Las personas que no estén familiarizadas con la teoría del Análisis Transaccional es posible que no hayan escuchado hablar de las “caricias negativas”. Este es un concepto que cobra importancia en determinadas formas de psicoterapia y de análisis de los fenómenos psicosociales, y que puede ayudar a entender las relaciones humanas.
Para entender lo que son este tipo de caricias, es necesario entender el significado de las “caricias” desde la perspectiva transaccional. Veamos cuáles son sus particularidades y en qué nos afectan.
Las caricias desde el Análisis Transaccional
Según Eric Berne, el padre del Análisis Transaccional, las caricias son “unidades de reconocimiento que proporcionan estimulación a un individuo”. Por tanto, desde la perspectiva transaccional, el concepto es distinto al que generalmente se entiende como caricia: "contacto físico suave y delicado que se hace deslizando la mano o los dedos sobre el cuerpo de alguien".
Desde el Análisis Transaccional, las caricias no solamente hacen referencia a la estimulación física, ya que incluye también la estimulación psicológica y social (reconocimiento). En este sentido, aplicar las caricias es una manera de establecer vínculos basados en la exteriorización de ese saber que estamos ante un ser con su propia subjetividad, algo que implica reconocer su autonomía.
Todo el mundo necesita estimulación física y psicológica para tener una vida plena, y las caricias son una unidad fundamental de reconocimiento social. Tanto las caricias físicas como psicológicas aportan muchos beneficios desde edades temprana, y a medida que crecemos el reconociendo social se convierte en un aspecto esencial para el bienestar psicológico.
Las caricias positivas y negativas
En la teoría del Análisis Transaccional se exponen dos tipos de caricias según la sensación que invitan a vivir: las caricias positivas y las negativas. Las caricias positivas provocan sensaciones y emociones agradables; y las negativas, provocan sensaciones y emociones desagradables.
A continuación se muestran unos ejemplos de estos tipos de caricias:
- Caricias positivas: “te quiero”, “eres increíble”, me encantas”.
- Caricias negativas: “te odio”, eres un idiota”, “te ves muy mal con esa ropa”.
Las caricias negativas pueden ser:
- Comentarios sarcásticos
- Ignorar las acciones del otro
- Rebajar al otro y humillar a la otra persona
- Desprecios
Todos tenemos la necesidad de ser aceptados y tocados
Berne habla de “hambre de caricias” para nombrar la necesidad de las personas de ser reconocidas y tocadas, ya que la privación de aspectos sensoriales en los niños puede causar problemas psíquicos. Ya en edades tempranas, la falta de caricias positivas (ser acariciados, elogiados, etc.) puede provocar que el niño busque caricias negativas para compensar la falta de reconocimiento social, y es una manera de buscar la atención que no recibe.
Por tanto, en ocasiones se utilizan las caricias negativas con familiares, pareja, amigos, y éstos son comportamientos tóxicos que envenenan nuestras relaciones y que llegan a tener efectos nocivos para los miembros de la relación. Es por eso que se debe evitar dar y recibir caricias negativas.
Esto es especialmente en la relación padre-hijo, pues en el caso de los padres se debe:
- Ser expresivo: besos, caricias y abrazos frecuentes.
- Ser genuino al alabar a los hijos.
- Ser tierno y comprensivo y aceptar el comportamiento de los hijos.
- Ser mesurado y no olvidar que son niños.
- Aplaudir los éxitos de los niños y premiarlos cuando sea necesario.
También es interesante permitir que el niño crezca sintiéndose amado y desarrolle adecuadamente su inteligencia emocional.
No solamente sufre el que no recibe caricias, sino también quien no las expresa
Un estudio de la Universidad de Stanford dirigido por James Gross indica que suprimir la expresión de las emociones conlleva altos costos psicológicos, sociales y de salud. Los individuos que no manifiestan sus emociones son más infelices y sufren una inmunidad fisiológica más baja.
Según los datos esta investigación, la falta de expresión emocional no solamente no reduce las emociones, sino que magnifica las emociones negativas, provocando problemas para el bienestar físico y psicológico. La expresión de emociones positivas trae consigo experiencias más gratificantes y mejora las relaciones interpersonales.