Cuando pensamos en la manera en la que el cerebro funciona, muchas veces caemos en lo simple: asumimos que es un órgano que ‘genera’ emociones y pensamientos, como si su funcionamiento pudiese ser descrito atendiendo a su funcionamiento general. Pero lo cierto es que la clave de lo que pensamos, sentimos y hacemos se encuentra a una escala microscópica, al nivel de las neuronas.
Estas células nerviosas se encargan principalmente de generar un flujo constante de información que viaja de un lado al otro del sistema nervioso y que a la vez es procesada por los diferentes órganos del encéfalo. Pero, una vez más, la clave para entender la psique no se encuentra en algo tan fácil de aislar y de observar como una neurona. Se encuentra en lo que conocemos como sinapsis y sus diferentes tipos.
En este artículos veremos qué es eso de las sinapsis y de qué manera forman parte del funcionamiento básico del sistema nervioso de prácticamente cualquier animal.
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Sinapsis: un espacio de comunicación entre neuronas
Una definición simple de lo que es una sinapsis puede ser la siguiente: se trata de la conexión establecida entre dos neuronas que se transmiten información relacionada con los impulsos eléctricos.
Así pues, la sinapsis no es exactamente un órgano, y ni siquiera es, técnicamente, una parte anatómica de una célula nerviosa. Se trata de un lugar en el que dos neuronas se mandan información para afectar al funcionamiento de la otra.
En muchos casos, las sinapsis se establecen entre uno de los extremos de una parte de la neurona llamada axón, y la dendrita, una parte de la neurona receptora. Sin embargo, también existen otras conexiones en las que la sinapsis se establecen, por ejemplo, de un axón a otro axón.
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Tipos de sinapsis
Los diferentes tipos de sinapsis pueden ser clasificados de diferentes maneras. Veámoslo.
Según cómo se transmite la información
Por otro lado, es importante señalar que aunque la función de la sinapsis sea ofrecer un contexto en el que una neurona puede propiciar o inhibir la aparición de un impulso eléctrico en otra neurona, lo que recorre la sinapsis no suele ser una señal eléctrica, por lo menos en el caso de los seres humanos.
Esto es así porque existen dos tipos principales de sinapsis, que son las siguientes.
Sinapsis eléctrica
En estos casos sí que hay corriente eléctrica que pasa de una neurona a otra, sirectamente. En los seres humanos, este tipo de sinapsis solo están presentes en algunas partes de la retina.
Sinapsis química
En la mayor parte del sistema nervioso de los seres humanos, este es el único tipo de sinapsis que existe. En ella, la corriente eléctrica que llega al extremo de la neurona más cercano a aquella célula nerviosa en la que se quiere influir, genera la liberación de ciertas sustancias químicas, llamadas neurotransmisores, que navegan a través del espacio sináptico.
Algunas de ellas son captadas por estructuras llamadas receptores sinápticos, que a partir de ahí desencadenan un proceso u otro dependiendo de la molécula que les ha llegado (o, en algunos casos, quedan momentáneamente bloqueados).
Según su localización
A partir del punto en el que una neurona se comunica con la otra mediante el espacio sináptico, es posible encontrar los siguientes tipos de sinapsis.
Axosomática
En este caso, el botón terminal del axón entra en contacto con la superficie del soma, es decir, el cuerpo de la célula nerviosa.
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Axodendrítica
Es el tipo de sinapsis por excelencia. En él, el axón entra en contacto con las espinas dendríticas de las dendritas.
Axoaxónica
Un axón entra en contacto con otro.
¿Cómo funcionan los neurotransmisores?
Ya hemos visto que buena parte de la mecánica de las sinapsis se basa en la utilización de neurotransmisores, que son un abanico muy variado de moléculas que, en ciertos casos, también actúan como hormonas si pasan al torrente sanguíneo.
A pesar de que este aspecto de la neurociencia es complejísimo y cada sustancia está asociada a cientos de interacciones diferentes que además varían dependiendo del contexto, la parte del sistema nervioso en el que actúan y sus efectos en los diferentes receptores neuronales, puede decirse que el papel fundamental de estas partículas se divide en dos: excitación e inhibición. Es decir, que en una sinapsis, un neurotransmisor puede hacer aumentar las probabilidades de que en la neurona postpsináptica no aparezca un impulso nervioso, o puede hacer que estas aumenten.
Por otro lado, los neurotransmisores no siempre tienen una acción directa en las células nerviosas que los captan. Por ejemplo, parte de ellos ni siquiera llegan a su destino, y son captadas por receptores de la misma neurona que los ha liberado para posteriormente ser descompuestos y reciclados, y otros, a pesar de llegar a la neurona postpsináptica, tan solo influyen en ella de manera indirecta, al activar una serie de segundos mensajeros que interactúan con muchos elementos de la célula nerviosa antes de generar un efecto más allá de esto.