La autoestima juega un papel crucial en el bienestar emocional y mental, ya que influye en la forma en que una persona se percibe a sí misma y se enfrenta a los desafíos del día a día. Cuando la autoestima es baja, puede generar sentimientos de inseguridad, incapacidad y autocrítica, afectando negativamente diferentes áreas de la vida. Superar la baja autoestima requiere más que simples afirmaciones positivas o cambiar la manera de pensar; se necesita una comprensión profunda de los propios pensamientos y emociones.
En este contexto, la Terapia de Aceptación y Compromiso surge como una alternativa efectiva para abordar la baja autoestima. A diferencia de otras terapias que buscan eliminar o modificar pensamientos negativos, la ACT enseña a las personas a aceptar sus experiencias psicoemocionales y a comprometerse con acciones basadas en sus valores personales. En este artículo, profundizaremos en torno a la acción de este enfoque terapéutico para trabajar la baja autoestima.
¿Qué es la baja autoestima?
La baja autoestima es una percepción negativa que una persona tiene sobre sí misma, lo que afecta directamente su autovaloración y confianza. Las personas que tienen una baja autoestima suelen tener una imagen distorsionada de sí mismas y sus capacidades, estando generalmente enfocadas en sus errores y debilidades, mientras minimizan o ignoran sus logros y cualidades. Esta autopercepción puede influir en diversos aspectos de la vida, como las relaciones personales, el rendimiento académico o profesional y el bienestar emocional.
Las causas de la baja autoestima son variadas y pueden incluir experiencias traumáticas, críticas constantes en la infancia, comparaciones sociales o expectativas poco realistas. El diálogo interno negativo constante es una característica común, ya que las personas con baja autoestima tienden a repetirse pensamientos autocríticos y descalificantes. Como resultado, evitan asumir riesgos o enfrentarse a nuevos desafíos, lo que refuerza su sentimiento de incapacidad.
A largo plazo, la baja autoestima puede derivar en problemas más graves como ansiedad, depresión o dificultades para establecer vínculos interpersonales saludables. Por lo tanto, resulta fundamental abordarla a tiempo, ya que tener una autoestima saludable permite una mayor resiliencia ante los obstáculos de la vida y una actitud más positiva hacia el crecimiento personal.
Introducción a la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) es una forma de intervención psicológica basada en el mindfulness y la aceptación, cuyo objetivo es ayudar a las personas a enfrentar sus pensamientos y emociones de manera más efectiva. A diferencia de otras terapias que buscan cambiar o eliminar pensamientos negativos, la ACT enseña a aceptar esas experiencias internas como parte natural de la vida, sin dejar que controlen el comportamiento.
La ACT se basa en seis pilares fundamentales: la aceptación, la defusión cognitiva, el contacto con el presente, los valores, la acción comprometida y el yo como contexto. La aceptación implica abrirse a las emociones dolorosas en lugar de evitarlas, mientras que la defusión cognitiva busca ayudar a las personas a distanciarse de sus pensamientos, de modo que no los tomen como verdades absolutas. Además, la terapia fomenta la conexión con el momento presente, promoviendo la observación sin juicio de lo que ocurre aquí y ahora.
Otro componente clave es la identificación de valores personales, los cuales guían la acción comprometida, es decir, el impulso para actuar de forma coherente con estos valores. Mediante esta práctica, la ACT promueve una vida más significativa, sin que los pensamientos o emociones negativas dominen la experiencia diaria.
Cómo la ACT ayuda a mejorar la baja autoestima
La Terapia de Aceptación y Compromiso tiene la capacidad de ofrecer un enfoque innovador para mejorar la baja autoestima, centrándose en aceptar pensamientos y emociones difíciles en lugar de luchar contra ellos. Vamos a mencionar algunos de los beneficios de este enfoque terapéutico para solucionar los problemas derivados de una baja autoestima.
1. Gestionar el diálogo interno negativo
Uno de los principales problemas de la baja autoestima es el diálogo interno negativo, que puede perpetuar estos sentimientos de inferioridad. La ACT, como ya hemos comentado, enseña a practicar la defusión cognitiva; ser capaz de observar los pensamientos negativos sin dejarse atrapar por ellos. En lugar de creer automáticamente en estas creencias disfuncionales, las personas aprenden a distanciarse de estas ideas, viéndolas como simples pensamientos que no definen su valor.
2. Aceptar tus emociones
Otro aspecto esencial es la aceptación. En lugar de evitar o suprimir emociones dolorosas como la vergüenza o la inseguridad, la ACT anima a las personas a aceptar estas emociones como parte de la experiencia humana. Esto ayuda a reducir la carga emocional y evita que el malestar intensifique la baja autoestima. Al aceptar estas emociones, las personas se liberan de la necesidad de luchar contra ella, lo que permite enfocarse en acciones más constructivas.
3. Identificar los propios valores
La ACT también trabaja en fortalecer el sentido de identidad personal a través de la identificación de valores. Muchas personas con baja autoestima tienden a compararse con los demás o a actuar según expectativas externas. La ACT fomenta la exploración de los valores personales, como la honestidad, la creatividad o la amabilidad, y alienta a las personas a alinear su vida con esos valores, en lugar de tratar de cumplir estándares irreales. Al actuar de acuerdo con sus valores, las personas experimentan un sentido de propósito y satisfacción, independientemente de lo que otras personas piensen.
4. Tomar decisiones basadas en valores
Finalmente, la acción comprometida resulta clave para aumentar la autoestima. Al tomar decisiones basadas en los valores y actuar de forma coherente con ellos, las personas pueden desarrollar una mayor confianza en sí mismas y fortalecer su autoestima para que se mantenga en el largo plazo.