Las personas concebidas en meses fríos tienen menos riesgo de obesidad

¿Te habías planteado alguna vez la posibilidad de que el mes de tu nacimiento pudiera estar relacionado con tu salud metabólica? Aunque cueste de creer, los últimos estudios científicos han investigado la hipótesis de que concebir en los meses más fríos podría estar relacionado con un menor riesgo de obesidad.

A lo largo de este artículo vamos a explicar las novedades que hay en relación con este tipo de investigaciones. Hablamos sobre obesidad como problema de salud, sobre qué es la grasa parda y cómo se relaciona con la temperatura. Por último, también hablamos sobre cómo el mes de nacimiento puede afectar en el desarrollo y el peso que recae en aspectos como la epigenética y el ambiente prenatal.

La obesidad: un gran problema de salud

¿Sabías que en 2022 una de cada ocho personas en el mundo eran obesas? ¿Que desde 1990 la obesidad se duplicó en adultos y cuadriplicó en adolescentes a nivel mundial? La Organización Mundial de la Salud (OMS) revela estos datos y otros igual de escalofriantes y alarmantes. Según esta fuente, la obesidad es una pandemia de tipo no infeccioso y es una gran preocupación a nivel de salud pública.

La obesidad es considerada una enfermedad compleja que puede derivar en otras problemáticas graves de salud como diabetes tipo II y cardiopatías. Va mucho más allá del factor estético, afecta a la movilidad e incluso el sueño. También puede afectar a la capacidad reproductiva e incluso favorecer la aparición de determinados tipos de cáncer.

Es importante tener en cuenta que el exceso de grasa que nos lleva a la obesidad puede darse por diversos motivos. Los factores genéticos, los dietéticos y los conductuales juegan un papel crucial en este sentido. Además, algunos estudios han sugerido que determinados factores prenatales —como podría ser la estación del año en que una persona fue concebida— pueden estar influyendo en la predisposición que tenemos hacia la obesidad.

¿Por qué las personas concebidas en meses fríos tienen menor riesgo de desarrollar obesidad?

El tejido adiposo marrón —también conocido como grasa parda o BAT, por sus siglas en inglés— es un tipo de grasa que está especializado en el proceso de generación de calor. Mientras que el tejido adiposo blanco almacena energía, el marrón se encarga de quemar calorías para mantener la temperatura corporal —aspecto básico en entornos fríos—.

Las investigaciones de los últimos años han observado que las personas con una mayor cantidad de tejido adiposo marrón o BAT tienen menor riesgo de desarrollar obesidad porque su metabolismo es más eficiente en el proceso de termogénesis. Esto quiere decir que su cuerpo quema más calorías para regular la temperatura corporal.

Un estudio publicado en 2025 señala que las personas que fueron concebidas en meses fríos tienen una mayor capa de grasa parda —tejido adiposo marrón— que las que fueron concebidas en meses más cálidos. Estos resultados sugieren que la exposición temprana a temperaturas más bajas podría programar metabólicamente al feto y prepararle para potenciar su metabolismo en la vida adulta.

Así pues, si el resultado es una actividad metabólica más eficiente quemando calorías para regular la temperatura y mantener el calor corporal, el riesgo de desarrollar obesidad es menor. Se entiende, entonces, de estos resultados que la exposición temprana al frío promueve la activación del tejido adiposo marrón para generar calor y que este conjunto es un factor protector contra la obesidad y el exceso de grasa corporal.

¿Cómo afecta el mes de nacimiento al resto del desarrollo?

El estudio previamente mencionado, publicado por Yoneshiro y sus colaboradores en 2025, hablaba de la importancia del mes en que somos concebidos. Según este autor, las personas que fueron gestadas en meses fríos tienen menor riesgo de desarrollar obesidad en la edad adulta debido a que su metabolismo es más eficiente.

¿Puede, también, ser clave en el desarrollo el mes en que nacemos? Pues parece ser que sí. Un estudio publicado en 2015, por Day y colaboradores, señalaba que las personas nacidas en verano tenían una estatura y peso mayores en comparación con aquellos que nacían en los meses de invierno.

Además, este estudio relacionaba también el mes de nacimiento con otros aspectos del desarrollo. Por ejemplo, se planteó que las mujeres nacidas en otoño inician antes la pubertad y que las nacidas en verano. También señalaba que las personas nacidas en verano tienden a ser más altas en la adultez y que las nacidas en otoño tenían más probabilidad de seguir estudiando después de los 16 y obtener un título universitario.

La importancia del ambiente prenatal y la epigenética

La epigenética se encarga de estudiar los cambios que se producen en la expresión de los genes sin que impliquen una alteración de la secuencia del ADN. Es decir, las modificaciones se producen por factores externos como el estilo de vida, la alimentación, el estrés y el ambiente, entre otros factores.

A día de soy se sabe que los factores ambientales que se dan antes y durante la concepción pueden tener un fuerte impacto en el desarrollo del feto. De hecho, se considera que dichos cambios epigenéticos podrían explicar las diferencias entre la programación metabólica de las personas que fueron concebidas en estaciones frías y las que no.

En 2018 se demostró que la exposición al frío en los progenitores incluso antes de la gestación influye en la epigenetica del espermatozoide y activa genes relacionados con la termogénesis y la actividad del tejido adiposo marrón en su descendencia.