar a la ansiedad en situaciones estresantes. El glutamato, un neurotransmisor excitatorio, puede contribuir a la ansiedad cuando su actividad es desequilibrada. Aunque estos neurotransmisores son menos conocidos en relación con la ansiedad, su influencia es significativa. La comprensión de la complejidad de los neurotransmisores en el contexto de la ansiedad nos permite apreciar mejor la interconexión de estos mensajeros químicos en nuestras emociones y comportamientos.