El Estructuralismo es un movimiento teórico que inicia en Francia a mediados de la década de los 60s, especialmente en el área de las ciencias humanas y sociales. Los trabajos que se agrupan bajo el nombre de “Estructuralismo” están caracterizados por considerar que el lenguaje tiene una función clave en el desarrollo de la actividad humana y en sus funciones.
Este movimiento ha tenido repercusiones importantes a nivel teórico y práctico en disciplinas como la lingüística, la sociología, la antropología y la filosofía. A continuación haremos un repaso sobre las ideas principales del Estructuralismo y cómo ha impactado a las ciencias sociales.
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¿Que és el Estructuralismo?
El Estructuralismo es un enfoque teórico y metodológico que plantea que en todo sistema sociocultural existe una serie de estructuras (formas de organización) que condicionan o determinan todo lo ocurre dentro de dicho sistema.
Así, lo que el Estructuralismo estudia específicamente son esas estructuras, no obstante, a partir de esto se vuelve inevitable analizar la conexión entre ellas, es decir, el cómo dan forma a distintos sistemas socioculturales y a la actividad humana.
El lenguaje como estructura
Aunque el Estructuralismo es un movimiento que tiene una historia más o menos específica, el término “estructuralista” puede ser aplicado a cualquier análisis que tenga como énfasis las estructuras subyacentes a un fenómeno, y sus relaciones. Es decir, puede considerarse como estructuralista cualquier escuela de las ciencias sociales que tiene como prioridad el orden más que la acción (Theodore 2018).
Aunque muchos de sus aportes son bastante complejos, podemos resumir tres ideas que nos ayudan a entender algunos planteamientos clave para el Estructuralismo aplicado en las ciencias sociales.
1. Todo sistema está compuesto por estructuras
Una estructura es un modo de organizar las partes de un todo, incluyendo el conjunto de sus relaciones. Para el Estructuralismo, estos modos de organizar (las estructuras) son lo que produce sentido en la actividad humana, social y cultural; con lo cual, sus propiedades son fundamentalmente lingüísticas.
En otras palabras, las estructuras son el conjunto de símbolos a través de los cuales creamos sentido. Son el conjunto de los significantes con los que interpretamos al mundo y nos relacionamos con el.
De ahí que para el Estructuralismo, todo realidad tiene una naturaleza simbólica, es decir, está determinada por el lenguaje entendido como un “orden de lo simbólico”. Defiende que las diferentes culturas, las conductas, los mitos y los esquemas lingüísticos que las caracterizan, revelan patrones comunes a la vida humana.
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2. Esa estructura determina la posición que ocupa cada elemento
Del punto anterior se deriva la idea de que toda actividad humana, así como sus funciones (incluida la cognición, la conducta y la propia cultura), son construcciones, ya que están mediadas por los símbolos. Es decir, no son elementos naturales, y lo que es más: no tienen significados por sí mismos, sino que sólo tienen sentido dentro del sistema de lenguaje donde se encuentran.
Es decir que, en lugar de que nosotros hablemos un lenguaje, es el lenguaje el que nos habla (determina cómo comprenderemos y actuaremos en el mundo). Por eso, el Estructuralismo se relaciona de manera importante con la semiótica (el estudio de los signos, los símbolos, la comunicación y la creación de sentido).
3. Las estructuras son lo que se encuentra bajo lo aparente
Si a través de la investigación en ciencias sociales comprendemos las estructuras, entonces también comprenderemos por qué o cómo ocurre una actividad humana y sociocultural determinada.
Es decir que, el Estructuralismo como método interpretativo trata de poner atención a las estructuras internas de los elementos culturales, o más bien, intenta comprender las estructuras que delimitan o posibilitan la existencia de dichos elementos.
La sociedad y la cultura no son simplemente un conjunto de elementos físicos, y tampoco son eventos con significado propio, sino que se trata de elementos que adquieren significación.
Entonces, es el proceso de adquirir significación lo que debemos comprender al hacer investigación en ciencias sociales. Así, el Estructuralismo marca una distinción metodológica importante entre las ciencias naturales y las ciencias humanas y sociales.
Esto último se trasladó incluso hacia la comprensión la experiencia individual. Por eso, el estructuralismo se posicionó también como una reacción a la fenomenología, ya que considera que las experiencias profundas no son más que un efecto de las estructuras que en sí mismas no son experienciales.
Algunos autores clave
Uno de los antecedentes más importantes para el desarrollo del Estructuralismo es Ferdinand de Saussure, padre de la semiótica, ya que como hemos visto, el Estructuralismo retoma gran parte de sus postulados para comprender la actividad humana.
No obstante, se consideran pioneros recientes del Estructuralismo los trabajos del antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, el psicólogo Jean Piaget, el filósofo lingüista Noam Chomsky, el lingüista Roman Jakobson, el filósofo marxista Louis Althusser, el literario Roland Barthes entre otros.
Más recientemente, y en una delgada línea entre el estructuralismo y el postestructuralismo, e incluso aún después de haber negado su adscripción a dichos movimientos, destacan los filósofos Michel Foucault y Jacques Derrida, así como el psicoanalista Jacques Lacan.
Sesgo reduccionista y otras críticas
El Estructuralismo ha sido criticado porque al considerar que las estructuras son las que determinan la vida humana, frecuentemente deja de lado la autonomía y la posibilidad de agencia individual. Es decir que, puede caer en posturas reduccionistas y deterministas sobre la actividad o la experiencia humana.
Relacionado con lo anterior, el epistemólogo argentino Mario Bunge, dice que las estructuras son en sí mismas conjuntos de relaciones, no existen sin esto, con lo cual, no pueden ser estudiadas como elementos en sí.
Al ser propiedades de los objetos, las estructuras siempre pertenecen a un sistema y no pueden estudiarse de manera separada de ese sistema o al individuo, como un ente con existencia propia.
Referencias bibliográficas:
- Culler, J. (2018). Structuralism. Routledge Encyclopedia of Philosophy. Thematic. DOI 0.4324/9780415249126-N055-1.
- Theodore, S. (2018). Structuralism in social science. Routledge Encyclopedia of Philosophy. Thematic. DOI 10.4324/9780415249126-R036-1.
- The Basics of Philosophy. (2008-2018). Structuralism. The Basics of Philosophy. Recuperado 11 de mayo. Disponible en https://www.philosophybasics.com/movements_structuralism.html.
- Anda, C. (2004) Introducción a las ciencias sociales. Limusa: México.
- Bunge, M. (1996). Buscar la filosofía en las ciencias sociales. Siglo XXI: Argentina.