Divorcio del sueño… No, no es un estado en el que ya no se tienen más sueños, tampoco se trata de un divorcio como el que normalmente entendemos cuando hablamos de una pareja. Pero podríamos decir que sí es una ruptura con la idea tradicional que muchas veces aprendimos sobre cómo debe funcionar una relación: esa que dice que las parejas “deben” dormir juntas.
¿Qué pasa cuando se desafían esas costumbres? ¿Qué pasa cuando una persona dice “te amo, pero también amo tener mi espacio a solas”? Y todo esto sin miedo a que la relación se vea afectada, sino con la intención de fortalecerla. De eso se trata el divorcio del sueño, un término que cada vez se escucha más y que muchas personas ya están poniendo en práctica. Hablemos sobre el tema.
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¿Qué significa realmente el divorcio del sueño?
El “divorcio del sueño” es simplemente el acuerdo para dormir en camas o habitaciones separadas al que llegan dos personas que están en una relación, esto con el objetivo principal de mejorar su calidad de sueño.
Y, no, aunque pueda parecer muy poco común para muchos, esto no implica una ruptura sentimental, ni tampoco falta de intimidad, sino que se basa en una decisión práctica y consciente.
Según una encuesta reciente de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM), alrededor del 29% de las personas en pareja en Estados Unidos duermen en camas separadas. Este número creció bastante si se compara con el año anterior, donde el porcentaje era de un 20%.
Además, incluso estudios mencionados por medios como BBC indican que casi el 43% de los millennials ya están optando por esta opción, bastante más que generaciones anteriores.
El aumento en la adopción de esta práctica tiene mucho que ver con un cambio en la forma de entender la convivencia. Hoy en día, el bienestar personal no se ve como un acto egoísta, sino como una base necesaria para que la relación funcione mejor.
Así pues, tiene sentido que si dormir mal cada noche te hace más irritable, menos paciente o simplemente más cansado, es probable que eso termine afectando también la dinámica con tu pareja.
Razones por las que algunas parejas deciden dormir separadas
Las causas pueden variar, pero la mayoría gira en torno a temas muy concretos relacionados con el sueño. Aquí algunos ejemplos comunes:
1. Diferencias en los horarios
Hay personas que se duermen temprano y otras que funcionan mejor de noche. Si uno quiere leer o ver algo antes de dormir mientras el otro ya está en modo apagado total, eso genera fricción.
2. Ronquidos y otros ruidos nocturnos
Este es de los motivos más frecuentes. Una persona que ronca mucho puede interrumpir el sueño del otro sin darse cuenta. Lo mismo ocurre si hay movimientos bruscos o si alguien habla dormido.
3. Temperaturas distintas
No todos tenemos el mismo termostato interno. Hay quien duerme tapado con una manta pesada en pleno verano, mientras la otra persona necesita el ventilador a toda potencia.
4. Insomnio o trastornos del sueño
En algunos casos, uno de los dos puede padecer insomnio, apnea u otro trastorno que requiere un entorno específico para dormir mejor.
5. Necesidad de espacio personal
Más allá de los aspectos físicos, hay quienes valoran tener su propio espacio para descansar, sin interrupciones ni la presión de “acomodarse” al otro.
¿Esto te suena raro o lo ves como algo completamente normal? Opiniones encontradas siempre habrá. Sin embargo, hay que tener en cuenta que muchas personas ven esta dinámica como una forma de cuidar lo que han construido juntos, entendiendo que dormir bien también es una forma de quererse a sí mismos y, por tanto, también al otro.
¿Dormir separados mejora realmente la relación?
Descansar bien cambia por completo cómo llevamos el día: estamos de mejor humor, nos expresamos con más claridad y tenemos más paciencia para lidiar con lo que pasa, incluso en la relación. En cambio, cuando el sueño está interrumpido constantemente, se activa un estado de irritabilidad que puede generar discusiones por cosas mínimas.
Varias personas que han probado dormir por separado mencionan que se sienten más enérgicas, con mejor ánimo y más dispuestas a compartir tiempo de calidad con su pareja. También se reduce la necesidad de estar “coordinando” rutinas nocturnas, lo que da más libertad.
Pero, claro, esto no aplica para todo el mundo. Hay parejas que disfrutan ese momento de cercanía antes de dormir, y que sienten una pérdida si se rompe ese hábito. Por eso, lo más importante es hablarlo con honestidad, sin imponer una solución que no se sienta bien para ambos.
- Artículo relacionado: "¿Qué hacer cuando hay una crisis de pareja?"
¿Te lo estás planteando? Algunas claves para tomar la decisión
Si la idea ya te ronda la cabeza, pero no sabes si es para ti o no, hay algunas cosas que podrías tener en cuenta antes de decidir:
1. Evalúa cómo duermes ahora
Haz un ejercicio sincero. ¿Duermes bien? ¿Tu descanso se ve afectado por tu pareja o viceversa? ¿Te despiertas con frecuencia durante la noche?
2. Habla abiertamente del tema
Este no es un tema tabú. Conversar sobre el descanso no significa que la relación esté mal. Al contrario, puede ser una forma de demostrar cuidado y respeto mutuo.
3. Evita interpretaciones automáticas
No se trata de “rechazar” a la otra persona. Dormir en camas separadas no implica falta de deseo ni de conexión emocional, siempre que haya otros espacios para compartir intimidad.
4. Exploren opciones intermedias
No es blanco o negro. Tal vez dormir separados entre semana y juntos los fines de semana sea un buen punto medio. O dormir juntos pero en camas individuales dentro de la misma habitación. Se trata de adaptarlo a lo que funcione para los dos.
5. Escucha cómo se siente la otra persona
Si uno de los dos se siente incómodo o triste con la idea, hay que considerarlo. La clave está en que sea una decisión compartida, no impuesta.
El punto a considerar acá es que no se trata de hacerlo porque está de moda, sino de ver si realmente puede sumar a tu descanso y a la relación.
Entonces, ¿divorcio del sueño: sí o no?
No hay una única respuesta correcta. Lo importante es que la decisión esté basada en el bienestar de ambos y no en prejuicios sociales. El hecho de dormir en cuartos separados no le resta valor a una relación, ni borra la intimidad, el compromiso o el cariño.

Tomas Santa Cecilia
Tomas Santa Cecilia
Psicologo Consultor: Master en Psicología Cognitivo Conductual
Y si hay algo que esta tendencia nos invita a repensar, es la idea de que todas las parejas deben seguir el mismo molde. Dormir juntos no es la única manera de estar cerca, así como dormir separados no significa estar distantes. Lo que importa es cómo se sienten ustedes, qué necesitan y cómo lo acuerdan.


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