Saber cómo actuar si tienes un ataque de ansiedad es fundamental para no dejar que esta psicopatología tome el control de tus rutinas y limite mucho tu estilo de vida. Y es que, tal y como ocurre con todos los trastornos de ansiedad en general, en esta alteración aparece el fenómeno de la profecía autocumplida: cuanto más creemos que no podemos hacer nada para superar ese problema, más arraiga en nuestra mente.
Así pues, en este artículo te daré consejos generales sobre cómo gestionar la situación si estás sufriendo ataques de ansiedad.
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¿Qué es un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad es una reacción intensa y repentina ante una situación o estímulo y puede generar una gran sensación de malestar, temor, angustia, entre otros. Éstos ataques suelen alcanzar su punto máximo en un breve periodo, pero pasado esos minutos, empieza a disminuir la intensidad.
Los síntomas que se experimentan varían de una persona a otra y puede tener lugar en situaciones concretas o a veces aparecer de manera inesperada. Es común que además de los síntomas esté presente el miedo a morir, sin embargo es importante destacar que la ansiedad es una respuesta normal al estrés pero cuando surgen de manera continuada pueden interferir en el día a día de la persona.
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Qué hacer cuando se tiene un ataque de ansiedad
Cuando se está viviendo un ataque de pánico se piensa que es muy difícil controlar la situación pero hay algunos pasos que pueden ayudar a manejarla.
Por un lado, practicar la respiración profunda puede ayudar a que el sistema nervioso se mantenga calmado. El proceso es inhalar por la nariz de manera muy lenta y antes de exhalar despacio por la boca, hay que retener el aire unos segundos. Hay que repetirlo varias veces y a medida que se practica, se logra hacer de manera más consciente.
Además, es importante identificar cuáles son los pensamientos que pueden estar desencadenando la ansiedad. Ponerlos en duda es una opción correcta para ver si son realistas e intentar modificarlos por pensamientos más positivos. Cuando se comparte estos pensamientos o sentimientos con alguien de confianza, alivia la carga emocional y brinda apoyo.
En cuanto a las actividades, es conveniente realizar aquellas que generen bienestar para que distraigan la mente y así disminuir la ansiedad. En el momento del ataque de ansiedad, es aconsejable buscar un lugar tranquilo para que así la estimulación externa disminuya y si no se puede estar en éste tipo de lugares, visualiza un lugar seguro y calmado para así desviar la atención de los síntomas ansiosos.
Las prácticas de atención plena son muy buena opción para enfocarse en el momento presente, por ejemplo la meditación. Hay que centrarse en la respiración o se puede observar aquellos pensamientos que generan malestar sin juzgarlo.
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Síntomas de la ansiedad
La ansiedad es considerada una respuesta natural que emite el cuerpo ante una situación de estrés, pero cuando ésta respuesta se repite de manera persistente da lugar a un trastorno de ansiedad. Los síntomas lo experimentan de diferente modo cada individuo pero algunos comunes asociados a la ansiedad son:
Síntomas físicos:
- Sudor excesivo
- Temblores
- Palpitaciones o el ritmo cardíaco va aumentando
- Dificultad para controlar la respiración o sensación de ahogo
- Mareos
- Náuseas, vómitos o dolor abdominal
- Tensión muscular que en ocasiones deriva a contractura
Síntomas emocionales:
- Nerviosismo e inquietud durante un periodo de tiempo
- Alerta constante
- Fatiga
- Problemas para dormir (conciliar el sueño por ejemplo)
Síntomas cognitivos:
- Pensamientos intrusivos o preocupación constante
- Dificultad para mantener la concentración
- Pensamientos y sensación de que puede ocurrir algo malo e irritabilidad
- Miedo a no mantener el control de la situación Pensamientos de muerte tanto propia como de personas del círculo cercano
Síntomas sociales:
- Evitar relacionarse o acudir a situaciones que desencadenan ansiedad
- Dificultad para interactuar con las demás personas
- Miedo a ser juzgado por el resto
Consecuencias de los ataques de ansiedad
Los ataques de ansiedad pueden tener diferentes consecuencias, afectando al bienestar físico y emocional de las personas.
Después de experimentar un ataque de ansiedad, algunas personas pueden desarrollar miedo a que se vuelva a dar otro en cualquier momento inesperado. Cuando hay un aumento del miedo, aumenta a su vez la ansiedad general.
Las personas que ya han sufrido un primer ataque comenzarán a evitar aquellos lugares que le recuerden a la experiencia o incluso situaciones, limitando así la vida cotidiana ya que se producirá un aislamiento social. De este modo, la ansiedad afectará a las relaciones sociales ya que a veces pueden sentir miedo de que otras personas vean sufrir ese ataque y habrá dificultad para mantener conexiones emocionales.
Por otro lado, la ansiedad desgasta física y emocionalmente ya que una vez pasado el ataque sufrido, la persona puede sentirse fatigada y necesitará minutos para recuperarse (a veces presentan dificultades para recuperarse completamente).
También están presente los síntomas físicos como por ejemplo dolor de cabeza, tensión muscular por haber estado asustado y con el cuerpo en alerta y problemas gastrointestinales. En cuanto al sueño, los ataques de ansiedad pueden interferir provocando insomnio o interrumpiendo el patrón normal del sueño.
La autoestima de la persona que los sufre se suele ver dañada porque los sentimientos de vergüenza y culpabilidad aparecerán, además de que la confianza en uno mismo disminuye.
Cuando los ataques de ansiedad son persistentes pueden contribuir al desarrollo del trastorno de ansiedad generalizada o trastorno de pánico.
No todas las personas sufren las mismas consecuencias y en la misma intensidad, pero si están presentes constantemente es recomendable pedir ayuda a un profesional de la salud mental para comenzar tratamiento y aprender estrategias de afrontamiento. La terapia cognitivo- conductual puede ser una opción correcta.
Factores que aumentan la probabilidad de sufrir ansiedad
Algunas personas son más propensas a experimentar ansiedad que otras y algunos factores que aumentan la probabilidad son:
- Factores genéticos: si existen antecedentes familiares, es posible que una persona presente mayor riesgo de sufrir ansiedad.
- Estrés: quienes presentan altos niveles de estrés, pueden experimentar ataques de ansiedad más fácilmente.
- Experiencias traumáticas: quienes han experimentado eventos traumáticos en algún momento de su vida como por ejemplo abuso o violencia, tienen mayor riesgo.
- Personalidad: por ejemplo las personas perfeccionistas, tímidas o que se preocupan en exceso.
- Consumo de sustancias: el alcohol o las drogas aumentan la probabilidad de experimentar ansiedad.
- Cambios hormonales: las variaciones hormonales como las del ciclo menstrual o embarazo pueden influir en que algunas personas estén más susceptibles a la ansiedad.
Ignacio García Vicente
Ignacio García Vicente
Psicólogo especializado en adultos
No todas las personas que tienen estos factores experimentan ansiedad, algunas sufren ataques sin presentar ninguno de ellos.