La dependencia emocional se asocia con una baja autoestima que encubre carencias afectivas, creencias irracionales acerca de la concepción del amor y de cómo “deben ser las cosas”. En general es común hallar que uno de los miembros depende en exceso del otro, llevando a cabo comportamientos dañinos para sí mismo y/o para el propio vínculo.
Las personas con dependencia emocional, muchas veces prefieren sufrir por una relación que les hace daño a diario, que atravesar una ruptura, ya que la mera idea de cortar representa una catástrofe mental y sienten que “no pueden”. Les resulta imposible imaginar su vida sin la otra persona y esto conlleva a sentimientos de soledad, desamparo y ahogamiento por dicha idea.
Respecto a su perfil psicológico, es necesario mencionar el miedo a la soledad, la baja tolerancia a la frustración y al aburrimiento, así como un vacío emocional y ansiedad por separación. Se destaca la baja autoestima y el autoconcepto negativo hacia ellos mismos no ajustado a la realidad.
En base a diversos autores y la mirada clínica propia de la experiencia es posible concluir que las personas con dependencia emocional se caracterizan por: tener una necesidad excesiva de la aprobación de los demás, atracción por las relaciones exclusivas y demanda de disponibilidad continua de la presencia de la otra persona, euforia excesiva y expectativas irreales sobre las relaciones de pareja, además de sometimiento o subordinación a la pareja (soportando desprecios y humillaciones), relacionado con el miedo a perder la persona querida.
Claves para combatir la dependencia emocional y tener relaciones sanas
Sin embargo, la psicología desde una mirada integrativa aporta intervenciones y tratamientos específicos para el abordaje tanto en la prevención como en las consecuencias de dicha condición.
1. Autodescubrimiento y autonomía
El primer paso es el autodescubrimiento, este consiste en explorar diversos lugares, personas, hobbies, actividades y aprendizajes que puedan conectar con los valores de la persona. De esta manera, fomentando más espacios de autonomía e independencia. Para ello, se precisa explorar y tomarse el tiempo necesario con cada actividad nueva que se realice. Luego se determina cómo se siente en cada una, se aumenta su frecuencia y se busca mantenerla en el tiempo hasta hallar nuevas rutinas individuales de bienestar mental y físico.
Con esto se logra un antídoto para la dependencia emocional, ya que quien lo padece, suele tener la falsa creencia acerca de cómo es el mundo siendo éste visto como aburrido, no agradable sin la pareja presentando como consecuencia un deterioro en lo social, personal y hasta familiar, donde la mayoría de las cosas que se hacen diariamente son con y por la pareja.
Descubrir un mundo paralelo divertido con cambios, no solo ayuda a modificar creencias disfuncionales sino que aumenta la posibilidad y flexibilidad de cambio, pudiendo esto contribuir en la reformulación de identidad propia creada bajo los propios valores y no bajo los valores de la pareja.
Es posible pensar en aquellas veces del pasado donde se lograba disfrutar la vida estando solo/a, revivir viejos pasatiempos o intereses, por ejemplo retomar las clases de música, tocar un nuevo instrumento, tomar clases de arte o pintura, asistir a talleres de lectura, teatro o baile. Hacer actividad física de forma constante y ordenada con metas a corto plazo y mediano plazo. Conocer nuevos lugares, viajar en soledad, escribir poesía. Todo lo que genera curiosidad, ir hacia allí.
Otra variante del proceso de autodescubrimiento es identificar las conductas que se realizan a través del miedo a perder la pareja y/o conductas dependientes, es decir todas aquellas actitudes propias con esas características para luego poder trabajar en la modificación. Para ello se sugiere emplear una lista de dichas conductas, prestar mucha atención para detectarlas y luego poder intentar modificarlas por otras más adaptativas. En esta instancia es necesario la ayuda de un profesional para poder generar nuevos criterios de acción que acompañen el cambio.
Por ejemplo, conductas por miedo a perder la pareja puede conllevar situaciones de celos y discusiones fuertes. Conductas de control como revisar el celular de la pareja, ver su ubicación, su última vez de conexión. Asimismo, el someterse a negar sus propias necesidades por no contradecir al otro. Todo esto por miedo a perder la pareja.
2. Creación de metas individuales
Es común encontrar en personas con dependencia emocional un déficit de metas personales a corto, mediano y largo plazo. Esto es debido a que se suele dar mucho peso a las ideas/sueños de la otra persona, y poca importancia a las propias. Además de que existe una dificultad para confiar en sí mismo/a y la falta de actividades individuales que impiden el autoconocimiento, sumado a eso las creencias disfuncionales por la imposibilidad de percibirse solo/a, y la creencia impidiendo de esta forma ver hacia el futuro.
3. Sanar heridas en la infancia
Esta última clave es imprescindible ya que diversos autores han identificado como origen a la dependencia emocional, haber sufrido en el seno familiar maltrato emocional y/o físico, tanto por parte de familiares directos como de parejas sentimentales (Castelló, 2000; de la Villa y Sirvent, 2009) Asimismo, falta de espacios seguros, carencias emocionales de amor y protección.
En esta instancia es recomendable primero haber adquirido previamente en un proceso de psicoterapia, herramientas de gestión emocional. Y en consecuencia poder generar nuevas representaciones simbólicas con nuevos significantes y haciendo una reconstrucción del pasado infantil, renombrar las vivencias traumáticas, desde una mirada resiliente y con nuevos conocimientos propios de la madurez.
La causa de padecer dependencia emocional sin duda es mucho más profunda y varía según las vivencias que pudo haber sufrido la persona. Es por ello que para trabajar sobre la dependencia emocional es necesario contar con un espacio seguro de escucha e intervenciones concretas con un especialista en el tema. El proceso de cambio requiere de mucho esfuerzo y valentía pero sobre todo de mucho autocuidado.
