Hoy en día resulta sumamente complicado separar la vida laboral de la vida personal. Los medios digitales han conseguido que estemos en constante comunicación con ambos entornos y por consiguiente, dividirlos no es una tarea fácil. Yendo un paso más allá, el teletrabajo, que se encuentra a la orden del día, no ha ayudado en esto ya que al ocurrir en el mismo hogar, ha conseguido fusionar aún más ambas vidas.
Tal y como comentaba Christena Nipper-Eng, socióloga y profesora en la Universidad de Indiana, hay dos tipos de personas: integradoras y segmentadoras. El primer grupo lleva el trabajo a casa, envía correos electrónicos laborales durante su tiempo libre, conversa asuntos relacionados con el trabajo con sus parejas, deja la bandeja de entrada abierta en una pestaña del navegador y trabaja desde un único dispositivo. En cambio, los segundos establecen límites claros entre la oficina y el hogar, evitar revisar la bandeja de entradas después de cierta hora, apagan las notificaciones en los dispositivos de trabajo por la noche, destinan parte del día a reuniones y llamadas y usan un teléfono o computadora portátil independiente.
Ahora bien, siempre hemos escuchado que debemos tratar de dejar los problemas del trabajo de lado al llegar a casa. De hecho, es común escuchar comentarios acerca de la importancia de separar la vida profesional y la personal, pero ¿por qué? ¿Qué problemas trae consigo no saber alejar una vida de la otra? Quédate para averiguar la respuesta a esta pregunta ya que, en el artículo de hoy, nos centraremos en las consecuencias de no poner límites y acabar fusionando ambos ámbitos.
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¿Por qué es importante mantener la vida profesional y la personal separadas?
En los últimos años, los efectos de la falta de equilibrio entre la vida profesional y personal sobre nuestros niveles de estrés han ido aumentando hasta tal punto que resultan evidentes. Además, a esto hay que añadirle la pandemia por COVID-19, que nos obligó a mezclar la vida personal y profesional más que nunca. Desde entonces, mantener una balanza saludable entre ambas es todo un desafío que resulta fundamental para nuestra salud tanto física como mental. Por consiguiente, a continuación enlistamos algunos de los problemas que esta situación acarrea:
1. Disminución de la productividad
No mantener un equilibrio adecuado entre la vida personal y laboral no ayuda a la hora de centrarse en realizar aquello que debes hacer. El estar en casa pendiente de las cosas del trabajo hace que la comunicación disminuya, los conflictos se vuelvan cada vez más habituales y por lo general, el clima familiar empeore.
Lo mismo ocurre al revés. Estar en el horario laboral pendiente de asuntos familiares disminuye la productividad y esto puede llevar a graves consecuencias. Debemos ser capaces de poner límites y estar a lo que tenemos que estar en cada momento. Es importante comprender que no podemos estar a mil cosas a la vez ya que terminamos no realizando ninguna correctamente.
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2. Más estrés
El estrés y el agotamiento son dos de los problemas de salud más comunes vinculados a la mezcla de trabajo y familia actualmente. Aquellas personas que logran separar su vida personal y laboral son conscientes de los horarios de trabajo establecidos y son capaces de crear un límite entre las responsabilidades de la oficina y el resto del día. Esto ayuda de forma significativa a combatir el estrés que florece al intentar llevar ambas vidas juntas.
3. Peor salud
El inadecuado equilibrio entre la vida profesional y personal da un menor control de los horarios y por consiguiente, encontrar momentos libres para ejercitarte, meditar, planificar las comidas y hacer aquello que te gusta resulta sumamente complicado. Al fin y al cabo, destinar tiempo de tu día para realizar actividad física y a su vez, tener la disciplina de planificar las tareas diarias en torno a tu vida personal aporta beneficios significativos a tu salud, felicidad y bienestar.
Además, cuando eres capaz de respetar el límite entre la oficina y la familia, encuentras el tiempo y el espacio necesario para compartir con tu entorno más cercano, trabajar en proyectos personales y ocuparte de las tareas de la casa. Esto también mejora la salud de forma integral.
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¿Cómo separar la vida profesional de la personal?
Quizás te hayas dado cuenta del lado positivo que tiene separar la vida profesional y personal, no obstante, no siempre es fácil y puede que no sepas cómo hacerlo. Según los expertos, depende en gran parte de la personalidad de la persona y si se identifica más con la categoría de integradores o de segmentadores comentada al principio. No obstante, siempre podemos poner de nuestra parte para intentar separar estos ámbitos y así aprovechar sus beneficios. Por ello, seguidamente exponemos algunos consejos para ello:
1. Lleva un registro de cómo distribuyes tu tiempo
Haz el esfuerzo durante una o dos semanas de tomar nota de cómo pasas cada hora del día, ya sea trabajando, socializando o haciendo aquello que más te gusta. Esto es de suma importancia ya que para llegar al equilibrio adecuado entre la vida profesional y personal, el primer paso es saber cuál es la situación actual.
2. Tus dispositivos son una razón para no lograr la división entre ambas vidas
Para ello, crea cuentas de usuarios diferentes para el trabajo y la vida personal. Esto evita que las notificaciones y los recordatorios laborales interrumpa tu tiempo libre y además, ayuda a reducir las distracciones, permitiendo mantenerte concentrado durante el día.
3. El exceso de reuniones poco productivas alarga la jornada laboral
Se recomienda reducir la duración y la frecuencia de las reuniones para poder finalizar las tareas y así disfrutar de otras áreas de tu vida. Analiza con tus compañeros de trabajo la cantidad de reuniones que tenéis a la semana y entre todos, buscar formas de solucionarlo.
4. Comunícate
Comunica tu situación a los compañeros de trabajo de confianza y anticipa a tus compañeros cuál es tu disponibilidad para que así eviten enviar o responder correos electrónicos que no sean urgentes fuera del horario de trabajo. Recuerda que casi siempre son cuestiones que pueden esperar.
