Autoconciencia emocional: qué es, para qué sirve, y cómo potenciarla

Veamos las características de la autoconciencia emocional y para qué sirve esta capacidad.

Autoconciencia emocional

Las personas con poca conciencia emocional suelen tener serias dificultades en su día a día para lidiar de manera adecuada con sus emociones y sentimientos, de manera que tienden a ocultarlos y quedárselos dentro y esto puede llegar a causar a largo plazo que terminen explotando, provocando así sensaciones como estrés, tensión, ira y/o ansiedad, resultando muy perjudicial para su salud.

La autoconciencia emocional es ese conocimiento y reconocimiento que tenemos las personas con respecto a nuestras propias emociones, resultando muy beneficiosa para la propia salud mental, ya que es una capacidad que permite a las personas saber qué es lo que ocurre en su interior, favoreciendo el correcto desarrollo de la inteligencia emocional.

En este artículo veremos en qué consiste la autoconciencia emocional y cuáles son las funciones qué cumple en la vida de las personas cuando desarrollan correctamente esta capacidad.

¿En qué consiste la autoconciencia emocional?

Al hablar de autoconciencia emocional nos referimos al conocimiento y también el reconocimiento que tiene cada persona con respecto a sus propias emociones o estados emocionales. Esta supone una tarea un tanto complicada de llevar a cabo, pues se necesita esfuerzo y entrenamiento para poder comprender y monitorearse a uno mismo.

La autoconciencia emocional puede llegar a resultar muy beneficiosa para la propia salud mental, ya que es una capacidad que permite a las personas saber qué es lo que ocurre en su interior, favoreciendo el correcto desarrollo de una alta inteligencia emocional, que ese constructo que fue utilizado inicialmente por Wayne Payne, aunque fue a raíz del libro del psicólogo Daniel Goleman por lo que se hizo popular este término y se refiere a la capacidad de las personas para reconocer sus propias emociones y también las de otras personas, así como también para discernir entre diversos sentimientos y poder ponerles una etiqueta de forma apropiada.

Es por ello que el entrenamiento para el desarrollo de la autoconciencia emocional nos permitirá ser conscientes de las emociones propias y también de las ajenas, siendo de este modo una habilidad muy útil para tener controladas diversas situaciones con el fin de actuar del modo más correcto posible.

¿Qué función cumple la autoconciencia emocional?

Desarrollar una correcta autoconciencia emocional implica tener un conocimiento acerca de las propias emociones y estados emocionales, pero no solamente eso, ya que también es necesario saber por qué sentimos esas emociones, así como qué vínculos tienen con nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y conductas, e incluso cómo pueden llegar a influir en nuestro día a día en distintos ámbitos de nuestra vida, permitiéndonos ser conscientes acerca de nuestros objetivos más fundamentales y nuestros valores.

Además, cabe destacar que nuestros estados emocionales causan una serie de efectos en diversas áreas del ser humano, empezando por los cambios a nivel psicológico y también fisiológico. Por otro lado, producen efectos subjetivos y conductuales, ya que esto se puede observar en los sentimientos y esos efectos producidos a nivel subjetivo que han surgido a causa de las emociones, así como también por aquellas conductas llevadas a cabo por las personas con el fin de cambiar algunas condiciones que han sido provocadas por alguna emoción.

Funciones de la autoconciencia emocional

Todo ello permite tener una breve idea acerca de las diversas funciones que podrían cumplir las emociones para las personas, pero... ¿Entonces cuál sería la función de tener desarrollada una correcta autoconciencia emocional? Pues bien, la autoconciencia emocional ayuda a conectar con las propias emociones y así aprender a dominarlas con el fin de que no sean las emociones las que dominen a la propia persona ante determinadas circunstancias, sino que sea la persona quien tome las riendas y así pueda dominar sus emociones y sus actos; todo ello dentro de unos límites razonables.

Algunos ejemplos de para qué sirve

Como bien sabemos, en nuestro día a día experimentamos un sinfín de emociones, por lo que estamos bastante acostumbrados a experimentarlas, por lo que es bastante frecuente que no seamos conscientes de nuestras emociones y por ello tampoco sepamos la causa de ellas. Por ello, vamos a comentar algunos ejemplos de autoconciencia emocional que es bastante frecuente que se experimente en el día a día.

Pensemos en la emoción de alegría, una emoción bastante placentera que suele identificarse con bastante facilidad. Esta emoción suele experimentarse en situaciones agradables y gratificantes, como puede ser en un reencuentro con viejos amigos o familiares que hace tiempo que no veíamos, cuando nuestro equipo favorito ha acabado de ganar un trofeo o cuando nos graduamos, entre otros. Ante este tipo de situaciones, lo más común es que tengamos consciencia de que en esos momentos estamos sintiendo una gran alegría.

Ahora pensemos en la emoción del miedo. Imaginemos que tenemos miedo a volar en avión y estamos a punto de embarcar en el aeropuerto con el fin de irnos de vacaciones a otro país. Es bastante probable que ante esta situación tampoco nos cueste reconocer la emoción de miedo que estamos experimentando. Ahora bien... ¿Solemos pararnos a analizar hasta qué niveles nos invade el miedo? ¿Nos hemos parado a pensar en los pensamientos que se nos vienen a la cabeza en este tipo de situación y qué hay de raciocinio en ellos? ¿Somos conscientes de nuestros actos y de nuestra activación a nivel fisiológico en este tipo de situaciones?

Desarrollar una correcta autoconciencia emocional podría ir de la mano de un análisis exhaustivo de este tipo de situaciones que nos causan malestar con el fin de comenzar a desarrollar unas habilidades que nos permitan mantener la compostura, controlar nuestras emociones hasta el punto que no nos lleguen a suponer un fastidio y también de aquellos pensamientos que podrían alterar nuestros estados emocionales en dirección hacia un polo que nos genere malestar, con el fin de sustituirlos por otros que nos ayuden a afrontar este tipo de situaciones de manera más adaptativa.

En último lugar, cabe decir que no en todas las situaciones resulta fácil tener una correcta autoconciencia emocional, ya que a veces podríamos estar experimentando una variedad de emociones al mismo tiempo (p. ej., experimentar de manera simultánea tristeza, frustración, etc.) por lo que resultaría complicado identificarlas fácilmente y por ello sería más complicado regularlas de manera adecuada, por lo que sería necesario un mayor esfuerzo para poder analizarlas detenidamente hasta tomar consciencia de todas ellas.

Consejos para mejorar la autoconciencia emocional

SI bien es cierto que la autoconciencia emocional no es algo que se aprenda de la noche a la mañana, ni tampoco haya un plan específico para desarrollarla, sí que hay expertos en la materia que han investigado al respecto y han propuesto una serie de pautas que podrían ayudar a desarrollar una adecuada autoconciencia emocional, aunque es importante señalar que se necesita mucha práctica y, sobre todo, tenacidad y paciencia.

Por ello, es importante que una persona que considere que tiene una baja conciencia emocional y pretenda aumentar esta competencia, tenga en cuenta los consejos que vamos a comentar a continuación.

A la hora de entrenar la autoconciencia emocional, lo primero que debe tratar de hacer una persona es establecer una conexión con las emociones que va experimentando en distintas situaciones del día a día, tratando de darles el espacio suficiente para que afloren, analizarlas, reconocerlas y, por último, tratar de encontrar la posible causa de su aparición, estableciendo así una relación causa-efecto entre las emociones y las situaciones que las van provocando, permitiendo así que una persona tenga una mayor conciencia de sus propias emociones y este sea el primer paso para tratar de tener un mayor dominio sobre ellas. Para lograrlo puede ayudar la rutina de ir rellenando un diario de emociones.

Es muy importante tener conciencia sobre las propias emociones y poder desarrollar un dominio sobre ellas, sobre todo ante aquellas situaciones en las que una persona se pueda sentir sobrepasada o abrumada. Por ello, hay que comenzar tomando conciencia acerca de cómo afecta cada emoción experimentada frente a diversas situaciones y cómo reacciona frente a ellas, haciendo un análisis de sus decisiones y sus actos en esos casos.

En ocasiones habría que decidir en qué momentos y ante qué circunstancia sería positivo hacer algún cambio, siendo necesario controlar las emociones que afloran en dichos momentos, tomando previamente conciencia sobre ellas y, si fuera necesario, transformarlas. Estas acciones podrían ser muy favorecedoras en la vida de las personas, facilitando que hagan frente a aquellas situaciones que les resultan más complicadas en su día a día, así como ante cualquier contratiempo para el cual podrían lograr estar preparadas a base de entrenamiento.

Por último, es importante destacar que para desarrollar una correcta autoconciencia emocional hay que tener claros los propios objetivos y valores, ya que para que una persona entre en sintonía con sus emociones y controle así de la manera más idónea tanto sus estados emocionales, como sus pensamientos y sus conductas, es fundamental que se encargue de que estén en armonía con sus metas u objetivos y también con sus valores. De no ser así, es probable que se produzca en su mente una disonancia cognitiva, por la cual se desarrolle una tensión interna del sistema de emociones, ideas y creencias, entrando así en un conflicto interno.

Ahora que sabemos a grandes rasgos en qué consiste la autoconciencia emocional y cuáles son algunas pautas que pueden ayudarnos a desarrollar, es el momento de ponerse en marcha para sacarle el máximo partido esta competencia psicológica que puede llegar a ser muy beneficiosa para la salud, sobre todo la mental, así como también puede ayudar a mejorar la vida de las personas.

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Psicólogo

Mario Arrimada es Graduado en Psicología en la Universidad Pontificia de Salamanca y dispone de un Máster de Actualización en Intervención Psicológica y Salud Mental en la Universidad a Distancia de Madrid. Varios cursos de formación, entre ellos el de Experto en Trastornos de la Personalidad con la Asociación Española para el Fomento y Desarrollo de la Psicoterapia, de Experto en Mindfulness y de Experto en DSM5 y CIE11, ambos en la UDIMA.

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