Cuando hablamos de herramientas para el buen vivir, es importante partir de la amplitud de este concepto y la subjetividad que abarca, sin embargo existen elementos en común que nos permiten hablar de una buena vida, un vida digna, plena y saludable en la mayoría de las sociedades.
Disfrutar el instante y tener la posibilidad de deleitarse con el presente y con lo que se encuentra disponible de manera inmediata, está directamente relacionado con experimentar emociones como la gratitud, la tranquilidad y la capacidad para actuar libre y responsablemente.
Por otro lado, conectar con el entorno y coexistir armoniosamente con este, entendiendo la reciprocidad que existe y las posibilidades de crear experiencias significativas y gratificantes a través de esta relación, es un indicador de bienestar y de buen vivir. De igual forma estar en sincronía con el cuerpo, mantenerse vital, flexible, fuerte y ágil, nos da cuenta de una vida saludable, que lleva al ser humano a su estado óptimo, y que le facilita cultivar su autoestima e interactuar y transformar el entorno.
Adicionalmente la posibilidad de conectar con un propósito, actuando desde un bien mayor y la capacidad de sentir con profundidad y vincularse con la experiencia de tal manera que lo transforme, incluso cuando las emociones que aparecen son intensas o dolorosas, es un sinónimo de desarrollo y bienestar humano.
¿Qué significa realmente “bienestar”?
Sin embargo, el bienestar o el buen vivir no es un concepto nuevo, este se ha desarrollado por siglos desde la filosofía, la cual nos da claves para experimentar este sentir. El Hedonismo, es un concepto que relaciona el placer con el bienestar y que sostiene que el placer guía las acciones de las personas. Dentro de las corrientes que lo desarrollaron encontramos ideas como que el placer es un estado o sensación estable, que tiene como objetivo evitar a toda costa el sufrimiento y que está alineado al bienestar social de la mayoría.
Con esto contexto podemos adentrarnos en estrategias que contribuyan a experimentar este estado, y aunque existen múltiples formas de hacerlo, hoy queremos centrarnos en el desarrollo y agudización de los sentidos, puesto que son recursos que tenemos disponibles en cualquier lugar o momento y con los que podemos empezar a trabajar de forma inmediata e individualmente.
Los sentidos son estructuras especializadas para la recepción de estímulos químicos, mecánicos o electromagnéticos, los cuales viajan en forma de potencial de acción, a través de una vía sensorial que hace parte de un gran sistema de nuestro cuerpo. Este sistema sensorial conecta directamente el exterior, a través del órgano receptor, con el cerebro, quien recibe la información y reacciona devolviendo un impulso con un mensaje para el resto del cuerpo.
El sistema visual,el auditivo,el somatosensorial o táctil, el gustativo, el olfativo, el vestibular, relacionado con el equilibrio, y el sinestésico, conforman este gran sistema y permiten la conexión entre el entorno y el cuerpo. La luz, el sonido, la temperatura, la presión, el movimiento y las transformaciones químicas como en el caso de los olores y los sabores, activan nuestro sistema sensorial y desde allí podemos juzgar si el estímulo genera placer, satisfacción, confort o gozo, o si por el contrario genera tensión, incomodidad, inconformidad o dolor.
Todo este sistema se relaciona con un aspecto físico, corporal,que nos proporciona información del entorno y nos ayuda además a sobrevivir, sin embargo también está directamente relacionado con el bienestar, un aspecto un poco más psicológico, al ser un estado y no solo una sensación. Los sentidos y su estimulación genera emociones, memorias, conductas y hábitos.
Adicionalmente un campo perceptual amplio resulta más eficiente a la toma de decisiones,ya que ofrece mayor información, trayendo como resultado decisiones y a su vez mejores consecuencias o resultados. Por otro lado, el confort es un estado en donde nuestros sentidos se ven estimulados de forma agradable, trayendo bienestar a nuestro cuerpo y a nuestras emociones, permitiéndonos disfrutar más del entorno, profundizar en la experiencia, incorporarla como hábito, aprender y compartir la experiencia con otros.
Como si fuera poco los sentidos son cómplices del desarrollo de otros procesos cognitivos como la atención, la memoria y la motivación, procesos afectivos como el amor y la amistad y procesos emocionales como la sensación de seguridad, de atracción o de desconcierto y alegría.
¿Cómo podemos desarrollar nuestros sentidos?
Entonces, si entendemos que nuestros sentidos son sumamente valiosos y están estrictamente relacionados con nuestro bienestar y calidad de vida, resulta útil conocer estrategías que nos permitan desarrollarlos, agudizarlos y potenciarlos y ponerlas en práctica en nuestro día a día de forma consciente, pero además como un estilo de vida basado en el deleite que ofrece nuestro entorno. Estrategias generales para desarrollar los sentidos:
- Conocer el propio cuerpo, observar con atención y responder a este.
- Explorar, mantenerse activo, receptivo, abierto a las nuevas experiencias.
- Cultivar la contemplación como una práctica cotidiana.
- Estar atento al entorno psíquico, a los mensajes que recibimos, a la comunicación que utilizamos a través de la reflexión continua.
- Ofrecer espacios de sensibilización y relajación sensorial consciente, desagregando los sentidos y estimulandolos uno a uno con tensiones y distensiones graduadas.
- Mover el cuerpo, regalarnos masajes corporales,hacer actividad física, procurar la activación de los sistemas del cuerpo.
- Construir vínculos profundos, con emociones de confianza y aprecio por el otro, de está forma se enriquecen las experiencias y se posibilita la exploración de los sentidos con otro.
- Cultivar la posibilidad de asombrarse frente a la vida y la maravilla de la existencia, permitiendo el sobrecogimiento.
- Mantenerse en constante aprendizaje, usando el cuerpo y la mente.
- Refinar nuestros criterios para disfrutar de las posibilidades estéticas como el arte, la música y la gastronomía.
- Cultivar la ataraxia, “tranquilidad, serenidad e imperturbabilidad en relación con el alma, la razón y los sentimientos”.
- Perder el miedo y la vergüenza a disfrutar de nuestro cuerpo, a sentir placer y a conectar desde las sensaciones.
- Desconectarte un poco del mundo digital. Cada vez que tengas un oportunidad enfócate en tu entorno directo lo cuál te ayudará a despertar y usar tus sentidos.
Las actividades fundamentales para fortalecerlos
Además de estás formas de desarrollar nuestros sentidos, podemos incorporar actividades específicas para cada uno de ellos, como las que te comparto a continuación:
1. Vista:
Las recomendaciones son las siguientes:
- Concentrarse en un imágen e ir desagregando para poder identificar sus brillos, luces, colores, profundidades y movimientos desde la imagen.
- Privarse de estímulos luminosos durante un periodo de tiempo para luego experimentar de una forma más intensa, los brillos y colores. Para esto puedes cubrir tus ojos durante 7 minutos y luego observar algún elemento delicado con luz tenue.
- Evitar la sobreestimulación de pantallas y luces.
- Aprender acerca de las propiedades de la imagen para poder hacer análisis más profundos y reflexivos, el arte brinda muy buenos elementos.
- Exponer la vista a imágenes sutiles, armoniosas y delicadas que transmitan calma y sobriedad. Las imágenes de naturaleza son muy útiles para esto.
- Jugar con las luces de la habitación, la intensidad y los colores pueden ser buenos recursos para empezar.
2. Audición
Las recomendaciones son las siguientes:
- Disfrutar y garantizar espacios de absoluto silencio.
- Exponerse a estímulos suaves, casi imperceptibles, para entrenar el odio a percibir sin necesidad de la saturación o los fuertes volúmenes.
- Jugar a escuchar el sonido de la propia voz.
- Entrenar el oído con técnica vocal y apreciación músical.
- Evitar lugares ruidosos, sobreestimulados, o hacerlo de una forma consciente y moderada.
- Cultivar la atención a los sonidos, reconociendo los sonidos que se encuentran en el espacio inmediato. Ejemplo, el sonido del viento, el sonido de la respiración, el sonido de las aves.
- Prestar atención a las palabras y mensajes que se reciben.
3. Tacto
El tacto es un sentido maravilloso, ya que se encuentra alrededor de todo nuestro cuerpo, y nos permite comprender características del entorno con fines incluso de sobrevivencia.
- Masajear el cuerpo, por partes y favoreciendo la circulación y utilizando diferentes texturas y temperaturas.
- Baños de hielo y baños con agua caliente.
- Practicar encuentros sexuales conscientes, en donde se exploren diferentes sensaciones corporales con otro a través de las caricias y los besos y la confianza.
- Exfoliación e hidratación regular con frutas como la fresa y otros ingredientes naturales como el café.
- Caminar sobre diferentes texturas, por ejemplo sobre el césped, la arena, el agua o el arroz.
- El ejercicio físico es un gran recurso para conectar con el cuerpo, la fuerza, la flexibilidad, la agilidad y movilizar la circulación y oxigenación del cuerpo.
- Disfrutar de la brisa, del sol, de la lluvia, y de cada una de las sensaciones que se despiertan cuando te expones a estos estímulos que brinda la naturaleza.
- Acariciar las mascotas, reconociendo sus diferentes texturas y las sensaciones que despiertan.
- Masajear el cabello frecuentemente, masajeando, peinando y desenredando.
- Desarrollar actividades como amasar plastilina, moldear cerámicas, o pintar con las manos.
4. Gusto
Las recomendaciones son las siguientes:
- Saborear los alimentos. El mindfulness eating, es una herramienta en la que se favorece el disfrute pausado y atento de los alimentos.
- Evitar sabores artificiales y los excesos de azúcares y sales.
- Experimentar con el picante.
- Procurar alimentos crudos, naturales y con sabores suaves que ayudan a agudizar el gusto.
- Combinar el gusto con el olfato para anticipar el sabor.
- Garantizar tiempos de alimentación en calma.
- Probar nuevos alimentos y experimentar con la comida.
- No sobre cocinar los alimentos.
- Jugar con los alimentos dentro de la boca, pasandolos por la lengua, los dientes y el paladar, para tener una experiencia más interesante.
- Aprender diferentes formas de apreciar las características de los alimentos, como la enología, que estudia las características de los vinos, o como lo hacen los expertos en café, que reconocen las propiedades que deben ser tenidas en cuenta al momento de disfrutar un buen café.
5. Olfato
Las recomendaciones son las siguientes:
- Antes de saborear un alimento pruébalo primero a través de tu olfato. Cierra tus ojos, y disfruta de su aroma, trata de adivinar qué ingredientes lo componen y concéntrate en desagregar las múltiples fragancias.
- Juega con los olores, experimenta con diferentes fragancias sobre tu cuerpo. Cada uno de nosotros tiene un olor particular, por lo que las mezclas con perfumes y fragancias son únicas.
- Utiliza aceites esenciales naturales, que sean sutiles y suaves para tu nariz.
- Trata de reconocer el olor de los lugares. Juega a etiquetar con un olor cada lugar al que llegues y cada persona con la que te encuentres.
- Encuentra la fragancia de la naturaleza, detente a disfrutar del aroma de las flores, de la brisa, del agua.
- Cuida tu sistema respiratorio. Procura lugares con aire limpio. Evita caminar por lugares de alto tráfico en horas pico sin alguna protección que filtre el aire.
- Practica la respiración consciente.
6. El vestibular o el equilibrio
Las recomendaciones son las siguientes:
- La práctica de yoga favorece el equilibrio y la flexibilidad.
- Practica ejercicios de equilibrio, como mantenerse por unos instantes apoyado sobre un solo pie mientras se cubre uno de los ojos.Repetir alternando el pie y el ojo.
- Desarrollar juegos de precisión, como lanzar dardos o encestar pelotas.
- Incorporar ejercicios de rehabilitación vestibular en el día a día, por ejemplo, mover la cabeza de lado a lado con los ojos cerrados, caminar por terrenos blandos o irregulares,caminar en línea recta alternando un pie justo delante del otro.
- Seguir circuitos o recorridos visuales.
- Tejer o desarrollar actividades de coordinación ojo y mano.
- Escribir a mano.
7. El somatosensorial
Las recomendaciones son las siguientes:
- Favorecer circuitos de actividad física, que incluya saltos, fuerza, coordinación, arrastre.
- Ejercitar y fortalecer los músculos y la columna.
- Practicar actividades como conducir, montar en bicicleta o bailar.
- Aprender a tocar algún instrumento o seguir la música con palmadas o aplausos al ritmo de la melodía.
- Pintar en grandes superficies que requieran la coordinación del ojo, el brazo, la columna y de ser posible todo el cuerpo.
- Practicar teatro o danza en donde se requiera el movimiento del cuerpo de forma coordinada y articulada con el lenguaje.
Conclusiones
Como ves son múltiples los recursos y estrategias que puedes incorporar en tu día a día, y además de ser necesarios para conectar con tu cuerpo y tu entorno, te ayudarán a sentirte mejor, a trabajar en tus vínculos y a conectar mejor con tus emociones, propósito y realidad inmediata.
Agudizar los sentidos es ejercicio que puedes desarrollar en la intimidad de tu cotidianidad y que no requiere más que tú disposición y conocimiento, aunque por supuesto siempre puedes encontrar profesionales especializados que te pueden ayudar a crear un plan de acción completo que te permita incorporar hábitos de conciencia plena, autoconocimiento, exploración y desarrollo de tus sentidos.
En mi caso como terapeuta, he venido incorporando prácticas de agudización sensorial dentro de mis consultas, puesto que he podido ver cómo los sentidos son puertas a las emociones, pensamientos y comportamientos y además son recursos que ayudan a transformar las percepciones y acciones, que son al final de cuentas los inputs que nos permiten relacionarnos con nosotros y con los demás.
Algo que no podemos olvidar ya que resulta clave, es que el desarrollo de nuestros sentidos o la agudización sensorial, no se refiere a la sobre estimulación, no se trata de saturarnos con elementos, por el contrario la invitación es sensibilizarnos para poder apreciar la sutileza y delicadeza en los estímulos. Nuestro cuerpo cuenta con umbrales sensoriales, así como umbrales de dolor, a medida que los bombardeamos con estímulos vamos perdiendo sensibilidad y empezamos a necesitar más y más estimulación, mientras que si agudizamos nuestros sentidos, nuestra sensibilidad será mayor, y ante estímulos suaves podremos generar sensaciones en nuestro cuerpo y descubrir la magia del mundo que nos rodea a través de nuestro cuerpo y de está forma contribuir a nuestra autorrealización, desarrollo pleno y satisfacción.