La vida está marcada por una serie de fases y eventos que pueden generar crisis internas, desafiando nuestro sentido de identidad, propósito y bienestar emocional. En momentos de cambios drásticos, pérdidas o transiciones, surge la necesidad de encontrar un significado más profundo y sostenible en la existencia. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) ofrece un enfoque innovador para abordar estas crisis vitales, utilizando el mindfulness y la conexión con el momento presente como herramientas poderosas.
Crisis vitales y el sentido de la vida desde la perspectiva ACT
¿Estás pasando por un momento difícil que te llena de dudas sobre el camino a seguir, temes a las consecuencias de tus decisiones y acciones, te da ansiedad y no puedes avanzar, te sientes sobrepasada por la situación, duermes poco y mal, o por el contrario mucho más de lo habitual, te sientes irritable o muy sensible? Puedes presentar otros síntomas también, y en ciertas ocasiones, esto es lo más común. Es posible que estés atravesando una crisis vital que ponga en cuestión lo que realmente te importa en la vida, y tu cuerpo y tu mente están reaccionando a ello como pueden.
Todos hemos pasado por crisis vitales, momento difíciles donde experimentamos un profundo dolor, dudamos de nuestro camino en la vida, o perdemos la esperanza. Las crisis vitales pueden manifestarse en diversas formas motivadas por la pérdida de un ser querido, por situaciones profesionales o personales significativas, e incluso por cambios sociales. Estos eventos a menudo desencadenan una búsqueda interna de significado y propósito, y una incógnita sobre las acciones a tomar. Estas encrucijadas a menudo desencadenan situaciones y sensaciones como las descritas más arriba: sin embargo, si estos estados se prolongan durante mucho tiempo y no puedes avanzar en la resolución de los conflictos, tu calidad de vida va a reducirse significativamente.
Frente a estas y otras situaciones, la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) propone la aceptación de las emociones difíciles y el compromiso con acciones alineadas con los valores personales como vías hacia una vida más plena. En el corazón de este enfoque se encuentra el mindfulness, una práctica que fomenta la conciencia plena del momento presente. Al cultivar la atención plena, las personas pueden aprender a estar presentes incluso en medio del dolor, la incertidumbre o la confusión, permitiéndoles manejar las crisis vitales con mayor claridad y compasión hacia sí mismos.
Dentro de este enfoque debemos distinguir “aceptación” de “resignación”. Cuando hablamos de aceptación estamos refiriéndonos a la toma de contacto con las emociones dolorosas, para poder identificar qué nos pasa en lugar de pelear contra nuestros sentimientos y pensamientos, lo cual nos lleva a conductas de evitación que prolongan el sufrimiento. Esto es muy distinto a la idea de resignarse a que las cosas van a quedar necesariamente así, ya sea en nuestro mundo interior o en nuestro contexto externo. Implica más bien ser conscientes de lo que nos pasa pero desde la perspectiva de aquello que nos importa, para actuar con dirección a esas cuestiones que valoramos, en muchas ocasiones buscando un cambio en nuestras condiciones de vida.
Te propongo un ejemplo donde se vea esta distinción. Tienes 45 años, sufres de un conflicto laboral que requiere una conversación difícil con un superior y posiblemente a continuación la búsqueda de otro trabajo (te preocupa que a tu edad las posibilidades se vean reducidas) “aceptar” implica conectarse con tu malestar (quizás tengas miedo, ansiedad, o pienses que va a ser muy difícil) ante estas situaciones en vez de caer en conductas de evitación (por ejemplo el intento de evitación del malestar mediante la procrastinación, consumiendo compulsivamente contenidos online, agregando quizás rumiación y culpa al proceso).
Aceptar también implicará conectar con aquello que consideras valioso en tu vida (los valores cambian según cada persona, pero supongamos que en el ejemplo valoras tu profesionalidad, autonomía, tu coraje y ser respetado) y tomar acciones en dirección a estos valores (redactar un mensaje coordinando una cita para tener una conversación al respecto, preparar el contenido de lo que quieres exponer, asesorarte por profesionales, actualizar tu CV, etc.).
Resignarse, en cambio, podría significar quedarse en el dolor y las conductas evitativas, sin tomar acciones significativas en dirección a lo que consideras una vida valiosa. Estamos hablando entonces de aceptación pero también de contacto con aquello que aporta un sentido valioso a nuestra vida, aquello que hace que “valga la pena” (porque la pena estará, tarde o temprano en la vida, pero pueden estar aquellas cuestiones que valoramos). Una clave para encontrar sentido en tiempos de crisis radica en el descubrimiento y la conexión con los valores fundamentales, y las acciones que las expresan en el mundo.
En lugar de evitar o reprimir las emociones dolorosas, ACT invita a las personas a reconocerlas, sin dejar que definan su identidad o sus elecciones. Esta actitud de apertura y aceptación permite una mayor flexibilidad psicológica para no quedarse atascado en la evitación, aumentando la capacidad de actuar, allanando el camino hacia una vida más significativa y auténtica.
A su vez, el proceso de dar significado a la propia vida no es estático ni lineal. Es un viaje personal que implica reconocer que el sufrimiento y la adversidad son aspectos inevitables de la experiencia humana. En este sentido, ACT no busca eliminar tales aspectos, sino transformar la relación con ellos, permitiendo así un mayor crecimiento de la persona. El mindfulness juega un papel fundamental en este proceso. Al cultivar la conciencia plena, las personas pueden aprender a relacionarse de manera más compasiva con sus pensamientos y emociones. Esta habilidad fortalece la capacidad para tomar decisiones alineadas con los valores, incluso en medio de la turbulencia emocional.
De esta forma, la Terapia de Aceptación y Compromiso ofrece un enfoque holístico y efectivo para abordar crisis vitales, centrándose en la aceptación de las emociones difíciles, la conexión con los valores personales y el poder transformador del mindfulness. En tiempos de incertidumbre, esta perspectiva puede brindar orientación y fortaleza interior para encontrar un sentido más profundo en la vida.
Algunas metáforas y ejercicios desde ACT y el mindfulness para afrontar crisis vitales
Sin embargo, para pasar de la teoría a la práctica hacen falta una serie de acciones. Si bien las acciones dependerán de cada persona y su contexto, podemos revisar la antesala a las acciones comprometidas: algunas técnicas vivenciales para potenciar la aceptación.
En esta dirección, me gustaría compartirte a continuación algunas técnicas utilizadas para tomar perspectiva respecto a nuestro dolor, y encaminar nuestras acciones en la búsqueda de una vida valiosa. Si bien las técnicas aisladas no pueden y por ende no reemplazan al trabajo supervisado y personal que implica un proceso psicoterapéutico, seguramente te permitirán vivir en primera persona algunas experiencias diferentes respecto al malestar que conllevan las crisis vitales.
1. Metáfora de las olas del mar para la aceptación y defusión
Imagina tu mente como el océano y tus pensamientos y emociones como olas que vienen y van. En momentos de crisis, las emociones pueden ser como olas poderosas que parecen abrumarte. La práctica de la aceptación implica permitir que estas olas pasen a través de ti, observándolas sin aferrarte a ninguna en particular. Para trabajar en defusión, puedes visualizar tus pensamientos como pequeñas embarcaciones en esas olas. Observa cómo flotan y se alejan, sin engancharte a ellas. Esta metáfora enseña a observar y permitir que las emociones pasen, sin ser arrastrado por su fuerza.
En este ejercicio, como en todos aquellos que se proponen a nivel vivencial, es importante que puedas registrar tus estados corporales, cómo el malestar y la tranquilidad, o a veces la tensión o la ausencia de toda sensación, son eventos que fluctúan. El contacto con el momento presente cambiante nos recuerda que, pese a lo que nuestra mente parece decirnos en ocasiones (“estás mal, todo el tiempo, no hay salida” etc.), los estados internos van y vienen, y lo que vayamos a hacer a continuación, depende de nosotros, de nuestros valores y acciones.
2. Ejercicio práctico de mindfulness para el yo contexto
Encuentra un lugar tranquilo y siéntate cómodamente. Comienza a enfocarte en tu respiración, sintiendo cómo entra y sale el aire de tu cuerpo, sin modificar nada en absoluto (es tu respiración de todos los días). Con un foco suave, como si tocaras tu respiración con una pluma, simplemente observa lo que tu cuerpo hace al respirar en algún punto como el abdomen, o el pecho. Ahora, lleva tu atención a tus pensamientos y emociones presentes. Permíteles estar allí, sin juzgar ni tratar de cambiarlos. Y vuelve a tu respiración, lentamente. Luego de un rato, vuelve a tus pensamientos y sentimientos.
Si comienzas a juzgar que no lo estás haciendo bien, o te preocupas de que te distraes, o incluso si crees que no viene ningún pensamiento: esos son tus pensamientos del momento, eso será lo que observes, y luego los dejarás pasar para volver a tu respiración, en un vaivén suave de atención entre tus pensamientos, sentimientos, y respiración. Reconoce que tus pensamientos no definen quién eres realmente. Imagina que eres la conciencia que observa estos pensamientos y emociones, pero no estás completamente identificado con ellos.
Esta práctica te ayudará a conectarte con la parte de ti que es consciente y observadora de tus experiencias internas (lo que en ACT llamamos el “yo como contexto”). En situaciones de crisis, poder tomar perspectiva nos permite decidir de manera electiva, no reactiva, para buscar lo que deseamos y no solo para evitar lo que tememos, fortaleciendo nuestra aceptación y también nuestra libertad de acción.
Conclusión: tomar acción hacia una vida valiosa
En tiempos de crisis, la búsqueda de significado y propósito puede resultar desafiante. Sin embargo, la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) ofrece herramientas poderosas, como el mindfulness y la conexión con los valores, para enfrentar estos desafíos con resiliencia y sabiduría.
Tomar acción hacia una vida valiosa implica dar el primer paso hacia el autoconocimiento y el crecimiento personal. Invito a quienes enfrentan crisis vitales a considerar el apoyo terapéutico de un profesional especializado en ACT. A través de sesiones terapéuticas, se puede explorar más profundamente el contacto con el momento presente, la aceptación, defusión, toma de perspectiva y conexión con los valores y la acción, brindando así un marco sólido para enfrentar las crisis con mayor claridad y compasión por uno mismo y los demás.
Aceptar no es una postura pasiva: tiene que ver con aceptar que algo nos duele, y en vez de resistirnos disfuncionalmente generando más sufrimiento, parálisis, o conflictos innecesarios, puede ser el primer paso para actuar en dirección a lo que realmente necesitamos, para poder cambiar nuestra situación. La aceptación y la acción son motores del cambio.
En esta dirección, comenzar un proceso terapéutico no solo ofrece herramientas prácticas, sino que también abre las puertas hacia una comprensión más profunda de ti mismo, de tus posibilidades y las de tu entorno. Al comprometerte con tu bienestar emocional y tu crecimiento personal, estás dando pasos significativos hacia una vida más plena y auténtica, y en este sentido el apoyo profesional puede marcar una gran diferencia. Si estás atravesando un momento difícil, prueba con pedir ayuda psicoterapéutica, seguramente será una de las mejores inversiones que hayas hecho en tu vida.