¿Hay Rasgos de Personalidad malos?

Veamos si desde el punto de vista de la Psicología existen los rasgos de personalidad malos.

¿Hay rasgos de personalidad malos?

“La variedad de personalidades individuales es la mayor fortuna del mundo”, dijo Julian Huxley, un importante biólogo británico. Muchos investigadores deben pensar igual, ya que la personalidad es un concepto ampliamente estudiado por la ciencia desde hace décadas.

La delimitación del concepto de personalidad nos permite entender por qué cada persona somos y actuamos de una manera u otra, por qué somos diferentes entre nosotros. Dentro de estos estudios surgió el concepto de rasgo de personalidad.

¿Pero tiene razón Huxley al decir que las personalidades son la mayor fortuna? ¿Y qué pasa con las de las personas que consideramos malas? Sigue leyendo este artículo para reflexionar sobre los rasgos de personalidad y su naturaleza, y así descubrir si hay rasgos de personalidad malos.

¿Qué son los rasgos de personalidad?

Se consideran rasgos de personalidad a aquellos patrones estables a lo largo del tiempo de forma de pensar, sentir y actuar, tanto en relación con otras personas como con nosotros mismos. Los rasgos se distribuyen dentro de una dimensión, en las que se puede tener el rasgo en distintos niveles o grados.

La personalidad está compuesta por un conjunto de múltiples rasgos en distintos grados. Al ser un conjunto tan extenso de características, permite a las personas diferenciarse las unas de las otras, haciendo que cada una sea única e irrepetible. La personalidad se suele terminar de formar durante la adolescencia, ya que es cuando los rasgos se vuelven más estables.

Dentro de la personalidad, hay una parte que es innata, debido a que nuestros genes nos predisponen a ser, pensar, sentir o actuar de cierta forma. Esta parte biológica de la personalidad se llama temperamento y se considera la parte más básica. A esta se le suman otras capas de rasgos que componen lo que llamamos el carácter. Es la parte no innata, que surge a raíz de nuestras propias experiencias y aprendizajes.

Generalmente, tenemos asumido que la personalidad es algo inamovible, en la cual muchas personas se escudan al cometer un error con la frase “Yo es que soy así, no lo puedo evitar”. Sin embargo, gracias al carácter, la personalidad se puede modificar a base de nuevos aprendizajes, al nivel cognitivo y emocional, y el cambio de nuestros hábitos.

De esta manera, aunque la personalidad son características y patrones estables, también son flexibles. En ello se basa la terapia psicológica: todos podemos cambiar si nos lo proponemos y estamos dispuestos a cambiar nuestra forma de ser.

¿Hay rasgos de personalidad buenos y malos?

Respecto a si hay rasgos de personalidad buenos y malos… Como todo en psicología, solo te puede responder: depende. Los rasgos de personalidad no son malos como tal. Ya, ya sé que estás pensando en que sí hay rasgos que tienen connotaciones negativas, como ser egoísta, agresivo/a, envidioso/a…

Sin embargo, estos rasgos realmente solo podrían considerarse como malos cuando se dan en un nivel alto dentro de la dimensión. Con los mismos ejemplos anteriores, ser envidiosos en un nivel medio puede ayudarnos a darnos cuenta de lo que queremos y conseguirlo, de la misma manera que ser agresivos o egoístas nos permite defender lo que queremos. Es importante poner límites a los demás y mirar por uno/a mismo/a.

El problema entonces viene cuando estos rasgos son extremistas, que es cuando más se notan que están presentes (no solemos describir a nadie como agresivo/a si no lo es en gran medida o muy frecuentemente). De hecho, también suponen un problema los rasgos que comúnmente consideramos como buenos si estos se dan en niveles muy altos.

Por ejemplo, una persona exageradamente generosa puede tener la complicación de estar demasiado centrado/a en los demás y descuidar sus propias necesidades y deseos. También puede ser un inconveniente una persona que sea especialmente optimista, ya que puede quitarle importancia a todo lo malo que ocurra y no lo afronte porque no lo vea como un problema.

Por lo tanto, solo son malos aquellos rasgos que se encuentran en un extremo de una dimensión, o están tan cerca de este que resultan desadaptativos, es decir, no permiten ajustarse a las situaciones por ser inflexibles. Cuando coinciden en una misma persona una serie de rasgos extremistas, puede darse lo que se conoce como un trastorno de la personalidad.

¿Qué son los trastornos de personalidad?

Los trastornos de la personalidad (TP) son patrones estables, inflexibles, extremos y desadaptativos de formas de pensar, sentir y actuar, que pueden suponer un problema tanto en relación a los demás como para la persona en sí misma que lo tiene. Generalmente causan malestar significativo o deterioran la vida de la persona.

A menudo, producen problemas graves en las relaciones, o incluso llevan a la persona a poner en peligro su integridad física o a tener problemas legales. Sin embargo, los trastornos de personalidad son egosintónicos, es decir, estas personas pueden llegar a sufrir un malestar provocado por su propia personalidad, pero no percibir que su personalidad sea un problema y que es el causante de su malestar.

Según el manual de diagnóstico en psicología por excelencia, el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos mentales), existen diez trastornos de la personalidad, englobados en tres grupos.

1. Raros y excéntricos (Grupo A)

Tienen en común un patrón de pensamientos y acciones que no se adaptan al entorno, que se caracterizan por dificultades para tener relaciones sociales. Entre estos problemas se encuentran tener sospechas infundadas sobre las intenciones de los demás, expresarse de manera extraña y preferir aislarse a interaccionar con gente. Los trastornos dentro de este grupo son:

  • TP Paranoide: desconfían de los demás excesivamente, y restringen sus relaciones y afecto para no ser manipulados.
  • TP Esquizoide: no tienen interés por socializar, lo que les lleva a estar aislados; así como se muestran apáticos y fríos.
  • TP Esquizotípico: tienen creencias sobre lo mágico y paranormal, cierto lenguaje desordenado o extraño y un comportamiento extravagante.

2. Dramáticos y emocionales (Grupo B)

Estas personas se caracterizan por ser impulsivas, altamente emocionales e impredecibles. Debido a su intenso comportamiento y emocionalidad, pueden tener también problemas sociales, y sus relaciones suelen estar desequilibradas, ya sea hacia ellos mismos o hacia las otras personas. Estos son:

  • TP Histriónico: necesitan llamar la atención, por lo que se muestran seductores, exhibicionistas y dramáticos. Suelen ser manipuladores, a la vez que influenciables.
  • TP Límite: son inestables emocionalmente, lo que les lleva a ser altamente impulsivas y tener relaciones de dependencia emocional intensas e igual de inestables, en los que predomina el miedo al abandono.
  • TP Narcisista: tienen una sensación de grandeza, se sienten únicos y especiales, por lo que son arrogantes y tienen relaciones sociales únicamente si contribuyen a su ego, pero a la vez se muestran envidiosos y suspicaces.
  • TP Antisocial: son impulsivos, irresponsables, se creen por encima de la ley y no tienen sentimientos de culpa ni de empatía. Son manipuladores para conseguir sus propios intereses.

3. Temerosos y angustiados (Grupo C)

Son personas que se muestran altamente ansiosas y perciben peligros y problemas constantemente. Sus temores constantes les lleva a tener problemas sociales y a tener una necesidad de control constante. Este grupo lo componen:

  • TP Evitativo: son altamente inseguras, tienen un miedo intenso a ser juzgados o rechazados. Esto les lleva a ser personas retraídas.
  • TP Dependiente: dependen emocional y funcionalmente de otras personas, ya que tienen unos sentimientos muy fuertes de inferioridad y no quieren tomar responsabilidades. Se muestran pasivas y complacientes.
  • TP Obsesivo-compulsivo: son excesivamente perfeccionistas, indecisos, con una moral muy extrema. Trabajan y se preocupan demasiado y son especialmente reservados.
  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of mental disorders. (5ª ed). American Psychological Association.
  • Goldberg, L.R. (1990). An alternative “description of personality”: The Big-Five factor structure. Journal of Personality and Social Psychology, 59(6), 1216-1229.
  • Goldberg, L.R. (1993). The structure of phenotypic personality traits. American Psychologist, 48(1), 26-34.
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  • John, O.P. (2021). History, measurement, and conceptual elaboration of the Big‑Five trait taxonomy: The paradigm matures. En O.P. John y R.W. Robins (Eds.), Handbook of personality: Theory and research (4th ed., pp. 35-82). The Guilford Press.
  • Llopis, C., Hernández, I., y Rodríguez, M.I. (2017). Rasgos de personalidad desadaptativos y trastornos de la personalidad en mujeres que denuncian a sus parejas. A propósito de un caso. Cuadernos de Medicina * Forense, 23(3-4), 92-99.

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Lucía Gómez. (2024, octubre 31). ¿Hay Rasgos de Personalidad malos?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/personalidad/hay-rasgos-de-personalidad-malos

Psicóloga

Lucía Gómez es psicóloga general sanitaria, con formación en los modelos cognitivo-conductual y sistémico centrado en soluciones. Ofrece terapia individual, de pareja y de familia, tanto de forma presencial en Málaga como online. Apasionada de la escritura y de la psicología desde joven, ha querido juntar sus dos vocaciones para aportar su granito de arena al mundo y poder ayudar a los demás.

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