Aunque Alexander von Humboldt cultivó todo un abanico de ciencias, su principal legado fue la consolidación de la geografía como ciencia.
A continuación podremos descubrir más detalles acerca de su vida, a través de una biografía de Alexander von Humboldt en la que conocerás sus grandes aportaciones en las diferentes disciplinas en las que colaboró a lo largo de su carrera.
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Breve biografía de Alexander von Humboldt
Alexander von Humboldt nació en el año 1769, en la ciudad de Berlín, por aquel entonces perteneciente al Reino de Prusia. Su padre, Alexander Georg, fue un militar de prestigio, sirviendo a las órdenes del monarca prusiano, Federico II el Grande. Su madre, Marie Elisabeth, provenía de una familia con una buena situación económica y social, viuda además de un primer matrimonio, lo que le había proporcionado una importante herencia.
Una muestra de la alta posición de la familia von Humboldt es la buena relación que mantenían con la familia real, hasta el punto de que el propio heredero al trono de Prusia fue el padrino del pequeño Alexander von Humboldt, un hecho que obviamente no era habitual y simbolizaba la importancia que esta familia tenía en la alta sociedad prusiana de la época.
El matrimonio von Humboldt contaba con otro hijo, Wilhelm, que en el futuro sería, al igual que su hermano, un hombre de prestigio, cultivado en diferentes ciencias, que igualmente dejaría un brillante legado. Por lo tanto, es evidente que en casa de Alexander von Humboldt imperaba un ambiente intelectual que favoreció que los dos hermanos alcanzasen las más altas cotas en sus respectivos campos.
De hecho, Alexander fue instruido en su propia residencia, que era nada menos que el castillo de Tegel. Era su padre el que elegía personalmente a los educadores de sus hijos, por lo que seleccionó a los maestros más prestigiosos, de corte ilustrado. Merece una mención aparte Joachim Heinrich Campe, uno de los tutores de Alexander von Humboldt, que despertó en él la curiosidad por las ciencias naturales, especialmente la zoología, la botánica o la geología.
Lamentablemente, el progenitor de Alexander y Wilhelm falleció cuando ellos tenían diez y doce años, respectivamente. Por lo tanto, su madre enviudó por segunda vez. Ella se encargó de administrar la economía familiar para que sus hijos continuasen recibiendo la mejor educación posible, aunque esto significase renunciar a ciertos lujos que, por su posición, podría haberse permitido.
Alexander von Humboldt no solo destacó muy pronto en las materias científicas que aprendió, sino también en las artes, pues fue instruido en ellas para poder aprender técnicas de pintura y dibujo, lo cual le serviría para llegar a exponer algunas de sus creaciones nada menos que en la Academia de Berlín. Este talento también se observaría más adelante en la calidad de las ilustraciones que creó para los cuadernos que relatan sus travesías.
Juventud y primeros viajes
Aunque en un principio Alexander von Humboldt quiso seguir los pasos de su padre y convertirse en un militar de prestigio, su madre le aconsejó que no lo hiciera. Cuando llegó a la edad adulta, asistió a la Universidad de Frankfurt para recibir educación financiera a lo largo de un semestre. Posteriormente se matricularía en la Universidad de Göttingen, a la cual ya asistía su hermano Wilhelm, aunque aprendiendo otras disciplinas.
Llegada esta fase de su vida, Alexander tuvo la oportunidad de aprender de Georg Foster. Foster era un naturalista alemán que había sido parte de la tripulación del mismísimo James Cook, uno de los exploradores ingleses más importantes de la historia, en la segunda de sus travesías.
Gracias a esta amistad, pronto empezaría una afición que marcaría la carrera de Alexander von Humboldt para siempre, la de los viajes de investigación. De esta manera, se embarcaría junto con Georg Foster en un viaje a través de las aguas del Rin hasta alcanzar Holanda, para después continuar su viaje por Francia, hasta tierras inglesas.
Una vez en Inglaterra, Alexander pudo conocer a Sir Joseph Banks, otro de los acompañantes de James Cook en sus aventuras, que además era el presidente de la Royal Society. Humboldt pudo acceder a las muestras de plantas que Banks había recopilado durante sus viajes a través de los mares del hemisferio sur, lo que definitivamente le convenció para dedicar su vida a la exploración y la investigación.
A raíz de este viaje, Alexander von Humboldt pudo publicar su primera obra, "Observaciones mineralógicas sobre varios basaltos del río Rin". Una vez tuvo claro a qué quería dedicar su carrera, decidió formarse para ser un gran explorador. En Hamburgo tuvo la oportunidad de aprender diferentes lenguas y especializarse en el comercio e igualmente asistió a la Escuela de Minas de Freiberg, donde adquirió los conocimientos sobre geología que necesitaba. No solo eso, también se formó en astronomía y en anatomía.
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Viajes por Europa
Tras completar su formación en la escuela de minas, Alexander von Humboldt recibió un puesto para liderar la gestión de unas minas de oro en Bayreuth y Fichtel. Su trabajo fue excelente y consiguió aumentar notablemente la extracción de este mineral. Al mismo tiempo, era un firme defensor de los mineros e incluso se encargó de crear una escuela para que recibieran la mejor formación posible y así poder trabajar con seguridad.
Su trabajo en las minas le permitió publicar una obra sobre la botánica de la zona que llegó a las manos de Johann Wolfgang von Goethe, quien inmediatamente quiso ponerse en contacto con Humboldt. Así comenzó una estrecha amistad y colaboración científica entre ambos intelectuales. Estas colaboraciones llevaron a Alexander a visitar frecuentemente la Universidad de Jena, donde también se encontraba su hermano.
Ingresó en el círculo del clasicismo de Weimar, donde se encontraban algunas de las mentes más brillantes de la época. Continuó viajando por Europa y conociendo a otros científicos de prestigio, con los que compartía conocimientos. Estos viajes le llevaron a Viena, Suiza o Italia. En esta época, 1796, falleció la madre de los hermanos von Humboldt y quedó patente que ninguno de ellos mantenía una buena relación con ella, pues no asistieron a su entierro.
Los viajes por América
A partir de 1799 comienza la etapa de los grandes viajes por América de Alexander von Humboldt. Prácticamente destinó el resto de su vida a hacer exploraciones científicas por este continente. Se trasladó a Madrid para solicitar a las autoridades españolas un permiso oficial para visitar los dominios de España de ultramar. Como no necesitaba financiación, no tuvo problemas en conseguir dicha autorización y así se embarcó en la primera gran aventura, rumbo a América, haciendo escala en Tenerife.
Aunque originalmente iban hacia La Habana, Cuba, un brote de fiebre tifoidea obligó al capitán del barco Pizarro a cambiar los planes y tomar tierra en Cumaná, Venezuela. Alexander von Humboldt se estableció en el valle de Aragua para observar los cultivos que se estaban realizando y de hecho fue el primero en plantearse las repercusiones que la explotación de las tierras por la mano del hombre podía tener, originando la idea del cambio climático.
Más tarde comenzó una expedición por las aguas del río Orinoco a lo largo de cuatro meses, descubriendo tribus indígenas en lugares recónditos y especies animales realmente exóticas y de interés científico como las peligrosas anguilas de río, que llegaron a matar a algunos de los caballos mediante sus descargas eléctricas. Humboldt era un gran estudioso de la electricidad y el magnetismo, por lo que este animal era de inmensa importancia para sus investigaciones.
En 1800 se dirigió junto a su equipo a Cuba, comenzando una gran serie de trabajos científicos en estas tierras. Su labor fue tan importante que se le considera el segundo descubridor de la isla. Tras un breve paso por Europa, regresaría a América, esta vez para conocer los Andes, Ecuador, Perú y finalmente, Nueva España, hoy en día México. Corría ya el año 1803. Recorrieron los territorios del virreinato hasta llegar a Ciudad de México, un lugar que impactó a Alexander.
Inspeccionó la mina de plata Valenciana de Guanajuato, que era la mina que más material extraía para el Imperio Español durante aquella época. Hizo un tremendo análisis del funcionamiento de esta infraestructura. También dedicó esfuerzos a estudiar las culturas precolombinas de estos territorios, especialmente lo relativo a manifestaciones culturales y artísticas. El Ensayo político sobre el Reino de Nueva España fue la gran compilación de estas investigaciones.
En 1804 ya se encontraba en los Estados Unidos, llegando a colaborar incluso con el presidente Thomas Jefferson, que también era científico. Realizó un informe acerca de las fronteras de Louisiana, territorio recién adquirido por EEUU. Ese mismo año, Alexander von Humboldt regresaría a Europa, tras un lustro de investigación por América.
Últimos años y muerte
Los de América no serían los únicos grandes viajes de Alexander, que muchos años después, en 1829, comenzaría una travesía por Rusia, recorriendo más de 15.000 km en poco más de seis meses. Realizó informes acerca de las posibilidades mineras de la zona y también aprovechó para investigar organismos de lugares recónditos en la estepa siberiana.
Alexander von Humboldt fallecería tras una larga vida, con 89 años, en el 1859, en Berlín, el mismo lugar donde había nacido.
Referencias bibliográficas:
- Rebok, S. (2003). La expedición americana de Alexander Von Humboldt y su contribución a la ciencia del siglo XIX. Bulletin de l'Institut français d'études andines.
- Rupke, N.A. (2008). Alexander von Humboldt: a metabiography. The University of Chicago Press.
- Wulf, A. (2016). La invención de la naturaleza: el nuevo mundo de Alexander von Humboldt. Taurus.