Se calcula que por lo menos el 4% de la población mundial sufre depresión. Sin embargo, la cifra podría ser más alta, de hasta un 12%, ya que, según los especialistas, existen muchos casos no diagnosticados.
Apetito sexual en personas depresivas: nuevos hallazgos
Uno de los efectos de la depresión es la mengua en el apetito sexual, y ello se ve agravado a causa de algunos fármacos antidepresivos que conllevan alteraciones en el propio deseo sexual.
Ángel Luis Montejo, coordinador de Investigación del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Salamanca, advierte que los estudios demuestran que los antidepresivos más empleados, los tricíclicos y la ISRS causan alteraciones de la respuesta sexual en aproximadamente el 50% de los pacientes tratados.
Este fenómeno se observa en los pacientes independientemente de su sexo, y suele ser un aspecto infravalorado por los médicos, pero que puede perjudicar más aún el estado mental del paciente, perturbando también su relación conyugal y por tanto su deseo de mantener relaciones.
Según Montejo, la solución se encuentra en el tratamiento con antidepresivos duales, estimulando la noradrenalina y la serotonina, como hormonas clave en la mejora del estado anímico y, en consecuencia, del apetito sexual.