Todos, en algún momento de la vida, hemos deseado volver a aquel tiempo en el que no teníamos grandes responsabilidades. Especialmente cuando las cosas se ponen complicadas, algunos hemos querido tener un giratiempo como el de Harry Potter y volver a nuestra habitación de cuando éramos chicos, para que nuestra única preocupación sea jugar. Si también te ha pasado, te damos la bienvenida. Hoy hablaremos lo que significa ser un adulto funcional y sobre todas las habilidades que se requieren para navegar la complejidad de la adultez.
¿Eres un adulto funcional? Aquí lo descubrirás
Existen carias características que definen a un adulto funcional. Para lograrlo, es fundamental adquirir las habilidades y actitudes necesarias para desenvolverse de manera independiente, responsabilizarse y mantener el bienestar. Entre otros aspectos, ser un adulto funcional implica:
- Tener autonomía: tener la capacidad de tomar decisiones, manejar responsabilidades y resolver problemas de manera autónoma.
- Mostrar responsabilidad: aceptar las consecuencias de sus acciones, cumplir con sus deberes y compromisos.
- Desarrollar madurez emocional: saber gestionar las emociones, mantener relaciones saludables y enfrentar la adversidad con resiliencia.
- Contar con habilidades prácticas: dominar tareas básicas como cocinar, limpiar, organizar el tiempo y manejar las finanzas.
- Tener competencias sociales: saber comunicarse de forma efectiva, establecer relaciones sanas y colaborar con otros.
Ahora entiendes por qué se ha divulgado tantas veces en redes sociales la imagen que dice: “El hombre que cocina, lava los platos y hace el aseo de su casa es un adulto funcional no un ser especial”. Se desconoce su autoría, pero su alcance ha sido bastante amplio.
Consejos para convertirse en adulto funcional sin extralimitarte
Vale, ¡todo bien hasta ahora! Ya conoces algunas de las características propias de un adulto funcional. Ahora compartiremos contigo algunas claves para cultivar nuevas habilidades en distintas áreas de tu vida, como el adulto funcional que eres.
1. Mejora tu organización
Esto se fundamenta en:
- Crea una rutina: aunque pueda resultar desafiante con todas las responsabilidades del día a día, es más complicado no tener una estructura definida. Establecer una rutina contribuirá a aumentar tu productividad y a gestionar de forma más eficiente tu tiempo. Identifica horarios para trabajar, estudiar, hacer ejercicio, ocuparte de las tareas del hogar y descansar.
- Mantén tu espacio organizado: mantener un entorno ordenado favorecerá la sensación de calma y mejorar tu capacidad de concentración. Dedica tiempo de forma regular a la limpieza y organización de tu hogar.
- Planifica tus comidas: esta práctica te ayudará a alimentarte de forma más saludable y a ahorrar dinero. Haz un menú semanal y haz una lista de la compra antes de ir al supermercado. Si alguna vez quieres darte un capricho comiendo fuera, ¡no hay problema! Mereces consentirte y descubrir nuevos lugares. Sin embargo, procura que esto no se convierta en la norma, especialmente si estás empezando a vivir de forma independiente.
2. Trabaja en tus finanzas
Esto se fundamenta en:
- Elabora un presupuesto: crear un presupuesto honesto te permitirá mantener tus gastos bajo control y garantizar que no estás gastando más de lo que ganas. Puedes recurrir a herramientas como apps móviles o Excel para facilitar este proceso.
- Ahorra dinero: contar con un fondo de emergencia es esencial para afrontar imprevistos como la pérdida de empleo o una enfermedad. También es aconsejable reservar parte de tus ingresos para el futuro, como la jubilación o la adquisición de una vivienda. Invertir también puede ser una decisión inteligente. La clave está en comenzar con lo que tengas disponible.
- Evita endeudarte: en caso de necesitar pedir dinero prestado, cerciórate de que podrás devolverlo en un plazo razonable. Las deudas pueden convertirse en una carga financiera significativa y causar estrés. ¡No permitas que la preocupación por el dinero robe toda tu energía!
3. No olvides tu cuidado personal
Esto se fundamenta en:
- Descansa lo suficiente: dormir es fundamental para mantener una buena salud física y mental. Asegúrate de descansar entre 7 y 8 horas todas las noches.
- Alimenta tu cuerpo de manera saludable: una dieta equilibrada te proporcionará los nutrientes necesarios para mantenerte sano y lleno de energía. Incluye en tu alimentación frutas, verduras, proteínas y granos enteros.
- Practica ejercicio regularmente: el ejercicio te ayudará a mantenerte en forma, reducir el estrés y mejorar tu ánimo. ¿Qué tal si te planteas al menos media hora de ejercicio físico al día? Al menos durante la semana te vendría muy bien.
- Haz espacio para ti: entre tantos pendientes, no olvides poner en tu agenda espacios para relajarte, salir a solas o simplemente descansar de las exigencias del día al día.
4. Fortalece tus relaciones
Esto se fundamenta en:
- Expresa tus necesidades: es importante comunicar de forma asertiva lo que necesitas y deseas en tus relaciones, tanto personales como profesionales.
- Cumple con tus responsabilidades: asegúrate de cumplir con tus compromisos y tareas en tiempo y forma.
- Sé honesto y confiable: la honestidad y la confiabilidad son pilares fundamentales en la construcción de relaciones sólidas.
- Rodéate de gente que te sume: las relaciones sanas son fundamentales para ser un adulto funcional. Cultiva amistades constructivas, establece límites en tus relaciones y busca el apoyo de personas que te sumen energía positiva.
5. Cuida de tu desarrollo personal
Esto se fundamenta en:
- Sigue aprendiendo constantemente: busca adquirir nuevos conocimientos. Puedes explorar distintas fuentes como la lectura de libros, participar en cursos en línea, escuchar podcasts que te motiven o asistir a talleres y conferencias.
- Establece objetivos claros: las personas exitosas tienen metas bien definidas y trabajan para alcanzarlas. Es fundamental identificar tus aspiraciones a corto y largo plazo, y elaborar un plan para lograr tus metas. Al cumplir tus objetivos, experimentarás una mayor satisfacción. Recuerda avanzar a tu propio ritmo. No te presiones en exceso: tras esta extensa lista de recomendaciones, queremos enfatizar uno de los consejos más importantes. Si bien es fundamental aprender nuevos conceptos y poseer determinación, es igual de relevante tratarte con compasión si laFs cosas no salen como esperabas inicialmente.
Ser un adulto funcional no significa tener la vida resuelta ni alcanzar la perfección. Significa, entre otras cosas, aprender habilidades para cuidar de ti, de tus relaciones, de tu presente y tu futuro. Pero también significa tener la paciencia suficiente con ese alguien que día está aprendiendo a ser humano: tú.
