Love bombing: qué es, fases y características de esta forma de manipulación

El love bombing es una dinámica que se da en algunas relaciones disfuncionales. Veamos cómo es.

Love bombing

El amor es algo que todo queremos en nuestras vidas. No solo hablamos del amor de un novio o novia, sino también el de un familiar o el de un amigo, puesto que es un sentimiento que podemos manifestar ante cualquier persona, yendo más allá de lo meramente romántico y sexual.

Sin embargo, a veces el amor puede ser el camuflaje perfecto de comportamientos tóxicos que nos atrapan en una dinámica que hace que sacrifiquemos nuestras demás relaciones priorizando a una sola.

Una de estas estrategias malsanas es el love bombing, una forma de vinculación propia de las relaciones de maltrato psicológico, presente tanto en las relaciones sociales tóxicas como en las sectas.

¿Qué es el love bombing?

El amor es una emoción muy fuerte, a veces tanto que llega incluso a ser cegadora y nos impida identificar ciertos comportamientos que, aunque en un principio bonitos, se convierten en manipulación, control y sometimiento, conductas que desde luego son tóxicas, por muy disfrazadas de devoción, amistad o romanticismo que puedan estar. Y de esto trata el bombardeo de amor o “love bombing”

Pero vayamos al grano: ¿qué es el love bombing? Si bien el nombre de esta práctica no es muy conocido desde luego sí que está muy presente, tanto en relaciones familiares, de amigos y de pareja. Tristemente los comportamientos tóxicos en las relaciones sociales no son algo nada extraño y todos nosotros podemos ser víctimas (o perpetradores) de estas prácticas.

El término “love bombing” fue acuñado por primera vez en los años 70 por los miembros de la Iglesia de la Unificación para referirse al hecho de que sus miembros siempre estaban sonriendo. Irónicamente, fue popularizado años más tarde por varios intelectuales, entre ellos la antropóloga Geri-Ann Galanti y la psicóloga Margaret Singer para describir las estrategias de manipulación que utilizan las sectas coercitivas para captar a nuevos adeptos yendo a por la parte más débil del individuo, su baja autoestima, y alimentándola con halagos y palabras bonitas de tal forma que se sienta mal por abandonar el culto.

Con el paso del tiempo la expresión fue trasladada también al campo de las relaciones interpersonales más mundanas, entre ellas las de pareja y amigos puesto que en ellas pueden darse también comportamientos coercitivos.

En este caso, el bombardeo de amor es una estrategia de manipulación la cual consiste en demostrar atención y afecto de forma muy insistente, valiéndose de halagos, aprobaciones, detalles e incluso regalos nada más conocerse. La intención detrás de ello no se diferencia de la propia de las sectas: conquistar a la persona ganándose su confianza.

¿Cómo se desarrolla?

Para entender el love bombing es necesario entender algo que muchos no tenemos en cuenta sobre las relaciones sociales. Nuestro comportamiento está, en gran medida, controlado por las consecuencias que tiene en el entorno y, claro está, también se aplica a nuestro entorno social.

Si después de comportarnos de una forma vemos que esto nos da beneficios sociales y emocionales, como pueden ser palabras de aliento o abrazos, lo más probable es que sigamos haciendo esta conducta. En otras palabras, cuando las consecuencias de nuestro comportamiento son apetitivas o agradables es más probable que funcionen como reforzadores, haciendo que el comportamiento que las ha ocasionado se repita en con mayor probabilidad.

¿Y esto qué tiene que ver con el amor? Pues mucho la verdad, tanto para bien como para mal. Imaginémonos que acabamos de conocer a alguien y esta persona nos empieza a bombardear con amor, sea de pareja o de amistad. La persona empieza a lanzar todo tipo de palabras bonitas, halagos e, incluso, nos hace regalos, regalos a pesar de que nosotros no hayamos hecho nada significativo para merecerlo. Hagamos lo que hagamos y digamos lo que digamos recibimos algún tipo de recompensa. Somos víctimas de un bombardeo aparentemente dulce y agradable.

Como es agradable estar con esta persona empezamos a dedicarle más tiempo. Todos queremos que nos traten bien y si alguien así se comporta con nosotros empezaremos a darle prioridad. Dedicándole más tiempo a esa persona le restamos el tiempo que teníamos para los demás y, con el paso del tiempo, empezaremos a adentrarnos en una dinámica en la que buscando la recompensa emocional y reconocimiento que nos da, estaremos más apartados de nuestros demás seres queridos.

Puede que sea gradual o puede que lo haga de golpe, pero lo cierto es que el bombardeo de amor va a parar en algún momento. La persona que al comienzo de la relación nos “recompensaba” con agradables cumplidos cada palabra y cada gesto que hacía ahora se limita a respondernos con un escueto “vale” o, ni siquiera eso, simplemente dándonos un frío y distante silencio.

Lo lógico sería pensar que, llegados a este punto, va a haber una extinción de nuestra conducta. Si antes nos comportábamos porque esa persona nos recompensaba con sus bonitas palabras ahora que ya no lo hace vamos a ir reduciendo aquellos comportamientos que siempre tenían premio. El reforzador, que no era ni más ni menos que las palabras bonitas, deja de estar y, con él, se tendría que ir reduciendo la conducta premiada. Pero no funciona así el amor.

Al igual que un adicto a su droga esto nos va a producir “cravings”, ganas de que nos vuelva a dar de su amor. En vez de dejar de hablar con esa persona o alejarnos un poco, es probable que lo que hagamos sea intentar por todos los medios que nos premie. Empezaremos a interactuar más y más, dedicándole todavía más tiempo y gastando más energías en que nos haga un poco de caso. Le hablamos más, le prestamos más atención e intentamos hacer todo lo posible para que esté a gusto. Queremos que nos vuelva a decir “eres especial”, “te quiero” o “eres el mejor” como antes solía hacer.

Si justo en este momento la otra persona nos vuelve a recompensar con un halago o una palabra bonita, lo que habrá conseguido es reforzar una tasa de comportamiento muy elevada. Nos va generar cierta inseguridad y, con tal de que esto no vuelva a suceder, lo que va a conseguir la persona es que estemos interactuando con ella todo el rato a costa, claro está, de interactuar con los demás. Lo ha conseguido, nos tiene totalmente controlados. Somos suyos.

Fases del love bombing

El ejemplo que acabamos de ver es un caso prototípico de love bombing. En él podemos ver las dos primeras fases de este fenómeno (idealización y desaprobación). En verdad podemos decir que el bombardeo de amor puede dividirse en tres fases.

1. Idealización de la relación

En esta primera etapa todo parece ser idílico, haciendo que la víctima piense que ha conocido a alguien perfecto, alguien que sabe valorar todo lo que hace, por muy poca importancia que tenga. La relación fluye y es fácil. Todo es demasiado bueno para ser cierto, pero le gusta creerlo, y es esta ingenuidad un riesgo para que caiga en la trampa del “love bomber”.

2. Desaprobación y castigo

Una vez establecida la dinámica el manipulador empieza a recurrir a otra técnica en caso de que su víctima se salga puntualmente del comportamiento que el manipulador desea. Si la víctima queda con sus amigos, se ve con otras personas o muestra algún comportamiento autónomo, una pequeña briza de libertad, el love bomber empieza a mostrarse disgustado. Aquí es donde el amor se transforma en control y comienza la fase de desaprobación y castigo.

El manipulador se encarga de mostrarle a su víctima que comportamientos no le gusta y le induce a sentir culpa. Puede decir frases victimistas como por ejemplo “con todo lo que estoy haciendo por ti y tú vas y me haces esto” y otras perlas tóxicas o, simplemente, el silencio como hemos mencionado en el ejemplo extenso.

El manipulado, ya adicto al “amor” de su carcelero emocional, siente esta muestra de desdén y desaprobación como algo muy doloroso, siente mucha culpa porque realmente cree que ha hecho algo malo, pese a que racionalmente no sea así. Es por esto que el manipulado rectifica y, una vez así lo hace, el manipulador lo recompensa devolviéndole el afecto.

3. Agotamiento y descarte

Para bien o para mal es frecuente que, tras haber pasado un tiempo, aparezca una tercera etapa: la de agotamiento. En esta el manipulado puede conseguir liberarse de esta tóxica dinámica o, por el contrario, volver a caer en un bucle formado por las otras dos fases. Todo depende de si no se deja engatusar de nuevo por el manipulador, quien usará tanto las técnicas de la primera fase, como halagos extremos, y la segunda, usando el chantaje emocional.

Cómo detectar y romper esta dinámica en las relaciones personales

Romper una dinámica de bombardeo de amor no es fácil debido a que la víctima puede llegar a sentirse muy mal diciendo o haciendo cosas que puedan disgustar al “lovebomber”. A todo el mundo le gusta que le digan “eres increíble, eres lo más” o “eres genial y perfecto”, a todos nos gusta que alguien parezca apreciar y amar todo lo que hacemos, pero en caso volvernos adictos a esa persona le damos un poder sobre nuestras vidas muy grande, corriendo el riesgo incluso de que nuestra autoestima dependa exclusivamente de lo que él o ella nos diga.

Como hemos comentado esta estrategia es bastante común, pero esto no quiere decir que la mayoría de las personas que hacen esto lo hagan urdiendo un refinado y malvado plan de control de la voluntad ajena. Hay personas que, sin quererlo y sin ser conscientes de ello, son muy tóxicas y lo hacen porque es la forma con la que han aprendido a relacionarse y han visto que se les da bien. Para ellos amor significa idolatría extrema, y si alguien no les hace caso pueden interpretarlo como que ya no los quieren, se enfadan y se hiperpolarizan, en el sentido de que todo es blanco o negro: o me idolatras o no me hables.

Por otro lado, tenemos el hecho de que si bien no vivimos en una sociedad perfecta no debemos desconfiar de todo el mundo. Hay personas que, por suerte, halagan a sus seres queridos sin segundas intenciones ni manipulaciones. Si tenemos un amigo, un novio o un familiar que es muy atento, cariñoso y amable, que nos halaga sin pedirnos nada a cambio, debemos estar agradecidos porque tenemos en él un tesoro de persona.

Teniendo en cuenta esto, puede que nos resulte un tanto difícil diferenciar de personas con genuinos buenos sentimientos de aquellos seres tóxicos que lamentablemente deberíamos mantener alejados de nuestro círculo. No resulta fácil, sobre todo al principio de la relación puesto que nos encontraríamos en la fase de idealización de la relación. De hecho, si fuera fácil identificar a una persona que nos está haciendo un love bombing la toxicidad en las relaciones humanas no sería tan frecuente. Es fácil confundir el bombardeo de amor de una persona manipuladora con los detalles y halagos de una persona agradable de verdad.

Sin embargo, hay algunos aspectos propios del love bomber que nos pueden servir como señal de aviso y mantenernos cautelosos. Entre ellas está la presencia exagerada de halagos, regalos, detalles y sobreatención no merecida, las cuales pueden dar a entender un nivel de compromiso demasiado alto en comparación con el tiempo que llevamos conociendo a esa persona.

Al tratarse de halagos y regalos frecuentes, exagerados y repentinos, no es difícil que la víctima sienta que le debe algo, que no puede decirle no a alguien que se está comportando de una forma tan generosa. Por esto no debemos perder el norte. Si hace muy poco tiempo que estamos al lado de esa persona, no tiene sentido que sea tan dadivosa. Si bien guiarse por el principio “piensa mal y acertarás” es un poco triste, ante estos casos es mejor evitar arriesgarse a caer ante una dinámica tan tóxica.

Como recomendación final lo mejor es tener un grupo de amigos variados, amigos que en caso de ver que nos estamos alejando porque nuestro novio, otro amigo o incluso un familiar nos está solicitando puedan darnos un toque de atención. Si son un grupo crítico nos harán valorar nuestra libertad e individualidad. Los buenos amigos son los que están en las duras y las maduras, pero también los que nos hacen ver nuestros errores y quienes nos valoran por lo que realmente bueno hacemos. Más vale sinceridad y crecimiento que mentiras y sometimiento.

Referencias bibliográficas:

  • Archer, D. (19 de febrero de 2021) El peligro del manipulador bombardeo de amor en una relación. En Psychology Today. Recuperado de https://www.psychologytoday.com/es/blog/el-peligro-del-manipulador-bombardeo-de-amor-en-una-relacion

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