Martin Seligman, psicólogo norteamericano conocido por sus experimentos sobre la indefensión aprendida y la depresión, definió la Psicología Positiva como el estudio científico de las fortalezas y virtudes humanas.
Esta corriente psicológica se dedica al estudio del comportamiento óptimo. Estudia los elementos que permiten vivir una vida funcional y óptima, y no estudia el funcionamiento deficitario como hasta ahora venía haciendo la Psicología.
Se centra en los rasgos positivos estables de la persona, y no analiza lo patológico y dañino. Es el estudio científico de las virtudes, sentido vital, resiliencia, y bienestar, basadas en evidencias, para mejorar la vida del individuo y la sociedad. Propone un cambio de foco: no sólo necesitamos reducir lo que genera malestar, sino fomentar lo que genera bienestar. No podemos vivir sólo en ausencia de angustia, también necesitamos generar emociones positivas.
Podemos plantear estas preguntas fundamentales:
¿Podemos ser más felices? Si, podemos. En los análisis del Modelo de Felicidad Sostenible (Sustainable Happiness Model) se extrae, que la influencia genética en ser más felices es de un 50%. Las circunstancias que ocurren en la vida supondrían un 10%, y las actividades y actitudes (lo que hacemos) un 40%.
¿Merece la pena ser más feliz? La felicidad puede causar y se correlaciona con muchos resultados deseables en la vida (conseguir metas profesionales y personales, relaciones, salud…) Las personas que son más felices también son:
- Más productivas y creativas.
- Tienen más amigos y apoyo social.
- Mejor salud física y sistema inmune.
- Ganan más dinero, mejores puestos.
- Tienen una mejor gestión del estrés y el trauma.
- Relaciones de pareja más sanas y duraderas.
- Ayudan más a los demás.
- Mejores líderes.
Las intervenciones desde la Psicología Positiva incrementan el bienestar y reducen síntomas depresivos. Resultan más efectivas que las intervenciones tradicionales.
¿Qué promueve la Psicología Positiva?
A nivel emocional, se fomentan las actividades agradables. Y a nivel conductual, utiliza las fortalezas del ser humano de forma nueva y diferente: el coraje, la humanidad, el sentido vital o la trascendencia, la moderación, la justicia, y la sabiduría y conocimiento. Por otro lado, a nivel cognitivo, fomenta aprender estrategias para incrementar las cogniciones positivas (optimismo, generación de sentido vital…)
No siempre se puede usar, pero sí que funcionan cuando:
- La persona está motivada y quiere mejorar.
- Se adecuan los ejercicios a esta.
- Hay un esfuerzo recurrente y una buena implicación en la terapia.
- Se usan diferentes estrategias dosificadas y adecuadas.
¿Qué es el bienestar psicológico?
Por una parte, necesitamos tener más afectos positivos frecuentes. Esto es, relaciones personales que aporten felicidad, calma y bienestar (familia, amigos, pareja, compañeros de trabajo o de ocio…). Por otra, tener afectos negativos poco frecuentes. Esto es, disminuir el contacto con personas con las que no nos sentimos cómodos o no podemos ser nosotros mismos. Y, por último, es importante observar la evaluación cognitiva que hacemos de nuestra satisfacción vital. Esto es, como valoramos nuestra vida en general.
Hay cinco pilares del bienestar que han demostrado tener una importancia especial para fomentar los niveles de bienestar de forma equilibrada y sostenible:
- Proponernos metas de logro tanto personales como académicas o profesionales. Qué actividades, metas y tareas nos transmiten una sensación de logro. Ejemplo: aprender un idioma, ser más organizado, ascender en el trabajo…
- Fomentar las relaciones positivas: momentos, experiencias y personas que consideramos forman parte de nuestro bienestar. Ejemplo: cuando quedamos con amigos y compartimos actividades agradables o con la familia. Pregúntate: ¿Con quién tienes una relación positiva? ¿Cómo cuidas y desarrollas esta relación?
- Desarrollar tareas Flow: tareas en las que perdemos la noción del espacio y del tiempo. Las tareas Flow nos sirve para distraernos y poder centrarnos en el presente. Así no sobre pensamos. Son tareas de autorregulación emocional. Ejemplo: tareas creativas, cocinar, tocar un instrumento, leer, ordenar…
- Generar emociones positivas: qué momentos, experiencias y tareas nos hacen sentir emociones positivas. Ejemplo: pasar tiempo con mis hijos, mis amigos…ir a clases de pintura, desayunar….
- Tener un sentido: momentos, actividades y tareas que valoramos porque tienen sentido para nosotros. Necesitamos un para qué en la vida, no sólo ir viviendo. Es la dirección que debemos seguir para vivir en equilibrio. Cuando ponemos sentido en lo que hacemos, nos sentimos más felices. Ejemplo: voluntariados, innovar, ser original, ayudar…
Carmen Rodriguez De Haro
Carmen Rodriguez De Haro
Psicóloga, Sexóloga y Terapeuta de Pareja
Preguntémonos ¿dedicamos tiempo a nuestro bienestar? ¿o solamente intentamos reducir la incertidumbre y el malestar en nuestra vida?