Los seres humanos somos seres sociales, lo que significa que necesitamos del contacto con otras personas para sobrevivir, satisfacer nuestras necesidades, realizarnos a todos los niveles y ser felices a lo largo de nuestras vidas. Ahora bien, para mantener esta red de apoyo mutuo es necesario, en primer lugar, ser capaz de confiar en los demás, ya que sin confianza es prácticamente imposible el compromiso y llegar a acuerdos.
Por eso, algunas personas que se ven incapaces de confiar en las demás en muy dañada su calidad de vida, ya que tan solo cuentan con los aspectos puramente formales de apoyo que les otorga el hecho de contar con la ciudadanía de un país y, en todo caso, con el apoyo incondicional de familiares directos; un tipo de ayuda que en la gran mayoría de los casos es insuficiente para vivir bien. Pero, si el hecho de ponerse barreras para no confiar en los demás trae problemas… ¿Por qué hay personas que caen en este tipo de dinámicas?
En el artículo de hoy veremos de manera resumida cuáles son las principales consecuencias de no atreverse a confiar en los demás, y cuáles son las principales causas por las que muchas personas tienen ciertas dificultades a la hora de confiar en las otras.
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Consecuencias de no atreverse a confiar en los demás
La confianza es un aspecto muy estudiado en la ciencia de la Psicología, y constituye uno de los elementos más importantes en el florecimiento y mantenimiento de las relaciones interpersonales; no en vano, se dice popularmente que la confianza cuesta mucho de ganar y muy poco de perder. Puede definirse como la disposición psicológica a asumir que se cuenta con el apoyo de una persona o grupo de personas, que serán capaces de actuar de una manera adecuada a unas necesidades si se llega al punto de requerir de su apoyo y que respetarán los acuerdos establecidos entre ambas partes, de buena fe.
Cuando no nos atrevemos a confiar en alguien de manera puntual, puede que nos estemos protegiendo de alguna amenaza real o imaginaria, pero en muchos casos también puede significar que nos estamos cerrando a interactuar con alguien que quizás quiere el bien para nosotros.
De esta manera, podemos estar desaprovechando una oportunidad de colaborar de manera conjunta con alguien con quien podríamos sacar un beneficio a la vez que él o ella también lo obtienen, logrando así una hipotética colaboración beneficiosa para ambas partes.
En el ámbito de la psicología clínica, aquellas personas que presentan casos más extremos a la hora de evitar a toda costa confiar en alguien y que no logran nunca confiar en alguien en cualquier ámbito de sus vidas pueden presentar un fenómeno llamado “pistantrofobia”.
La pistantrofobia es el miedo irracional que impide a las personas establecer una relación íntima y personal con otros, así como confiar plenamente con otras personas sobre cualquier tema. Este trastorno tan específico se incluye dentro de las fobias, y como todas ellas se basa en la sensación de miedo exacerbado y también de amenaza que no existe en la vida real.
Las personas que padecen pistantrofobia suelen tener problemas graves de relación interpersonales y acostumbran a presentar grandes dificultades para relacionarse normalmente con otras personas, tanto en el ámbito de las amistades como con sus intereses románticos o sexuales.
Ahora bien, no hace falta llegar a esos extremos para sufrir a causa de los problemas para confiar en los demás. Las consecuencias más comunes que genera esta clase de problemas son la frustración por no poder expresar lo que nos preocupa y que pertenece a nuestro lado más íntimo (plasmar en palabras lo que nos hace sentir mal es un importante recurso terapéutico); los problemas de celos en las relaciones de pareja y/o en las amistades; los pensamientos recurrentes basados en el miedo a recibir críticas o a sufrir traiciones; y la frustración por tener una vida amorosa llena de relaciones inestables.
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Principales causas por las cuales a las personas les cuesta confiar en los demás
Aunque cada caso es único, por lo general destacan una serie de causas a la hora de explicar los problemas para confiar en los demás.
1. Tipo de apego
El tipo de apego que se establece en la niñez con los padres es uno de los principales elementos que pueden causar una personalidad desconfiada hacia el mundo y las personas que le rodean en los individuos.
El apego es el vínculo afectivo que creamos de pequeños con nuestros padres, y desarrollar un tipo de apego ambivalente o ansioso (basado en todo momento en la falta de seguridad con los progenitores y en la creencia de que éstos nos abandonarán) suele tener como resultado niños que no confían en sus padres y que tiene una sensación de inseguridad constante.
Otro tipo de apego que genera personas desconfiadas en la adultez es el apego evitativo, que es aquél en el cual el niño desarrolla la idea de que no puede contar con sus padres, lo que les provoca sufrimiento permanente.
Estas personas serán en su adultez desconfiadas por naturaleza y tendrán grandes dificultades para establecer relaciones normales con otras personas de su entorno.
2. Trastorno límite de la personalidad
El trastorno límite de la personalidad es un trastorno de la salud mental que afecta a la persona tanto a nivel personal como emocional, social, familiar o laboral.
Las personas que padecen este trastorno ven afectada su autoimagen, es decir, la forma en la que se ven a sí mismos, sus pensamientos e ideas sobre sí mismo y otras personas y la manera en la que se relaciona con los demás.
Este trastorno se caracteriza por un gran sufrimiento y poca tolerancia ante la idea de ser abandonado/a y por una gran dificultad para relacionarse normalmente con otras personas, llegando a establecer siempre relaciones poco duraderas e inestables.
El trastorno límite de la personalidad también se relaciona con una gran dificultad para confiar en otras personas, ya que quien lo padece cree que los otros siempre le van a traicionar o abandonar.
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3. Traumas
Las experiencias traumáticas relacionadas con la violencia o con episodios de gran afectación emocional para una persona, también pueden acabar generando una personalidad desconfiada para con los demás.
Algunos de estos traumas pueden ser los malos tratos en la infancia y en el entorno familiar, un episodio de robo con violencia, un caso de violación o abuso sexual o una experiencia vivida como traumática que involucre una traición por parte de alguien muy querido.
4. Timidez
La timidez extrema puede ser un obstáculo a la hora de funcionar correctamente en sociedad y constituye uno de los problemas de interacción más habituales que recibimos los profesionales de la psicología en sus consultas diariamente.
Además, suele ser en muchas ocasiones el detonante de una personalidad desconfiada con la que una persona tiene dificultades para relacionarse normalmente con sus iguales.
5. Fobia social
La fobia social se manifiesta en las personas como un miedo irracional o una ansiedad exacerbada cuando deben participar en eventos sociales donde hay mucha gente o personas desconocidas.
Las personas con fobia social tienen verdaderos problemas para relacionarse con otras personas y experimentan síntomas de malestar tanto a nivel físico como emocional cuando se encuentran en un lugar donde puede haber muchas personas.
El origen de la fobia social está en el miedo a ser juzgado por otros, así como a ser ridiculizado o rechazado por el grupo de iguales.
6. Obsesión con el trabajo
La obsesión con el trabajo también constituye una causa habitual en personas extremadamente desconfiadas con su entorno.
Esta obsesión con el trabajo puede generar pensamientos de desconfianza ante los demás al asumir que quieren robarnos ideas de negocio o aprovecharse de nosotros económicamente, lo que genera un gran malestar y una necesidad de aislarse y de no confiar en nadie.
7. Rupturas de pareja muy dolorosas
Las rupturas de pareja son episodios que pueden dejar secuelas muy profundas en la persona afectada, las cuales pueden contribuir a generar pensamientos radicales de malestar, sufrimiento o desolación.
Estos pensamientos tan negativos suelen empujar a la persona a no creer en el amor, a creer que no hay que confiar en nadie y a pensar que nadie le podrá querer jamás.
Blanca Ruiz Múzquiz
Blanca Ruiz Múzquiz
Psicoterapeuta de Familia y Pareja
8. Complejos
Los complejos que se arrastran desde la infancia o la adolescencia, vinculados a una baja autoestima y que suelen tener relación con cómo vemos nuestro propio cuerpo o nuestra identidad sexual, también pueden acabar generando sentimientos de desconfianza en la persona. Por lo general, la idea de que se es un “blanco fácil” ante las personas con mala fe que pueda haber a nuestro alrededor hace que anticipemos las intenciones hostiles en quienes nos rodean.