¿Qué es la personalidad histriónica?
Se suele decir que alguien tiene una personalidad histriónica cuando su comportamiento presenta patrones de teatralidad, dramatización y, en definitiva, de acciones y actitudes que buscan llamar la atención de los demás.
¿Cómo son las personas histriónicas?
Con el objetivo de lograr centrar la atención de las personas que les rodean, es habitual que los individuos con tendencia al histrionismo pueden usar estrategias como la seducción o el victimismo.
Histrionismo con tendencia a la seducción
La personalidad histriónica que tiende a usar la seducción recurrentemente suele ser bien valorada por los demás. De hecho, son personas con una buena capacidad para relacionarse socialmente, y suelen tener buenos cargos en las empresas gracias a su don de gentes y a su locuacidad. Sin embargo, cuando no son capaces de acaparar la atención, se muestran susceptibles y tienden a victimizarse, diciendo no sentirse valoradas o comprendidas.
Las personas histriónicas viven en un continuo vaivén de emociones y sentimientos. Son muy inestables emocionalmente, y por tanto su estado de ánimo fluctúa rápidamente; pueden pasar de estar alegres y dicharacheros a mostrarse tristes y melancólicos.
Descubriendo el Trastorno de Personalidad Histriónico
Cuando los rasgos de personalidad que asociamos al histrionismo se cronifican, pueden dar como resultado un cuadro que los expertos en salud mental conocen como Trastorno de Personalidad Histriónico.
Rasgos del Trastorno de Personalidad Histriónico
Los rasgos, señales y conductas propias del Trastorno de Personalidad Histriónico son los siguientes:
- Conducta exageradamente “seductora” hacia otras personas. Pueden asumir y llevar al extremo ciertos roles sexuales tradicionales
- Influenciables. Suelen dejarse llevar por las opiniones y consejos de los demás
- Muy preocupados por su imagen y su estética
- Dramatismo. Llevan al extremo las emociones, tanto positivas como negativas
- Susceptibilidad. Se muestran excesivamente vulnerables ante las críticas de otras personas
- Tienden a percibir como muy cercanas e íntimas algunas relaciones personales que en realidad son superficiales
- Culpan a los demás de sus propios fracasos o desengaños
- Buscan permanentemente la aprobación y la confianza de los demás (Síndrome de Wendy)
- Muy poca tolerancia a la frustración
- Episodios de emotividad intensa, perdiendo el control
- Buscan recurrentemente ser el centro de atención
- Estado de ánimo en constante cambio, sin estabilidad
Causas
La personalidad histriónica suele empezar a tomar forma durante la infancia, aunque se suele señalar que se evidencia durante la adolescencia. No existe una única causa del histrionismo, sino que se trata de una serie de factores que pueden influir: un estilo parental demasiado ausente y poco atento, abuso psicológico, haber padecido menosprecios y humillaciones, o un estilo educativo sin pautas y límites claros.
Otros factores, como la baja autoestima, el sentirse insatisfecho con el aspecto físico y la inseguridad pueden promover que este tipo de personalidad se consolide y se mantenga.
Consejos prácticos
Convivir con una persona que presenta estos rasgos puede ser complicado.
Para intentar ayudar a que pueda ir tomando conciencia de que su forma de actuar es disfuncional, y también para evitar que las personas cercanas acaben también afectadas psicológicamente, hemos elaborado esta lista con distintos puntos a tener en cuenta.
1. Aceptemos la realidad
En ocasiones puede ser complicado aceptar las cosas tal como son. Y más si la persona que tenemos cerca tiene comportamientos que no entendemos. Sin embargo, esto no significa que no debamos actuar para intentar cambiar la situación.
Es importante que tengamos en cuenta que la personalidad histriónica no es fruto del capricho, sino que es una forma disfuncional y consolidada de expresarse. Por supuesto, debemos evitar decir frases como: “No deberías montar estas escenitas”. Para la persona afectada, su percepción sobre estas expresiones no es así. La persona histriónica no ve nada raro en cómo expresa sus emociones, porque son conductas que están muy consolidadas en su personalidad.
Por tanto, debemos tener en cuenta que son personas con graves dificultades para controlar sus emociones y que tienen una percepción distorsionada e irreal, cosa que seguramente le afecte más de lo que creemos. No es buena idea tratar a estas personas de forma caritativa y compasiva, puesto que estaríamos reforzando su conducta victimista. Hay que hacerles ver que todos tenemos nuestras rarezas y dificultades en la vida, y que nadie es perfecto.
2. Establezcamos límites claros
Que aceptemos su personalidad no quiere decir ni que no intentemos poner remedio, ni que debamos ser blandos y sumisos ante las personas histriónicas. Podemos ser comprensivos pero a la vez establecer unos marcos claros: de nada sirve justificarlo todo.
Debemos intentar actuar con moderación y objetividad, y hacer notar que también somos dignos de respeto. Cuando la persona histriónica entra en una de sus fases de expresión desmesurada de sus sentimientos, debemos mantenernos firmes, pero educados. Por ejemplo, podemos decir: “Me parece que ahora mismo estás muy alterada, en un rato volveré y podemos hablar sobre lo que ha pasado. Me sabe mal la situación y es importante que podamos entendernos” o bien: “No te puedo consentir que me faltes al respeto. Yo te respeto y te valoro, y por eso no entiendo tu actitud. En el momento en que seas consciente de esto, podemos volver a hablar sobre este asunto”.
3. No caigamos en ciertas trampas
No es buena idea entrar en sus manipulaciones y juegos. Debes tratar a este tipo de personas como adultos, a pesar de que puedan mostrar comportamientos infantiles. Si le sigues el juego y actúas como si fueras su padre o te pones a su nivel, la relación acaba entrando en terrenos pantanosos y ni tú ni ella ganáis nada.
Si eres capaz de comunicarte con esta persona de tú a tú y con responsabilidad y tacto, desistirá en su empeño de hacerte jugar a su juego.
4. Reforcemos positivamente sus comportamientos adultos
Cuando esta persona se comporte de forma adulta y madura, debe notar que nuestra atención hacia ella es mayor. En el momento en que su comportamiento histriónico habitual deje paso a la responsabilidad y la madurez, debemos valorarlo y lograr que note que eso nos agrada.
De hecho, en ocasiones resulta más fácil desincentivar una conducta disfuncional reforzando positivamente la conducta contraria cuando esta se produce. En resumen, debe notar que somos secos y cortantes (pero educados) cuando se comporta de forma histriónica, pero que sin embargo estamos atentos y positivos cuando muestra conductas adultas.
5. No mofarnos ni despreciar
Es importante este punto: no deberíamos reírnos ni burlarnos de una persona con este problema. Aunque en muchos ámbitos de la vida el humor puede ser una buena válvula de escape y puede relativizar los problemas, en el caso de las personalidades histriónicas no es aconsejable puesto que podría tener efectos más negativos que positivos.
Si perciben que las menosprecias y que no les tienes respeto puedes estar propiciando que sus emociones todavía se vean más alteradas. Ten en cuenta que son personas muy susceptibles y que no les ayudará en nada notar que los demás se mofan y les tratan sin respeto.
6. Actuemos con prudencia
Es importante que mantengamos unos criterios de prudencia y responsabilidad. Si no lo hacemos, podemos pasar de ser ángeles a demonios en un segundo. Las personas histriónicas tienden a pasar de la idealización al odio hacia las personas próximas.
Siguen una lógica de extremos. Por tanto, no debemos sentirnos demasiado elogiados cuando nos halagan, porque en poco tiempo puede pasar a denigrarnos y nuestros sentimientos se verán afectados. En un caso extremo, si no tomamos suficiente distancia con sus opiniones y valoraciones, podemos ir adquiriendo cierta inestabilidad emocional. Para evitar esto, es necesario que relativicemos sus opiniones sobre nosotros.
Tratamiento para la personalidad histriónica
Las personas que tienen rasgos de personalidad histriónica padecen una serie de situaciones que les causan malestar y refuerzan sus conductas disfuncionales.
El problema de fondo es que no perciben sus conductas como negativas, y por tanto caen en el victimismo y no acuden a un profesional de la salud mental que les puede ofrecer una terapia acorde a sus necesidades.
En realidad, las personas histriónicas acaban acudiendo a terapia cuando las circunstancias de su vida han empeorado o han sufrido algún batacazo emocional, por ejemplo tras una ruptura sentimental, por ansiedad generalizada o por cuadros depresivos.
Los psicoterapeutas suelen coincidir en señalar que, una vez iniciada la terapia, el principal escollo suele ser la inconstancia y el poco compromiso con la misma, con unos niveles relativamente altos de abandono del tratamiento a las pocas semanas.
Referencias bibliográficas:
- López-Ibor Aliño, Juan J. & Valdés Miyar, Manuel (dir.) (2002). DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Barcelona: Editorial Masson.
- Luciano, M.C. (1996). Manual de psicología clínica. Infancia y adolescencia. Valencia: Promolibro.
- Millon, Theodore & Davis, Roger D. (1998). Trastornos de la personalidad. Más allá del DSM-IV. Barcelona: Editorial Masson.
- Pérez, M., Fernández-Hermida, J.R., Fernández Rodríguez, C. y Amigo, I. (2003). Guía de tratamientos psicológicos eficaces. Madrid: Pirámide.
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