"Soy feliz, pero no me siento feliz". ¿Escuchaste esta frase? ¿Te escuchaste diciéndola? **“¿Qué me falta para ser feliz?” “¿Qué más necesito?” **
Vivimos en una época donde la insatisfacción es una cuestión de mercado. Pensemos... es necesario que estemos insatisfechos y no tan felices para que vayamos a buscar lo que nos está faltando. Esto lo saben muy bien todos los publicitarios, licenciados en marketing, etc. Es su trabajo, y este texto no pretende ser una crítica a nadie, sino ayudarnos a pensar y a poder establecernos como sujetos de decisión. Somos nosotros los que debemos recibir la información y decidir si eso es lo que necesitamos en ese momento o no (o deberíamos ser nosotros).
- Artículo relacionado: "Sobre la felicidad: ¿qué es eso que todos buscamos?"
Las complejidades de la felicidad
Les comparto un caso extraído de mi práctica.
Consultante de 37 años, recibida hace 3 de una carrera que siente que le gusta mucho y en la que es exitosa. Se encuentra en pareja desde hace 2 años, y ambos tienen un proyecto en común de irse a vivir juntos.
Recientemente, recibe un ascenso por el cual trabajó mucho, y que representa no sólo una mejora económica, sino también profesional. Y se plantea "sé que soy feliz, pero no me siento feliz".
Cuando comenzamos a investigar la raíz de su malestar podemos ver un listado de pensamientos que se presentan en forma intrusiva que le dicen: "lograste el ascenso, pero no estás suficientemente preparada para afrontarlo", "te faltaría estudiar esto", "Pedro (nombre ficticio de un compañero) me parece que es mejor para ese puesto", "por ahí lo lograste sólo porque querían poner una mujer para quedar acorde a los nuevos tiempos, pero no te lo merecías".
La raíz del problema de la insatisfacción vital
Me pregunto... ¿Cómo se puede uno/a sentir feliz? ¿Alguien podría si tuviera esos pensamientos? Lo primero a indagar es el origen de los mismos. ¿Son pensamientos propios, o le vienen de alguien? En qué momentos de su vida sintió que no era suficiente? ¿Qué hace cuando le vienen esos pensamientos? ¿Cómo actúa? ¿Se pone a buscar cursos y se anota en 1000 actividades hasta quedar agotada? ¿Queda agotada por las 1000 actividades, y así empieza a fallar para finalmente confirmar que no era buena para el puesto? Autoboicot constante. Actuar en bucle, le dicen otros.
En este punto vemos que la lógica de mercado se alimenta de nuestra insatisfacción constante. Siempre hay más cursos para hacer, siempre hay algo que no se conoce, algo más para saber.
Varias estrategias de abordaje: es importante indagar la raíz del problema, evaluar la niñez y adolescencia de la persona que consulta para ver si hay heridas abiertas que aún tienen efecto en la actualidad. Pero también es importante poder dar estrategias bien prácticas para el día a día.
Como ejemplo, podemos tomar hacer listas con nuestros pensamientos negativos y a cada uno de ellos buscarles una explicación o la forma de refutarlos con elementos de la realidad. Listita que se puede llevar siempre encima en las notas del celular, por ejemplo, para que de alguna manera funcione como nuestro objeto seguro (entendiendo este como el objeto que nos colabora en nuestro bienestar, objeto que debe ser momentáneo). La técnica de detención del pensamiento (muy utilizada en TCC) también puede sernos de ayuda para comenzar a tener pensamientos más agradables, y de esa manera emociones más amables con uno mismo.
Sí, soy psicoanalista, y para los psicoanalistas más ortodoxos el párrafo anterior es sacrílego, pero considero que ver a un consultante sufrir y teniendo herramientas para que no lo haga no otorgárselas es tan violento como interpretar a alguien que no lo pide (psicoanalistas alert!). Todas las técnicas y terapias que tenemos a mano y puedan ayudar a disminuir el sufrimiento cotidiano son válidas siempre y cuando sean ejercidas por un profesional idóneo y con conocimiento de las mismas.
